Portada » Geografía » Los Climas de España: Factores y Características
La Península Ibérica está situada entre la punta de Estaca de Bares (43º47’N) y la punta de Tarifa, entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. Se halla en la zona templada norte, caracterizada por un verano y un invierno bien definidos y dos estaciones intermedias: el otoño y la primavera.
Por su latitud, la Península se encuentra más próxima a la zona tropical, lo que explica su posición periférica y meridional respecto a las borrascas atlánticas y los anticiclones tropicales.
En la España peninsular se distinguen los siguientes climas:
Cada uno de estos climas admite muchos matices.
Las Islas Canarias, situadas en latitudes subtropicales, tienen un clima afectado por la circulación del viento Alisio, su proximidad al desierto del Sahara y su relieve.
Los elementos del clima juntos configuran el clima de un lugar.
La insolación es la cantidad de radiación solar que recibe una unidad de superficie horizontal. Si añadimos a esa superficie la cantidad de insolación (reflejada) que recibe, obtendremos la insolación global. La insolación directa es inversamente proporcional a la nubosidad, es decir, a mayor nubosidad, menor insolación.
La zona norte peninsular es una zona de escasa insolación. La insolación va aumentando hacia el sur. Las cuatro zonas de mayor insolación en España son: Extremadura, el valle del Guadalquivir, la costa mediterránea y las Islas Canarias.
La temperatura es el grado de calor que tiene el aire. Se mide con el termómetro en grados centígrados. Sobre la temperatura influyen la insolación, la latitud, la cercanía al mar y la altitud. Estos factores nos llevan a decir que la temperatura en las montañas es muy baja, en el norte las temperaturas son menores que en el sur y en el litoral, y que la costa mediterránea tiene temperaturas medias superiores al interior peninsular.
La amplitud térmica es la diferencia entre las temperaturas medias del mes más cálido y del mes más frío. En España, la máxima amplitud corresponde a la submeseta sur, y la menor corresponde al litoral cantábrico y al archipiélago canario.
La humedad es la cantidad de vapor de agua que contiene el aire. Llamamos humedad absoluta a la cantidad de vapor de agua que está presente en una masa de aire por unidad de volumen. Depende de la evaporación, por lo que el aire tendrá una mayor humedad en los lugares con grandes superficies de agua.
La humedad relativa se define como el porcentaje de la relación existente entre la humedad absoluta y la cantidad de vapor que tendría una masa de aire si estuviera saturada. Depende de la cantidad de vapor de agua y de su temperatura.
Las nubes son el producto de la condensación del vapor de agua en la atmósfera. Su variedad es enorme. Distinguimos cirros, cúmulos y estratos.
La niebla es un fenómeno que tiene lugar por la condensación del vapor de agua presente en las capas de aire en contacto con el suelo.
La humedad relativa media anual de España es superior al 60%. El área con mayor humedad relativa es la de las Rías Bajas gallegas, seguida del norte peninsular.
En función de cuál sea la causa que obliga al aire a ascender, tendremos diferentes tipos de precipitaciones: orográficas, convectivas y de frente.
La precipitación media anual de España está en torno a los 650 mm, pero existen grandes diferencias en su distribución:
La presión atmosférica es el peso del aire sobre la superficie terrestre. Se mide con un barómetro y puede representarse en milibares o en milímetros de mercurio. Las líneas, en un mapa, de igual presión se denominan isobaras.
La presión depende de las masas de aire que se sitúan sobre la Península. Si bien la presión media del aire a nivel del mar es de 1013 milibares, en la Península tiende a ser algo mayor en el oeste, por la presencia del anticiclón de las Azores, y menor hacia el este, por influencia de las depresiones del Mediterráneo occidental.
Las altas presiones son características del verano y el invierno, y las bajas presiones, de la primavera y el otoño. En el interior peninsular suelen aparecer bajas presiones en el verano y altas en invierno por causas térmicas.
El viento es el movimiento del aire desde los centros de altas presiones a los de bajas presiones. La Península se encuentra dentro del dominio de los vientos del oeste. Durante el verano son frecuentes las calmas. Las Islas Canarias se encuentran en el dominio de los vientos alisios.
Además de los vientos generales, encontramos vientos regionales, influenciados por el relieve, como el cierzo en Aragón y el levante de Valencia. Entre los vientos locales destacan las brisas de costa y montaña, que soplan hacia la tierra y la montaña por el día, y hacia el mar y el valle por la noche.
