Portada » Lengua y literatura » Literatura Española: Del Modernismo a la Posguerra, Evolución y Autores Clave
La literatura de los años 40 está determinada por las consecuencias de la Guerra Civil, por lo que la mayoría de las producciones de la etapa se inscriben en el realismo tradicional. Las novelas más significativas ofrecen una visión descarnada de la realidad española.
En España, destaca la importancia de la obra de Camilo José Cela en el resurgimiento de la narrativa de posguerra con la novela La familia de Pascual Duarte, con la que inaugura una variante conocida como tremendismo. Esta corriente se caracteriza por un análisis descarnado de la violencia con un lenguaje expresivo y desgarrado. Carmen Laforet, con su novela Nada, se inscribe en el realismo existencial. El espacio de estas narraciones es único y reducido, y el estilo es realista.
En la década de los 50, surge el realismo social, cultivado por autores como Rafael Sánchez Ferlosio (El Jarama), Ana María Matute (Los Abel) y Ignacio Aldecoa (El fulgor y la sangre). Estos autores no buscan crear una literatura de evasión; piensan que la novela debe cumplir una función social. Camilo José Cela fue el autor más destacado, ya que sentó las bases de la novela de los años 50 con La colmena, una obra que denuncia la realidad de la sociedad española del momento. También se considera un renovador dentro del realismo Miguel Delibes con El camino, novela ambientada en la vida rural de posguerra.
Las innovaciones de estas obras serían aprovechadas por los autores de los 60. La novela de los 60 se caracteriza por ser experimental. La obra clave para la consolidación de esta corriente es Tiempo de silencio, de Luis Martín-Santos, una obra fundamental que renovó este periodo. Otras obras importantes de esta época son la trilogía Los gozos y las sombras, de Gonzalo Torrente Ballester. En general, en estas novelas desaparece el narrador omnisciente, se produce una ruptura del relato lineal y hay variedad de registros lingüísticos. Además, durante los años 60 se produce una relajación de la censura. Paralelamente, se desarrolla el nouveau roman francés y el esplendor de la novela hispanoamericana, lo que permite una mayor experimentación narrativa.
Finalmente, en la novela en democracia encontramos autores como Eduardo Mendoza, Antonio Muñoz Molina y Arturo Pérez-Reverte. Los autores se centraron más en la trama y la estructura de la novela. Así, la novela seguirá diversos itinerarios, vinculados a veces a las necesidades editoriales y al éxito.
Llamamos Generación del 27 a un grupo de poetas que alcanzaron su madurez en la década de los 20 y estaban unidos por su amistad, formación y talento. Recibieron este nombre por la fecha en que participaron en un homenaje a Góngora, poeta al que admiraban, en el Ateneo de Sevilla.
El Modernismo se define como la reacción a la sociedad mercantilista y utilitaria de finales del siglo XIX, como denuncia de la Revolución Industrial. La crisis del 98, en la que España perdió Cuba, Puerto Rico y Filipinas, hizo evidente el atraso del país, lo que dio origen al regeneracionismo, con Joaquín Costa como figura destacada.
La renovación de la poesía francesa dio lugar a dos movimientos sucesivos, el parnasianismo y el simbolismo, que sentarían las bases para el Modernismo. La actitud vital modernista se basó en la mezcla de clases sociales. Entre los temas más destacados se encuentran el vicio, el crimen, etc. Entre sus precursores encontramos a José Martí, con obras como Ismaelillo.
El escritor más importante del Modernismo es Rubén Darío. Su contribución a la renovación de la poesía española ha sido imprescindible para la literatura del siglo XX, puesto que introdujo el parnasianismo y el simbolismo. Algunas de sus obras más importantes fueron Azul… y Prosas profanas.
Cuando Rubén Darío viaja a París, conoce a autores de su generación que hicieron que el Modernismo arraigara en España. Estos autores fueron Miguel de Unamuno, Valle-Inclán y los hermanos Manuel y Antonio Machado. Manuel Machado publica Alma y Caprichos, obras fundamentales en la renovación del Modernismo. Antonio Machado, más introvertido, se aprecia en su obra Soledades. Juan Ramón Jiménez fue el discípulo preferido de Rubén Darío, a pesar de su juventud.
En la prosa, encontramos a Ramón María del Valle-Inclán, quien consigue recrear una riqueza sensorial y rítmica característica de su prosa. Por último, el teatro, que a principios del siglo XX era uno de los pasatiempos más importantes de los españoles, experimentó un cambio tras la Primera Guerra Mundial, dejando de lado el esteticismo y la vida bohemia, marcando el fin del Modernismo.
Tras el desastre del 98, en el que España sufrió una derrota ante EE. UU., perdiendo Cuba, Puerto Rico y Filipinas, la sociedad española pidió un regeneracionismo para avanzar y alcanzar el modo de vida europeo. Los autores de la Generación del 98 tendrán una profunda preocupación política. Aparecerán numerosas creaciones científicas, como los rayos X o la teoría de la relatividad.
La Primera Guerra Mundial sería de nuevo el fin de otra época, dando paso a un tiempo nuevo.
El teatro español posterior a la Guerra Civil presenta limitaciones respecto a la riqueza creativa del teatro extranjero, debido a los condicionamientos de la época. La creación teatral se vio afectada por el exilio de los autores más innovadores, afines al bando republicano. Esta situación se vio favorecida por la censura, que obligó a los autores a limitar sus expresiones y su libertad creadora.
La década de los 50 supuso para España un tímido desbloqueo internacional y el fin del racionamiento, pero no terminó con las desigualdades sociales. En este contexto, la obra de una nueva generación de escritores vino a renovar el panorama teatral.
Se caracterizan por usar un lenguaje directo y violento, incluyendo formas coloquiales. Desde finales de los años 60, la censura comenzó a ser más permisiva, lo que favoreció la creación de obras más innovadoras en cuanto a los temas. Cabe destacar la obra de Fernando Arrabal, quien creó el teatro pánico. El concepto de teatro es el que desarrollan las compañías del teatro del momento y siguen activas hasta nuestros días.