Portada » Psicología y Sociología » Lenguaje, Pensamiento y Cultura: Una Exploración de la Cognición Humana
Cognición: Procesos por los cuales adquirimos y usamos el conocimiento.
Son el lenguaje, las imágenes y los conceptos.
Cuando pensamos usamos palabras “instantáneas”, sensoriales y categóricas que clasifican cosas.
Lenguaje: Sistema flexible de comunicación que usa sonidos, reglas, gestos o símbolos para comunicar información.
El lenguaje es un sistema flexible de símbolos que nos permite comunicar ideas, pensamientos y sentimientos.
Sonidos básicos que componen el lenguaje. Ejemplo: En el español, los sonidos de K, A, S son fonemas. En sí mismos los fonemas carecen de significado y rara vez desempeñan un papel importante en cuanto a ayudarnos a pensar, pero pueden agruparse para formar palabras, prefijos (como PRE o INFRA) y sufijos (como ADO o ITIS).
Unidades de significado más pequeñas del habla, como las palabras simples, prefijos y sufijos. A diferencia de los fonemas, los morfemas desempeñan un papel esencial en el pensamiento humano. Puede representar ideas importantes como “rojo”, “calmado” o “caliente”.
Para comunicar una idea empezamos con un pensamiento y luego elegimos los sonidos, palabras y frases que la expresarán con claridad. La tarea se invierte para entender el habla de los demás.
Las imágenes son representaciones de las experiencias sensoriales. En particular, las imágenes visuales suelen ser muy útiles cuando pensamos en las relaciones entre las cosas. Imaginarnos las cosas en el ojo de la mente en ocasiones puede ayudarnos a resolver problemas.
Los conceptos son categorías para la clasificación de objetos, personas y experiencias con base en sus elementos comunes. Sin la capacidad para formar conceptos necesitaríamos un nombre diferente para cada cosa nueva que encontrásemos. Nos basamos en los conceptos para anticipar cómo serán las nuevas experiencias. Muchos conceptos son “difusos” y carecen de límites claros, por lo tanto, solemos usar prototipos (modelos mentales de los ejemplos más típicos de un concepto) para clasificar los objetos nuevos.
Según la hipótesis de la relatividad lingüística de Benjamin Whorf, el lenguaje tiene gran influencia en el pensamiento. Pero los críticos afirman que el pensamiento y la experiencia pueden dar forma y cambiar al lenguaje tanto como este da forma y cambia al pensamiento.
Alguna evidencia indica que el uso de “hombre” y “él” para referirse a toda la gente afecta la forma en la que piensan los habitantes. Emplear el pronombre masculino para referirse a médicos, profesores, banqueros y ejecutivos puede contribuir al estereotipo de género de que esas respetadas ocupaciones son apropiadas para los hombres pero no para las mujeres. En contraste, utilizar el pronombre femenino para referirse a secretarias y enfermeras puede reforzar el estereotipo de que esas ocupaciones son apropiadas para las mujeres, pero no para los hombres.
Los animales se comunican principalmente por medio de signos (afirmaciones generales o globales acerca del estado actual del animal). Si se consideran las características distintivas del lenguaje, que incluyen los criterios de semántica, desplazamiento y productividad, ninguna otra especie posee su propio lenguaje, aunque se ha enseñado a chimpancés a usar el lenguaje de signos estadounidense.
Según investigaciones, se indica que algunos animales poseen capacidades cognitivas similares a las humanas, como la capacidad para formar conceptos y razonar. Los simios han demostrado habilidades complejas de solución de problemas. Sin embargo, solo los chimpancés, bonobos y orangutanes muestran indicios de autoconciencia.
Cada uno es fundamental para el éxito de la solución de problemas.
El primer paso en la solución de un problema implica su interpretación o definición.
Pensamiento que cumple los criterios de originalidad, inventiva y flexibilidad.
Pensamiento que se dirige hacia una solución correcta del problema.
Una vez que se interpreta el problema de manera apropiada, se debe elegir una estrategia de solución y evaluar el progreso hacia la meta. Una estrategia de solución puede ser:
Aunque las disposiciones nos permiten aprovechar experiencia pasada para ayudarnos a resolver el problema, una disposición fuerte también podría impedirnos el uso de nuevas aproximaciones esenciales. Una disposición que puede ser una grave dificultad para la solución de problemas es:
Una manera de minimizar las disposiciones mentales es la técnica de la lluvia de ideas, en la cual los individuos o el grupo reúnen muchas ideas y solo las evalúan hasta después de haber recabado todas las ideas posibles.
La toma de decisiones es un tipo especial de solución de problemas en que se conocen todas las soluciones u opciones posibles. La tarea no consiste en presentar nuevas soluciones sino en identificar la mejor solución disponible con base en los criterios utilizados.
La manera lógica de tomar una decisión es calificar cada opción disponible en términos de criterios ponderados y luego sumar las calificaciones de cada opción. Este enfoque se denomina modelo compensatorio, porque las características atractivas de gran peso pueden compensar los rasgos poco atractivos con menor peso.
