Portada » Filosofía » Limites y condiciones del conocimiento Kant
Desarrollada en la Crítica de la Razón Pura.
Kant elabora una teoría de conocimiento, el idealismo trascendental, que pretende ser una síntesis superadora, tanto del escepticismo empirista, como del dogmatismo racionalista, y que quiere mostrar cuáles son el origen, los límites y la posibilidad del conocimiento científico. En su análisis del conocimiento, Kant distingue dos facultades o fuentes de conocimiento en el ser humano: sensibilidad y entendimiento. Por un lado la sensibilidad que es la capacidad de captar los fenómenos a través de los sentidos produciendo lo que nosotros llamamos sensaciones y Kant llama intuiciones. Estas pueden ser de dos tipos. Las intuiciones empíricas que son los datos de la experiencia como los colores, sabores, sonidos, formas…etc. Y las intuiciones puras, a priori y transcendentales que son el espacio y el tiempo. La otra facultad o fuente de conocimiento es el entendimiento que es la facultad de pensar y explicar los fenómenos que capta la sensibilidad a través de los conceptos.Éstos pueden también ser de dos tipos. Los conceptos empíricos que se forman abstrayendo aquellas semejanzas que observamos en ciertos objetos y que son por tanto, a posteriori. Y los conceptos puros, a priori y transcendentales a los que Kant llama categorías. Vemos que tanto el espacio-tiempo como las categorías tienen tres características: son formas a priori, es decir no proceden del exterior, son trascendentales, es decir que el propio sujeto las produce de forma espontánea y son puras o vacías de contenido empírico. Veámoslo: Espacio y tiempo son formas de la sensibilidad porque todas nuestra sensaciones tienen lugar de la misma manera: todo cuanto percibimos lo percibimos en el espacio y en el tiempo. Esto se debe a que es una característica innata de nuestra sensibilidad captar la realidad imponiéndole un esquema espaciotemporal. Pero ese esquema no pertenece a la realidad misma, sino que es algo que el sujeto pone cuando capta la realidad. En efecto, espacio y tiempo no están ahí fuera como cosas que se perciben, por eso no son intuiciones empíricas, sino que son algo que el sujeto impone a los datos sensibles al captarlos, por ello son intuiciones transcendentales (que dependen del sujeto). Por ello espacio y tiempo son intuiciones a priori pues no proceden de la experiencia sino de la propia estructura de nuestro aparato sensible. Además son intuiciones puras, esto es, vacías de contenido empírico. Son como dos coordenadas vacías en las que colocamos y ordenamos los datos de la experiencia. Y debe quedar claro que si no hay datos empíricos a los que aplicar el esquema espacio-tiempo, entonces, éste no actúa en absoluto, permanece inactivo . Por otro lado conocer los fenómenos no es sólo percibirlos a través de la sensibilidad, es necesario, además, que el entendimiento los piense y explique. Esa tarea se hace a través de los conceptos. La mayoría de éstos son empíricos, producto de una generalización inductiva a partir de la experiencia, son,por tanto,a posteriori.
Las categorías son respecto del entendimiento lo que espacio y tiempo son respecto de la sensibilidad, esto es, son condiciones transcendentales del
conocimiento, pues al pensar los fenómenos les imponemos inevitablemente nuestro aparato categorial. Y también las
categorías son conceptos puros, vacíos de contenido empírico, que han de llenarse con los datos de la experiencia o sensaciones. Si aplicamos las categorías a algo de lo que no hay experiencia entonces no obtenemos verdadero conocimiento. Nos damos cuenta de que en el conocimiento que el ser humano tiene del mundo, hay una parte que procede del propio mundo, los datos empíricos, pero hay otra que procede de la estructura cognitiva del sujeto, nos referimos al espacio, al tiempo y a las categorías. Esto le lleva a distinguir entre fenómeno y noúmeno. Los noúmenos son las cosas tal como serían en sí mismas, sin que las modificásemos con nuestro esquema espaciotemporal y categorial. Los fenómenos son esas mismas cosas en tanto que captadas y pensadas, por tanto, modificadas por nuestro aparato cognitivo, espacio, tiempo y categorías. Como es obvio los noúmenos son incognoscibles pues al intentar captarlos inmediatamente los modificamos convirtiéndolos en fenómenos. La teoría del conocimiento elaborada por Kant ha recibido el nombre de idealismo trascendental y se presenta como una síntesis entre empirismo y racionalismo, puesto que afirma que el conocimiento es una