Portada » Geografía » Los Climas de España: Una Diversidad Regional
Comprende todo el sudeste peninsular (Murcia y Almería). Tiene unas precipitaciones muy escasas (menos de 300 mm), debido a que las cordilleras béticas actúan de pantalla, acentuando el efecto abrigo para toda la zona. El máximo lo tiene en los equinoccios, sobre todo en otoño. Las temperaturas son elevadas, debido a los factores latitudinales.
Se sitúa en la fachada meridional, desde Adra hasta Gibraltar. Las precipitaciones son medianas, oscilando desde los 400 mm en Adra hasta 900 mm en La Línea, aumentando de este a oeste, con un máximo en invierno relacionada con la circulación zonal. La influencia del mediterráneo y el obstáculo a las advecciones del aire frío del norte que son las béticas hacen que los inviernos sean cálidos (12º), por eso el nombre de costa del sol. El verano es muy caluroso, teniendo unas temperaturas medias en torno a los 19º.
Se extiende desde Tarifa hasta Huelva. Tiene unas precipitaciones altas, oscilando de los 500 a los 800 mm, de origen frontal, aunque la presencia de obstáculos montañosos cercanos a la costa, favorece el aumento de las lluvias. Las temperaturas son suaves, entre 17º y 19º de media anual, con inviernos cálidos y veranos muy calurosos. Es la zona española de mayor insolación anual.
El rasgo que identifica a los climas continentales de España es la amplitud térmica, en torno a los 20º, motivada por la lejanía del mar o por el aislamiento que ejerce la disposición del relieve español. Este clima continental o mediterráneo continentalizado afecta a casi 2 tercios del territorio español. Los inviernos son muy fríos, produciéndose abundantes heladas, y los veranos muy cálidos. El régimen pluviométrico tiene 2 máximos en los equinoccios y 2 mínimos en verano y en invierno. De las muchas divisiones posibles vamos a optar por el criterio de la amplitud térmica.
Se extiende por el oeste de la península, desde el sur de la cornisa cantábrica hasta la cuenca del Guadalquivir. La disposición del relieve no acentúa el aislamiento a la influencia al mar, por lo que en el norte los veranos no son muy cálidos y en el sur los inviernos no son muy fríos. Las precipitaciones están por encima de los 500 mm y el máximo lo tienen en primavera y en otoño, siendo también importantes las precipitaciones de invierno.
Se extiende por el centro este de la península, desde Castilla-León y el valle del Ebro hasta Andalucía oriental, pasando por Madrid y Castilla La Mancha. La amplitud térmica es mayor por la lejanía del mar o/y por intensificación de esta lejanía por la disposición del relieve haciendo que tanto los inviernos como los veranos sean más radicales. Las precipitaciones son menores, acentuándose el mínimo de invierno por la influencia del anticiclón térmico, los máximos son en primavera y otoño.
No existe una verdadera tipología de climas de montaña, sino que los distintos climas cuando superan los 1500 m tienen unas precipitaciones mayores debido al efecto foehn y unas temperaturas menores por causa del gradiente térmico. Las temperaturas se caracterizan por una media anual baja, veranos frescos e inviernos fríos. Las montañas del norte peninsular no tienen ningún mes seco y presentan veranos frescos. Las montañas del centro y del sur sufren una notable reducción pluviométrica en verano y tienen temperaturas estivales muy altas.
Las islas Canarias, como en el relieve, constituyen un dominio climático original debido a la influencia de varios factores.
Ello hace que la diversidad de los climas que coexisten en Canarias sea muy grande, con la existencia de muchos microclimas. Las características generales del clima canario son unas precipitaciones muy escasas en las zonas bajas, debido al predominio del anticiclón de las Azores. En las zonas altas, en cambio, las precipitaciones pueden llegar a los 1000 mm. El segundo rasgo característico son las temperaturas, que son altas y constantes todo el año, teniendo la amplitud térmica más baja de España, debido a la insularidad. En las zonas altas disminuyen las temperaturas.