Portada » Español » Línea del tiempo del origen del español
La situación lingüística actual tiene sus raíces en las lenguas prerromanas y en el latín. El latín, a su vez, tiene sus raíces en el indoeuropeo.
Las tres primeras son romances o ROMánicas porque proceden del latín. La última, el vasco o eusquera, no es una lengua ROMánica porque no procede del latín. Es la única lengua prerromana peninsular, pues se hablaba ya cuando los romanos (siglo III a. C.) llegan a la Península.
Sobre el origen de la lengua vasca hay varias teorías: una lo relaciona con las lenguas caucásicas, otra con las lenguas norteafricanas e, incluso, se habla de un posible origen ibérico.
El español, el catalán y el gallego son dialectos respecto del latín, porque derivan de él. El latín es un dialecto respecto al indoeuropeo, del cual procede.
El Aragónés o navarroaragonés y el leónés o asturleonés, en cambio, no llegaron a la categoría de lenguas durante su etapa de formación y evolución popular del latín y siguen siendo dialectos del latín. Sus causas residen en motivos sociopolíticos y culturales, que impidieron que fueran vehículo de comunicación en sus respectivas zonas. Se les denomina dialectos históricos.
La lengua de uso más general en España es el español o castellano. Es la lengua oficial en todo el país. El catalán, el gallego y el vasco son lenguas cooficiales con el español en las Comunidades Autónomas correspondientes.
Usar castellano o español para referirnos a la lengua española es un hecho al que estamos acostumbrados todos, porque se usan como palabras sinónimas. Se denomina castellano por razones históricas, ya que su origen está en la variedad que se hablaba en la Castilla primitiva. No obstante, nosotros vamos a usar el término español.
El español es la lengua que, debido a diferentes razones históricas, como migraciones internas y un fuerte proceso de expansión fuera de la Península, la hablan unos 400 millones de personas y es vehículo de comunicación en muchos países del mundo: Méjico, en gran parte de Estados Unidos, América Central y Meridional (salvo Brasil y Guayanas). También se habla español en Guinea Ecuatorial.
Como una variedad minoritaria se conserva el judeoespañol, que es el español que hablan las comunidades sefardíes desde su expulsión de España en el Siglo XV, por diferentes partes del mundo. En la actualidad, en algunas Universidades españolas se estudia el judeoespañol. Y en Madrid, en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) está ubicado el archivo de Estudios Sefardíes, que reúne materiales y documentos muy importantes para conocer la trayectoria que, durante siglos, ha tenido el judeoespañol.
El catalán es la lengua de las Comunidades Autónomas de Cataluña, de Valencia y de Baleares. Es cooficial con el español. Un porcentaje elevado de los hablantes catalanes son bilingües. El catalán es lengua oficial en Andorra.
El gallego es la lengua de la Comunidad Autónoma de Galicia. El gallego está muy relacionado con el portugués. Desde su formación a partir del latín y hasta principios del Siglo XV, que por causas históricas y políticas se separaron y llegaron a convertirse en lenguas diferentes, pero con muchas semejanzas, se llamó gallegoportugués y se hablaba también en lo que en la actualidad es Portugal.
Durante la Edad Media, se escribíó en gallegoportugués una poesía lírica de gran trascendencia e influjo en escritores no gallegos. Por ejemplo, Alfonso X el Sabio escribíó sus Cantigas en esta lengua. En la actualidad, el gallego es cooficial con el español.
El vasco o euskera es la lengua del País Vasco. También se habla en el País vasco Francés y en parte de la Comunidad Autónoma de Navarra. Es cooficial con el español. El euskera batea es el vasco normativo.
Ya hemos señalado en páginas anteriores algunas de las carácterísticas que nos permiten hablar de dialecto frente a lengua.
Una carácterística lingüística común a los dialectos del español quizá sea la relajación y, como consecuencia, la aspiración de-s final, que afecta al plural de las palabras porque suple la – s que tenemos en nuestra lengua para marcar el número plural en palabras que terminan en vocal átona (sin acento fonológico ni ortográfico), por ejemplo, en la pronunciación relajada de ‘gatos’, se aspiraría la –s y se abriría la vocal o.
Precisamente, este es uno de los rasgos más imitados por personas que no hablan estos dialectos. Sobre todo se imita el andaluz. Los dialectos del español son: el andaluz, el extremeño, el murciano y el canario.
El español que se habla en Hispanoamérica comparte rasgos lingüísticos con los dialectos meridionales, especialmente con el canario y el andaluz.