Portada » Historia » Las Vanguardias en Europa y su Influencia en Cataluña
Movimientos sociales y creadores de una nueva teoría del arte: el antiarte. Estos movimientos se iniciaron en 1909, y fueron liquidados en 1940 a raíz de la invasión nazi en París. Se manifiestan en dos períodos:
-Primer período: 1909-1929, años de la crisis monetaria en la bolsa de Nueva York, que conmocionó la economía europea. Movimientos: futurismo, cubismo y dadaísmo.
-Segundo período: surrealista. Llega hasta el 1940, marcado por la invasión nazi en París. Se caracteriza por la intelectualización de las vanguardias, por el compromiso social y político.
Todos los movimientos respondían a una idea común de modernidad.
La invención de la palabra se atribuye al poeta catalán Gabriel Alomar, que la utilizó por primera vez en 1905, en un artículo publicado en la revista Mercure de France. El fundador del movimiento fue F.T. Marinetti. En 1909, este estableció las bases del movimiento en el Manifiesto del Futurismo.
El futurismo proclamaba una ruptura total con el pasado, ensalzaba las invenciones técnicas y manifestaba el culto del «yo». Estos planteamientos se fueron degradando en los últimos años del movimiento.
– Destrucción de la sintaxis: el infinitivo como única forma verbal válida; eliminación del adjetivo y del adverbio; abolición de la puntuación y las mayúsculas.
– Uso de signos aritméticos, musicales…
– Palabras en libertad.
Nace como movimiento pictórico en París. Primera muestra: cuadro de Picasso Las Señoritas de Avignon (1907). Dos períodos: analítico y sintético. Arte intelectual que pedía la participación del espectador. El movimiento se convirtió también en literario y poético, cuyo teórico fue G. Apollinaire. Defendía actitudes ideológicas muy diferentes del futurismo, pero se produjo un acercamiento entre ambos movimientos. Destaca el libro Caligramas (1918), del mismo Apollinaire.
– Aplicación del collage a la literatura.
– Uso de diferentes letras de imprenta.
– Uso del caligrama.
– Desaparición de los enlaces lógicos de la frase.
Movimiento más radical y rebelde de las vanguardias. El término DADA, responde al balbuceo de un niño y al resultado de escoger una única sílaba abriendo al azar el diccionario con un cuchillo. Nace en Zúrich, en el Cabaret Voltaire. Artistas a destacar: Tzara, el autor del manifiesto dadaísta; el pintor Picabia, ideológicamente de actitud anarquista. Destaca la exaltación del «yo», y un rechazo de la racionalidad. Defendía la espontaneidad, el azar, el absurdo y la locura.
– Influencias del futurismo y del cubismo.
– Invención de la escritura automática, que consiste en expresarse con una espontaneidad total.
Representará la culminación de las vanguardias. Heredero de las propuestas más inteligentes de los dadaístas. Adaptó algunas técnicas del cubismo. Quería lograr una «suprarealidad». Las vías de acceso a esta realidad oculta, eran los sueños (influencia del psicoanálisis) y la escritura automática. André Breton, autor de los dos manifiestos surrealistas de 1924 y 1930. Dos períodos: 1º: literario-artístico; 2º: moral, que explicó la relación del surrealismo con el psicoanálisis (Freud) y con el marxismo.
Se organizó como un grupo jerárquico cerrado. Expulsiones e ingresos más importantes: 1929: expulsión de Dalí y Buñuel. En 1939 y 1940, el declive del surrealismo se hizo evidente, y se puede considerar que ya se había dispersado. En 1945, el existencialismo había tomado el relevo cultural y literario del surrealismo.
– Uso de la escritura automática.
– Asociación de palabras e imágenes.
– Defensa de la distorsión alucinatoria u onírica de objetos, ambientes y experiencias.
– Uso de aliteraciones y anáforas.
– Expresión mediante polaridades definitorias de la psicología humana: vida-muerte, pasado-futuro, realidad-ficción…
Los artistas catalanes recibieron las novedades vanguardistas europeas con interés. Barcelona se convirtió durante varios años en una gran metrópoli cultural europea.
