Portada » Lengua y literatura » Literatura española durante el franquismo
La censura y la literatura. La censura dejaba fuera cualquier obra que pudiera considerarse crítica con la situación del país. La solución fue mostrar la realidad de forma indirecta a través de los problemas existenciales. Los protagonistas de las obras están abocados a la destrucción como resultado del ambiente sórdido, miserable y violento en el que se desarrolla su vida. Cela en La familia de Pascual Duarte, Vallejo en su obra de teatro Historia de una escalera y el poeta Dámaso Alonso en su libro Hijos de la ira.
El realismo social. Surge un movimiento literario denominado realismo social. La literatura debe llegar a todo tipo de lectores; por este motivo, el lenguaje literario es más sencillo, pues anteponen el ideal de cambio social a la belleza literaria. Los protagonistas pasan de ser seres individuales a seres colectivos y representativos de las distintas clases sociales. Es lo que sucede con La colmena de Cela, o en El camino de Delibes.
El fin de la censura. El fin de la censura permite la entrada de la nueva novela europea y norteamericana. Esto, unido al cansancio del realismo social, propicia experimentos como el desorden cronológico o el monólogo interior. La novela que marca el cambio es Tiempo de silencio de Luis Martín.
La generación del 36. Pertenecen a esta generación escritores con obras muy marcadas por la guerra, las persecuciones del régimen, los encarcelamientos, el exilio. Miguel Hernández es el precursor de esta generación de poetas. Dámaso Alonso clasificó a los poetas de la generación del 36 en dos grupos: los arraigados (ideas cercanas al régimen franquista) y los desarraigados (ideas alejadas de él).
Miguel Hernández. Su poesía une a los autores del 27 con la poesía social y existencial de las décadas de 40 y 50.
La novela durante el franquismo. Tres etapas novela existencial, social y búsqueda de nuevas formas.
La novela existencial de la década de 1940. Los autores de la novela existencial, obligados por la censura, convierten los problemas sociales en problemas existenciales e individuales. La familia de Pascual Duarte Cela y Nada de Laforet pertenecen a este grupo, estas novelas traen al ámbito de lo pivad que va a una realidad social.
El realismo social de la década de 1950. Se inicia una tímida liberación que anima a los novelistas a mostrar la realidad social de España, creen que la literatura puede servir para cambiar el mundo así la novela debía abandonar recursos difíciles para acercarse al gran número de lectores posibles.
La experimentación de la década de 1960. Necesidad de buscar nuevas técnicas narrativas y formas de narrar más novedosas.