composición de lo que recibimos del mundo a través de la experiencia, y lo que nuestras facultades de conocimiento imponen a esa experiencia. Kant está de acuerdo con los empiristas en que el origen del conocimiento es la experiencia, puesto que la sensibilidad y el entendimiento sólo operan si hay datos empíricos a los que imponer el esquema espacio-tiempo y las categorías. Pero niega que todo nuestro conocimiento proceda de la experiencia, pues hay una parte que procede del sujeto: espacio, tiempo y categorías. En esto se acerca a los racionalistas, pues éstos afirmaban que había elementos a priori o innatos en el conocimiento. Pero, Kant, se aleja de los racionalistas al recordarnos que espacio, tiempo y categorías sólo se aplican legítimamente a los datos de la experiencia, siendo ésta, x tanto, el limite del conocimiento. A partir de esta teoría del conocimiento con la que Kant ha establecido el origen y los límites del mismo, Kant puede explicar cómo es posible el conocimiento científico. Según Kant las condiciones que debe cumplir el conocimiento científico son las siguientes: Por un lado los juicios o leyes científicas deben ser sintéticos y no analíticos. Un juicio es analítico cuando l predicado ya está contenido en el sujeto, por lo tanto estos juicios no aumentan nuestro conocimiento. Un juicio es sintético cuando l predicado no está implícito n el sujeto, por tanto sí aumentan nuestro conocimiento del mundo. Por otro lado los juicios o leyes científicas deben ser a priori porque deben tener validez universal y necesaria, y d la experiencia sólo se pueden obtener verdades particulares y contingentes, k dan lugar a generalizaciones probables pero n universales y necesarias.
2. ÉTICA (MORAL):Kant pretende establecer una ética que tenga validez universal y necesaria, por tanto a priori. Todas las éticas
construidas hasta el momento son éticas carentes de universalidad y necesidad, son lo que Kant llama éticas materiales. Frente a ellas Kant construye una ética formal que vale universal y necesariamente. Es una ética formal porque carece de contenido: No establece ningún Bien Supremo que debamos perseguir y tampoco un conjunto de normas que debamos seguir. Lo único que establece es la forma general en que debemos actuar sea cual sea la conducta concreta de que se trate: una conducta es buena si está realizada por respeto al deber. Y es mala si está realizada por otras razones como el interés, el temor al castigo y la inclinación. Por tanto, lo que hace buena una conducta es la buena voluntad o intención con la que se actúa, la cual no depende de que se hace sino de cómo se hace: la buena voluntad es la que obra por respeto al deber independientemente de las consecuencias de la acción. El deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley. Obrar por deber es reconocer que se debe hacer algo o no hacerlo porque la ley moral lo exige y debe ser respetada aún en contra de mis intereses e inclinaciones. Además el deber se conoce a priori, no se obtiene de la experiencia y por ello los imperativos de esta ética son categóricos, absolutos, universales y necesarios, no dependen de las circunstancias o de los fines que persigamos, porque no son meros medios, sino que mandan incondicionalmente.
Los imperativos categóricos señalan el deber. Kant dio dos formulaciones del imperativo categórico: Obra siempre de tal manera
que puedas desear que la norma de tu conducta se torne ley universal. Y Obra siempre de tal modo que utilices a la humanidad, tanto en tu persona como en la de los demás, siempre como un fin y nunca como un medio. La ética kantiana es una ética autónoma pues es el sujeto quien en cada caso aplica el imperativo categórico, es nuestra voluntad individual la que establece el deber. Por último digamos que si bien desde el punto de vista de la Razón Teórica, Dios, Alma y Mundo son tres ideas de la razón, acerca de las cuales construimos teorías que no pueden ser confirmadas ni refutadas por la experiencia, desde el punto de vista de la razón práctica, Dios, Alma y la Libertad en el mundo, son postulados: algo cuya existencia es indemostrable científicamente pero que debe ser supuesta como condición de la moral. La libertad es un postulado de la razón práctica porque sólo si somos libres
de escoger entre el bien y mal tiene sentido esa distinción. La existencia de Dios lo es porque es la única garantía de que algún día lograremos la unión de perfección moral y felicidad imposible de realizar en esta vida. La inmortalidad del alma lo es por la misma
razón.