Portada » Psicología y Sociología » Libertad y Responsabilidad: Factores Psicoanalíticos y Éticos
La objeción más seria y grave que se ha formulado en contra de la libertad proviene del psicoanálisis, el cual diferencia entre el estado consciente y el subconsciente. Para el psicoanálisis, el hombre es dirigido, sin darse cuenta de ello, por poderes o fuerzas subconscientes. Aparentemente, el hombre es libre; los individuos humanos solo creen que viven en libertad, pero la verdad es otra. La triste realidad es que los individuos humanos se asemejan a aquellas marionetas cuyos hilos son controlados por otros. En este sentido, el hombre es dirigido por los hilos invisibles del subconsciente.
Para responder a esta objeción, se recurrirá al pensamiento de Aristóteles. Para este efecto, se citarán dos frases de su filosofía:
El subconsciente está directamente conectado con la memoria a largo plazo. Todo lo que constituye aprendizaje queda grabado en esta memoria. Por consiguiente, todo lo que se ha aprendido en el pasado se conserva en esta memoria. Es de este modo como el subconsciente se va constituyendo. Todo lo que la persona es en el presente es a causa de estas determinaciones del pasado. Puede que en nuestra psique haya un conjunto de elementos que estorben un ejercicio auténtico y pleno de libertad. Se trata de verdaderos paradigmas, esquemas mentales basados en prejuicios, errores, temores e ignorancias que en nada ayudan al desarrollo humano. Es necesario librarse de estos aprendizajes, reemplazándolos por nuevos esquemas.
Además, el futuro depende del presente. Para la realización de proyectos personales, es necesario fijarlos conscientemente en el subconsciente para que, desde esa instancia, los diversos actos de la vida consciente diaria conduzcan y acerquen a los proyectos diseñados, por consiguiente, libremente, de acuerdo con los anhelos y deseos de cada cual. Respecto del futuro, es posible ir determinando la propia vida. Se conserva, por lo tanto, la idea de libertad.
Noción de Responsabilidad: No se debe confundir responsabilidad con deberes. La palabra «responsabilidad» tiene la misma raíz que el verbo «responder». En este sentido, la responsabilidad es la capacidad de los seres vivos morales para responder o hacerse cargo de la acción realizada y de sus consecuencias. Es asumir la autoría de una acción y responder por ella. El encargado de responder por la acción es, evidentemente, el autor de la acción. Es absolutamente lógico que sea el autor de la acción el que responda por la misma. No se justifica desligarse de la responsabilidad y atribuirla a otros, salvo en el caso de los menores de edad. No existe libertad si no va seguida de la responsabilidad. Libertad y responsabilidad son términos correlacionados; siempre se presentan unidas. Además, se presentan en forma proporcional: a menor libertad, menor responsabilidad, y viceversa. Es muy dignificante para la persona humana ascender en los grados de libertad, pero es necesario tener siempre presente que, a su vez, se genera mayor responsabilidad, mayor compromiso.
La responsabilidad frente a una acción realizada está sujeta a un conjunto de circunstancias que aumentan o disminuyen el grado de responsabilidad que le compete al autor de la acción. Estos factores se denominan:
El grado de responsabilidad ante una acción está directamente relacionado con las facultades de la razón y de la voluntad. Todo lo que afecta positiva o negativamente a cualquiera de estas facultades repercutirá directamente en el grado de responsabilidad del sujeto. Esto se explica porque ambas facultades definen la naturaleza moral del ser humano. Se es mayor o menormente moral según el ejercicio de estas facultades. Para determinar los grados de responsabilidad, es necesario analizar cada facultad por separado.
En términos generales, estos factores constituyen atenuantes y/o eximentes de responsabilidad, pero será un juez el que determine en cada caso específico, según los antecedentes presentados (informes médicos, psicológicos, psiquiátricos, sociales), la atenuación o eximición de responsabilidad.
En relación con la voluntad, es necesario diferenciar entre la acción que se realiza y la que se omite. En ambas, la voluntad está comprometida, porque el sujeto, guiado por su voluntad, es el que decide tanto actuar como no actuar.
Acción Realizada
En términos legales, se considera un atenuante el reaccionar y responder ante una acción padecida.
Omisión
En relación a la acción propiamente tal, no existen eximentes, ya que es el propio sujeto el que realiza la acción y, por lo tanto, puede decidir no ejecutarla, suspenderla o hacer otra cosa. Los sujetos morales humanos no somos autómatas que actuamos ciegamente siguiendo las decisiones de otro. Cualquier orden, indicación o sugerencia de otro es filtrada necesariamente por nuestra conciencia. En conclusión, siempre el sujeto conserva algún grado de responsabilidad frente a la acción realizada; solo habría atenuantes y agravantes. En el caso de la omisión, existen los tres factores que afectan la responsabilidad: eximentes, atenuantes y agravantes.