La recepción de las vanguardias supuso una paradoja evidente. Las manifestaciones vanguardistas catalanas se dieron paralelamente y simultáneamente al Novecentismo, lo que significó que dos ideologías, dos proyectos totalmente opuestos, se vieron obligados a convivir. Resultado: hay que entender la vanguardia como una peripecia individualizada.
Ante el impulso normalizador, normativizador y oficialista del Novecentismo, la vanguardia literaria catalana resultó bastante moderada.
En el primer cuarto del siglo XX, se produjo la restauración borbónica, con la regencia de María Cristina, y el sistema bipartidista en las Cortes españolas, entre los partidos liberal y conservador. En Cataluña, Prat de la Riba asumió la presidencia. La burguesía catalana quería establecer su hegemonía social y política mediante el Novecentismo. Este, convivió con las manifestaciones vanguardistas en Cataluña y con la influencia de las vanguardias europeas.
Este período coincide con la segunda etapa de la revolución industrial. Hubo un aumento de los enfrentamientos entre la burguesía y el proletariado.
Había un interés de las organizaciones obreras por la cultura. Una muestra fue la fundación en 1901, por parte de Francisco Ferrer Guardia, de la Escuela Moderna, de carácter racionalista y anarquista. Los objetivos, sociales y culturales de ésta, eran renovadores y revolucionarios, por lo que fue acusado de organizar los estallidos violentos de la Semana Trágica. Fue asesinado el 13 de octubre de 1909.
La inquietud social de este primer cuarto de siglo se manifestó con la crisis de 1917.
En 1923 se instauró la dictadura de Primo de Rivera, que duró hasta 1931.
El 14 de abril de 1931, se proclamó en España la II República. Hubo una crisis económica que afectó la estabilidad social de la República y obligó al gobierno a llevar a cabo una reforma radical. En Cataluña, el 12 de abril de 1931, Francesc Macià proclamó la República Catalana. Este fue sustituido por Lluís Companys, que fue presidente de la Generalitat el 1 de enero de 1934.
El período republicano finalizó con la sublevación militar del 17 de julio de 1936 en Melilla, que se extendió rápidamente por toda España. En Barcelona se inició el 19 de julio, pero las fuerzas de la República detuvieron a los rebeldes.
A raíz de esto estalló la Guerra Civil (1936-1939). La victoria de las tropas fascistas trajo consigo un régimen dictatorial que duró casi 40 años.
– Conjunto de características comunes a los poetas mallorquines que hicieron su obra entre 1900-1950 aproximadamente.
– Primera, un doble sentimiento:
– Superioridad: convencidos de que la poesía mallorquina ha llegado a la total perfección con Costa y Alcover, y por tanto, ya no hay un más allá posible.
– Inferioridad: sus seguidores se consideran por debajo de aquellos dos maestros, hasta el punto de no tratar de igualarlos. Se limitan a seguirlos, manteniendo una distancia.
La Escuela Mallorquina cree poseer la verdad y poder servir de ejemplo y de modelo a las demás ramas de la poesía catalana.
– Segunda, propensión al mito. Costa y Alcover fueron objeto de mitificación por la Escuela Mallorquina.
La Escuela Mallorquina significa la plena victoria de la línea clásica de la serenidad y el equilibrio.
La Escuela Mallorquina debe mucho más a Costa que a Alcover. Este último sirve de modelo en lo que tiene en común con Costa: paisaje (no hay ninguna figura humana), perfección formal, musicalidad…
– Primera, rigor académico de la forma. El verso debe «cantar», debe tener música fácil, amable y perceptible sin esfuerzo.
– Segunda, rigor de la materia poética. Limitaciones presididas por el dogma del buen gusto a ultranza, que afecta tanto a la temática como al tono expresivo. Poesía fundamentalmente paisajística.
– Tercera, fondo de humanismo clásico, mediterráneo, que es el elemento positivo de la Escuela, lo que en los mejores momentos la salva de la superficialidad que siempre está presente.
La Escuela Mallorquina representa una época de poetas artesanos que pulen, conservan y procuran tener a punto la herencia que recibieron.
Se sitúa en los primeros 50 años de nuestro siglo. Ha habido 3 tipos de escritores:
– Últimos románticos.
– Los de la gran época.
– Los jóvenes: forman la primera generación del siglo XX representada por: Maria Antònia Salvà, Miquel Ferrà i Llorenç Riber.