Portada » Lengua y literatura » Literatura Española Siglo XVIII y XIX: Neoclasicismo, Romanticismo, Modernismo y Generación del 98
En el siglo XVIII se produce un cambio de dinastía en España: desaparece la dinastía de los Habsburgo tras la muerte sin descendencia de Carlos II y estalla la Guerra de Sucesión. Esta enfrentó al archiduque Carlos de Austria y a Felipe de Borbón, quien resultó vencedor. Con ello se produce un cambio de pensamiento conocido como Ilustración, que parte del racionalismo y del cual surge el enciclopedismo.
En cuanto a la economía española, siguió siendo agraria. Además, el comercio ganó eficacia gracias a la aparición de compañías privadas.
En política, se reforzó el poder del rey y la actividad política se vio influida por las propuestas reformistas de la Ilustración, el conocido como Despotismo Ilustrado.
El Neoclasicismo es la expresión artística de la Ilustración en la literatura del siglo XVIII. Sigue las reglas de la razón y es también una respuesta al Barroco.
No tiene ficción y se crean dos géneros nuevos:
El ensayo es el vehículo de difusión de las ideas ilustradas, que trataban sobre las cuestiones que inquietaban a los pensadores de la época: la educación, las supersticiones, las corridas de toros. Destacaron:
En cuanto al teatro, se vuelve al teatro clásico con la regla de las tres unidades (un único lugar, tiempo y acción). Es un teatro mediocre, poco original, frío, que imita a los autores clásicos y sigue las normas grecolatinas. Intenta comunicar un mensaje, enseñar, y se dirige a la burguesía y no a las clases populares.
Destaca Leandro Fernández de Moratín, que trata fundamentalmente temas morales y costumbristas, como la necesidad de que la mujer elija libremente y no obligada por los hombres, que queda reflejado en El sí de las niñas o El viejo y la niña.
También destaca El delincuente honrado, de Gaspar de Jovellanos.
Se escribieron entreactos para las Comedias Neoclásicas, donde destacó Ramón de la Cruz, cuyos personajes populares y castizos satirizaban de forma suave las costumbres y tradiciones españolas.
Apenas hay género lírico. En poesía destacan fabulistas como Tomás de Iriarte y Félix María de Samaniego.
El Romanticismo es un movimiento literario que nace en Alemania e Inglaterra a finales del siglo XVIII y se extiende por toda Europa a finales del siglo XIX tras la muerte de Fernando VII. Muchos autores que se habían exiliado al extranjero introducen este movimiento artístico-político-cultural al regresar al país cuando en Europa estaba decayendo. Políticamente nace el concepto de nación-estado y surgen los estados liberales, por lo que se reivindican las libertades. Uno de los autores más importantes es Víctor Hugo, creador del drama, que toma elementos de la tragedia y la comedia; surge un romanticismo conservador. Destacan los temas de la Edad Media, sobre caballeros, honor y amor pasional.
Hay libertad de reglas y modelos. Abunda la polimetría, la métrica popular, el octosílabo y otros versos de arte menor. Se cultiva tanto la poesía narrativa como la histórica. Los temas son los típicos: el amor, la libertad o el desengaño. El duque de Rivas es el introductor de la poesía romántica en España con su obra El moro expósito. Destaca José de Espronceda, con una obra rebelde, inconformista, personal, llena de personajes marginales como piratas, reos, condenados a muerte o mendigos, que canta a la juventud perdida, al paso del tiempo o al desengaño vital. Escribe El estudiante de Salamanca o El diablo Mundo. Otros autores son José Zorrilla y Ramón de Campoamor.
Dentro de lo que se ha llamado el Post-romanticismo encontramos a Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro. Gustavo Adolfo Bécquer tiene una poesía sencilla y breve, con un vocabulario no muy complejo con el que describe los sentimientos, el amor, el desengaño, la muerte o la nostalgia. Escribió Rimas y, en prosa, Leyendas. Aspira a plasmar la perfección absoluta. Rosalía de Castro escribe en gallego y en castellano, con un lenguaje íntimo y personal. Buena parte de su obra está dedicada a Galicia y a sus gentes, a la opresión y el atraso. Escribe, por ejemplo, A orillas del Sar, Follas Novas, El caballero de las botas azules.
Busca conmover, impresionar y emocionar al espectador. Hay gran libertad: mezcla lo trágico y lo cómico, la prosa y el verso, rompe las unidades de tiempo y lugar. Los escenarios son lúgubres y cuidados, y los personajes héroes y heroínas que viven y mueren por amor.
Destaca el duque de Rivas con Don Álvaro o La fuerza del sino, donde se representa un mundo caótico, sin sentido ni consuelo, donde el suicidio es un acto de libertad. Es la obra romántica prototipo.
José Zorrilla con Don Juan Tenorio, donde un joven libertino seduce a varias mujeres hasta que tiene una experiencia sobrenatural que lo redime. Su estructura rompe la regla de las tres unidades y la acción se desarrolla en dos noches. Dota a la obra de gran dinamismo y emplea una versificación muy rítmica.
Martínez de la Rosa escribe La conjura de Venecia y García Gutiérrez, El trovador.
Destacan dos géneros:
En el resto de España también tuvo lugar ese romanticismo literario con Verdaguer y su obra Canigó y en Euskadi destaca Iparraguirre. El realismo tomará del romanticismo los artículos de costumbres y evolucionará a la novela realista.
Son simultáneos en el tiempo. El Modernismo se extiende desde finales del siglo XIX hasta aproximadamente el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Se desarrolla un movimiento de renovación en el arte y el pensamiento, que se opone a la estética realista y a la actuación de las instituciones políticas o religiosas. Los artistas ya no pretenden reflejar la realidad, sino crear otra más atractiva. La recuperación de lo subjetivo y la búsqueda de la perfección formal son la base del Modernismo.
Mientras se está dando el Modernismo, se está gestando un nuevo movimiento artístico-literario, llamado Generación del 98.
En el Modernismo, predomina la literatura de evasión. En toda Europa e Hispanoamérica, se corresponde con un cambio de temas, géneros, estilo y pensamiento, que se corresponde con un movimiento espléndido de la literatura y el arte. Supone la renovación del lenguaje poético por lo que los autores se expresan, sobre todo, a través de la poesía lírica.
La poesía modernista tiene como características la influencia del parnasianismo y del simbolismo, la huida de la realidad mediante la imaginación y el goce de los sentidos, la plasticidad, la musicalidad y la diversidad métrica.
Y como temas destacan la expresión del estado de ánimo del poeta (tristeza, nostalgia…) y la creación de mundos exóticos habitados por personajes maravillosos.
El autor más importante es:
La Generación del 98 trata temas de la actualidad española ya que España estaba en una época de declive. Tiene un estilo más sobrio aunque su lenguaje es modernista. Se habla por primera vez de generación ya que tienen fechas de nacimiento parecidas, un mentor común y tienen una forma de ver el mundo y el arte bastante parecidos.
Tiene como características que la decadencia de España se nota en las obras que tienen como tema principal el paisaje, la historia y la literatura. La religión es tratada como tema para reflexionar aunque también se cogen los filosóficos. El estilo es austero y hay un predominio de la prosa.
El autor más importante de la poesía de la Generación del 98 es:
En cuanto a la narrativa, sus autores más importantes son:
Todos escriben novela y ensayo. La concepción que tienen de la novela rompe con muchas de las características del realismo y naturalismo. Unamuno y Azorín reivindican la novela corta porque rechazan las descripciones.
Por otro lado, en el teatro, destaca:
Es ahora, junto con el teatro, cuando está empezando a escribir Jacinto Benavente.