Por la importancia que tiene el agua para el desarrollo de la vida, conviene conocer el grado de aridez de un determinado lugar. Para ello nos servimos de diferentes índices, como:
En el clima de España confluyen distintos factores geográficos:
A menor latitud hace más calor y a mayor latitud más frío. España está situada en la mitad meridional de las latitudes medias. Por esa razón, podemos hablar de distintas estaciones climáticas en España, salvo en Canarias. España se ve afectada por los frentes nubosos que llevan los vientos del oeste, que son más activos en el norte y oeste peninsular.
España se encuentra situada en la latitud norte, más cerca de la zona tropical. De ello depende no solo la duración de los días y las noches, sino también los distintos niveles de insolación por el diferente ángulo de incidencia de los rayos solares. La fachada septentrional (norte) presenta niveles inferiores de insolación solar, mientras que los valores más elevados se dan en el sureste español.
En definitiva, la localización de la Península en la zona templada motiva la existencia de dos estaciones bien marcadas, verano e invierno, separadas por otras dos de transición: primavera y otoño.
La Península tiene una altitud media de 600 m. Teniendo en cuenta que la temperatura desciende 0,6 grados por cada 100 m, entenderemos la influencia de la altitud en el clima. Las cadenas montañosas que bordean la Península influyen en el clima, facilitando climas locales y tormentas. Las montañas dificultan la entrada de vientos húmedos. Como por ejemplo, la ausencia de montañas por el oeste permite la entrada de los vientos húmedos procedentes del Atlántico, evitando que la zona central de la Meseta sea un desierto. En contraposición, en el valle del Ebro, cerrado a cualquier influencia marina por la orientación de las montañas, se convierte en una región con escaso índice pluviométrico a pesar de su cercanía al mar. Las montañas provocan un aumento de las precipitaciones en las vertientes de barlovento y las disminuyen a sotavento. Esto se observa en las lluvias orográficas. Este es un fenómeno habitual en la cornisa cantábrica y la sierra de Grazalema. Cuando el viento desciende por la ladera de sotavento, se produce un aumento de las temperaturas y la ausencia de nubes.
Los mares regulan la temperatura, ya que las aguas conservan mejor el calor del verano y la insolación diurna. Por esto, las temperaturas son suaves en las costas. España se halla bajo la influencia del Atlántico y del Mediterráneo. En el Atlántico, la temperatura del agua se modifica por la deriva Nord-Atlántica; esto explica la suavidad de temperaturas de las costas españolas. Las características del Atlántico afectan a la cornisa cantábrica y se trasladan a la Península a través de los vientos del oeste. El Mediterráneo es un mar cerrado que no presenta corrientes que modifiquen la temperatura. Las aguas superficiales alcanzan en agosto 27º, mientras que en invierno no suele descender de los 13º. La influencia de este mar no penetra hacia el interior debido a las montañas.
Las masas de aire forman anticiclones y ciclones. Estas masas se dividen en estables o permanentes y en inestables o estacionales. Los anticiclones son los responsables de un tiempo seco; los que afectan a la península son:
Los ciclones que actúan sobre la Península son:
Otro centro de acción importante es el frente polar. Es la zona de contacto entre las masas de aire tropical y la masa de aire polar. La Península queda bajo la influencia de las familias de borrascas que lleva asociadas el Jet Stream o corriente en chorro. Esta es un flujo de vientos del oeste que circula a una altitud superior a los 8000 m y a una velocidad que oscila entre 150 km/h, y que determina la circulación atmosférica de la zona templada.
Al frente que separa las masas de aire tropicales de las polares lo denominamos frente polar. En los mapas del tiempo suele aparecer representado como una sucesión de frentes fríos y cálidos, llamados familia de borrascas, cuya dirección de desplazamiento suele ser oeste-este. Una borrasca de frente se produce cuando hay una ondulación entre la masa de aire polar y la de aire tropical que lleva a la masa cálida y ligera a ascender sobre la fría. Así nos encontramos ante una situación en la que una cuña de aire cálido se encuentra entre dos áreas de aire frío. Los frentes cálidos se representan en los mapas con líneas con semicírculos (rojo), los frentes fríos mediante triángulos (azul) y los frentes ocluidos por una línea con alternancia de semicírculos y triángulos.