Portada » Español » Literatura del Siglo XIX: Romanticismo, Realismo y Más – Claves de Gramática y Ortografía
En el siglo XIX destacan tres grandes corrientes: el Romanticismo (primera mitad del siglo), el Realismo y el Naturalismo (segunda mitad del siglo). El Romanticismo surgió en las últimas décadas del siglo XVIII en Alemania e Inglaterra y se desarrolló en la primera mitad del siglo XIX. El escritor romántico rechaza la realidad que le rodea, se opone al racionalismo del siglo anterior y no acepta ninguna norma que limite su capacidad creadora. Por el contrario, defiende el derecho a expresar los sentimientos más íntimos, las emociones, la fantasía, etc.; y todo ello con total libertad, que es la bandera del artista romántico.
Los adverbios se clasifican en: afirmación (sí), negación (no), lugar (cerca), manera (así), tiempo (mañana), cantidad (poco), aspecto (aún) y duda (quizá). Los adverbios adjetivales presentan la misma forma que un adjetivo masculino singular. Ejemplo: Estudiaron duro para el examen; La leche sabe raro. Estas palabras funcionan como adverbios y no como adjetivos, pues no tienen flexión de género ni de número.
Las preposiciones son: a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, durante, en, entre, hacia, hasta, mediante, para, por, según, sin, so, sobre, tras, versus y vía. Cumplen una función gramatical de relación entre dos elementos: un elemento principal y el término de la preposición. Ejemplo: la motocicleta de mi tío (mi tío es el término de preposición = SN).
Entre signos de exclamación, comunican impresiones y sentimientos. Pueden ser propias (¡eh!, ¡epa!, ¡olé!, ¡oh!, ¡ay!, ¡uf!…) e impropias, formadas a partir de nombres (¡cielos!, ¡hombre!), verbos (¡arrea!, ¡venga!), adjetivos (¡bravo!, ¡bueno!) o adverbios (¡fuera!, ¡adelante!).
Es invariable y relaciona palabras, sintagmas u oraciones. Hay dos tipos:
Se unen directamente a la base cuando esta es una sola palabra: preacuerdo, antigubernamental… Si la base es más de una palabra, se escribe separado: ex gobernador civil, pro derechos humanos. Si el prefijo precede a una sigla o a una palabra en mayúscula, se escribe con guion: pro-ONG, anti-Mussolini.
Se utiliza en los monosílabos para distinguir palabras que se escriben igual pero tienen diferentes significados y categorías gramaticales. Por ejemplo, «tú» es un pronombre personal, mientras que «tu» es un determinante posesivo; «el» es un artículo definido, pero «él» es un pronombre personal. Ocurre lo mismo con «té» (sustantivo) y «te» (pronombre), o «mí» (pronombre personal) y «mi» (determinante posesivo). También se usa para diferenciar «de» (preposición) de «dé» (verbo dar) y «sí» (adverbio o pronombre personal) de «si» (conjunción condicional o sustantivo). Todos los interrogativos y exclamativos llevan tilde: «qué«, «quién«, «cuándo«, «cómo«, entre otros.
«Por qué» se usa en preguntas o exclamaciones: «¿Por qué te ríes?«. «Porqué» es un sustantivo que significa motivo o razón: «El porqué de su enfado«. «Por que» equivale a por el cual/por la cual: «El asunto por que discuten«. «Porque» es una conjunción causal o de respuesta: «He venido porque me lo habéis pedido«.
Son grupos de palabras que funcionan como una sola. Se clasifican en: locuciones nominales (carne de cañón), verbales (meter la pata), adverbiales (de antemano), adjetivales (de cuidado), preposicionales (a causa de, rumbo a), conjuntivas (puesto que) e interjectivas (¡Ahí va!).
Son unidades que desempeñan funciones sintácticas y se estructuran en torno a un núcleo, que puede ir acompañado de modificadores (determinantes) o complementos. Los tipos de sintagmas incluyen: nominal (núcleo = nombre, como «este pequeño ratón«), verbal (núcleo = verbo, como «luce el sol por la mañana«), adverbial (núcleo = adverbio, como «bastante pronto«), adjetival (núcleo = adjetivo, como «muy agradable«) y preposicional (núcleo = preposición, como «en la ciudad«).