Portada » Música » Los Elementos Fundamentales de la Música y la Pedagogía Musical
La intensidad es la fuerza con que se produce el sonido, es decir, el volumen. Depende de la amplitud de onda de la vibración. Poca amplitud genera un sonido suave, mientras que una gran amplitud produce un sonido fuerte. Se mide en decibelios.
El timbre es la cualidad que nos permite diferenciar el instrumento que produce el sonido. Es como el «color» de la música. Proviene de la mezcla de un sonido fundamental y sus sonidos accesorios o armónicos.
La duración es lo que nos permite apreciar el tiempo que el sonido permanece en nuestro oído. La produce la persistencia de la onda sonora en el tiempo.
Los sonidos se representan por medio de notas. Las notas son signos que representan la altura del sonido. Ordenadas de la más grave a la más aguda, las siete notas musicales son: do, re, mi, fa, sol, la, si.
La canción es una actividad fundamental en la educación musical, ya que vertebra los contenidos del currículo musical para la educación primaria. Proporciona al oído musical el material sonoro necesario para investigar, comparar y destacar perceptivamente las alturas tonales.
Escuchar y cantar son dos acciones que el ser humano realiza desde tiempos inmemoriales. El profesor de música puede y debe utilizar la canción en su tarea diaria para introducir o reforzar conceptos y prácticas musicales.
La canción tiene una enorme influencia en la educación musical, puesto que el niño debe vivir los hechos musicales antes de tener conciencia de ellos. Con el canto se desarrollan cualidades musicales como la idea del ritmo, la melodía y los acordes, hasta alcanzar el sentido tonal. El canto es la mejor forma para desarrollar la audición interior. A través del canto, el alumno experimenta con el sonido y sus parámetros, con todos los elementos de la música, y va tomando conciencia de ellos hasta comprenderlos e interiorizarlos.
El instrumental escolar de Orff-Schulwerk se divide en dos grandes grupos:
Los instrumentos de láminas (carrillones, metalófonos y xilófonos) ofrecen tres aspectos fundamentales: familiaridad con las baquetas, posibilidad de utilizar la totalidad de los sonidos de forma aleatoria y permiten ejercitar escalas y tonalidades.
La pequeña percusión está especialmente indicada para trabajar sobre las diferencias tímbricas, temporales y espaciales, como las relativas al color (claro-oscuro), a la duración (corto-largo) y al tempo (rápido-lento).
Su implantación en el trabajo musical con niños se debe fundamentalmente a dos factores:
El niño ya ha ensayado a lo largo de su etapa infantil las diferentes maneras de operar para excitar un cuerpo vibrante:
Aunque sean fáciles de tocar, estos instrumentos requieren una técnica que puede ser desarrollada para obtener sonidos limpios, afinados y equilibrados.
El método Kodály es uno de los métodos pedagógicos más completos en la Educación Musical, ya que abarca la educación vocal e instrumental desde sus orígenes hasta niveles profesionales. Tiene una sólida estructura y una acertada secuenciación pedagógica basada en criterios científicos que tienen en cuenta el desarrollo psico-evolutivo del alumnado.
Una de las intuiciones más geniales de Kodály fue comprender cómo el patrimonio de la música popular tiene un importante papel en el aprendizaje de la música en los niños. Los niños, que no tienen todavía el oído «contaminado», aprenden música con temas y fragmentos sonoros escuchados desde su nacimiento, cantados o tocados por sus padres o personas de su entorno.
La característica fundamental de la actividad pedagógica de Kodály está basada en su afirmación: «¡Que la música pertenezca a todo el mundo!».
Kodály comprendió que el niño habla antes de escribir y que desde la experiencia adquirida obtiene las reglas y nociones del lenguaje.