Los heurísticos suelen ahorrar mucho tiempo y esfuerzo, pero no siempre nos llevan a las mejores decisiones. Pueden ocurrir errores de juicio debido al heurístico de representatividad, que implica tomar decisiones con base en información que coincide con nuestro modelo del miembro “típico” de una categoría.
Otros ejemplos son la confianza excesiva en el heurístico de disponibilidad (tomar decisiones con base en la información que podamos recuperar con mayor facilidad de la memoria, aunque pueda no ser exacta) y el sesgo de confirmación (la tendencia a buscar evidencia que apoye a nuestras creencias existentes y a ignorar la evidencia que las contradiga).
Numerosos estudios demuestran que cambios sutiles en la forma en la que se presenta la información tienen efectos notables en la decisión final. Un estudio ilustra la influencia de:
Contrario a lo que mucha gente cree, la realización de muchas tareas al mismo tiempo a menudo disminuye la velocidad, reduce la precisión y aumenta el estrés. Muchos estudios han demostrado que el manejo es particularmente afectado por la realización simultánea de tareas múltiples. Hablar por teléfono celular o enviar mensajes de texto mientras se maneja puede ser tan malo como hacerlo en estado de ebriedad.
Los psicólogos que estudian la inteligencia se preguntan qué implica esta y la manera en que puede medirse. Para lograrlo, utilizan una variedad de preguntas para evaluar el conocimiento general, vocabulario, razonamiento aritmético y manipulación espacial.
Las teorías de inteligencia caen en dos categorías: las que argumentan a favor de una “inteligencia general” que afecta a todos los aspectos del funcionamiento cognitivo y las que dicen que la inteligencia está compuesta por muchas habilidades separadas, por lo que una persona no necesariamente obtiene altas puntuaciones en todas. La teoría de inteligencia de Spearman es un ejemplo de la primera categoría.
La teoría de Thurstone es un ejemplo de la segunda categoría, igual que la teoría triárquica de la inteligencia de Sternberg y la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner. La teoría de la inteligencia emocional de Goleman enfatiza la habilidad para las relaciones sociales y el conocimiento de las emociones propias y la de los demás.
Desarrollada en Francia por Alfred Binet y Theodore Simon, fue adaptada en la Universidad de Stanford por L.M. Terman para crear una prueba que produce un coeficiente de inteligencia (CI), el cual es el valor numérico asignado a la inteligencia que se determina a partir de las puntuaciones obtenidas en una prueba de inteligencia con base en una puntuación de 100 para la inteligencia promedio.
Prueba individual de inteligencia desarrollada especialmente para adultos.
Se refiere a la capacidad de una prueba para producir puntuaciones constantes y estables. Los psicólogos expresan la confiabilidad en términos de coeficientes de correlación que miden la relación entre dos conjuntos de calificaciones.
Es la capacidad de una prueba de medir lo que ha sido diseñada para medir. Existe la validez de contenido: si la prueba contiene una muestra adecuada de preguntas relacionadas con las habilidades o conocimientos que supuestamente se debe medir. La validez relacionada con el criterio se refiere a la relación que hay entre las puntuaciones de la prueba y lo que sea que la prueba haya sido diseñada para medir.
Aunque ha existido un amplio debate sobre el grado en que la herencia y el ambiente contribuyen al CI, estudios que comparan las puntuaciones del CI de gemelos idénticos y fraternos criados en la misma familia o en familias diferentes indican que aproximadamente un 50% de las diferencias en la inteligencia se deben a la genética y que la otra mitad obedece a las diferencias ambientales, incluyendo la educación.
Dado el considerable porcentaje de las diferencias en las puntuaciones de CI que pueden atribuirse al ambiente y a la educación, muchos psicólogos están a favor de programas de educación compensatoria para niños pequeños de hogares con carencias. Dos de esos programas son el Proyecto Milwaukee y el Head Start.
Aunque hombres y mujeres no difieren en la inteligencia en general, las mujeres suelen tener habilidades verbales ligeramente mayores, mientras que los hombres suelen tener habilidades visoespaciales un poco mejores. La investigación indica que esas diferencias aparecen en la infancia temprana. En cuanto a las diferencias culturales, la investigación no apoya la idea de que la gente de ciertas culturas tenga una tendencia natural a destacar en las habilidades académicas.
El CI de casi 70% de la población se ubica entre 85-115, y el CI de la totalidad de la gente, salvo 5%, se localiza entre 70 y 130.
El retardo mental y el talento excepcional son los dos extremos de la inteligencia. Un 25% de los retrasos mentales se atribuyen a bases biológicas, como el síndrome de Down, pero no se conocen las causas del 75% restante, al igual que las causas del talento excepcional.
Es la capacidad para producir ideas u objetos novedosos y socialmente valorados.
Sostiene que se necesita de un nivel mínimo de inteligencia para la creatividad, pero que por arriba de ese nivel umbral, la mayor inteligencia no necesariamente produce mayor creatividad. Al parecer, otros factores distintos a la inteligencia contribuyen a la creatividad.
Las pruebas de creatividad se califican de acuerdo con la originalidad y, a menudo, según el número de respuestas (lo que demuestra pensamiento divergente). No obstante, algunos psicólogos cuestionan la validez de dichas pruebas.