Portada » Filosofía » Las Cinco Vías de Santo Tomás de Aquino para la Existencia de Dios
En este fragmento de la Suma de Teología de Santo Tomás, el tema central son las dos objeciones más importantes que hay en contra de la existencia de Dios y la respuesta breve que les da el autor.
Primera objeción:
Segunda objeción:
Santo Tomás responde a lo anterior afirmando que Dios existe, citando el Éxodo y demostrándolo de 5 maneras diferentes. En este fragmento, las objeciones tienen la forma de una argumentación. En la primera argumentación, las premisas son las dos primeras ideas y la conclusión es la tercera. Y en el segundo argumento, las premisas son la cuarta y la quinta, y la conclusión es la sexta.
En este fragmento de la Suma de Teología de Santo Tomás, el tema central es la primera argumentación para demostrar la existencia de Dios, basada en el movimiento.
En este fragmento hay una argumentación que tiene como premisas las tres primeras ideas y como conclusión la cuarta idea.
En este fragmento de la Suma de Teología de Santo Tomás, el tema central es la segunda vía, basada en la causa eficiente.
En este fragmento hay una argumentación que tiene como premisas las tres primeras ideas y como conclusión la cuarta idea.
En este fragmento de la Suma de Teología de Santo Tomás, el tema central es la tercera vía, basada en la oposición entre lo posible y lo necesario.
En este fragmento hay una argumentación que tiene como premisas las dos primeras ideas y como conclusión la tercera idea.
En este fragmento de la Suma de Teología de Santo Tomás, el tema central es la cuarta vía, basada en Dios como ser perfectísimo.
En este fragmento hay una argumentación que tiene como premisas las dos primeras ideas y como conclusión la tercera idea.
En este fragmento de la Suma de Teología de Santo Tomás, el tema central es la quinta argumentación para demostrar la existencia de Dios, basada en la suprema inteligencia ordenadora, seguida de la respuesta a las objeciones del comienzo.
Respuesta a la primera objeción: Dios permite el mal porque de él obtiene un bien.
Respuesta a la segunda objeción: Dios es necesario para justificar la existencia de los seres naturales y las acciones humanas.
En este fragmento hay una argumentación que tiene como premisas las dos primeras ideas y como conclusión la tercera. Y además, concluye el ‘Artículo 3’ respondiendo a las objeciones en contra de la existencia de Dios de las que partía.
Santo Tomás critica el intento de demostrar la existencia de Dios a través del argumento ontológico de San Anselmo de Canterbury. El argumento ontológico puede formularse así:
San Anselmo ofrece otra versión basada en la idea de la existencia necesaria:
La crítica de Tomás de Aquino parte de que no todo el mundo entiende por Dios “aquello que no se puede pensar nada mayor”, y aunque entendamos a Dios, no se puede afirmar que exista. Cualquier procedimiento de análisis de conceptos es inadecuado porque estamos hablando de algo (Dios) de lo cual no puede haber concepto. En el caso de Dios, su esencia se identifica con su existencia, hasta el punto de que no se puede diferenciar una esencia dentro de él; no puede haber ningún concepto que lo explique.
La manera de argumentar a favor de la existencia de Dios debe ser la inversa a la de Anselmo: a partir del mundo físico (de las cosas que existen) para llegar al final a Dios. Esto es lo que hace Santo Tomás en sus cinco vías para la demostración de la existencia de Dios.
Tomás de Aquino piensa que es cierto que con un examen de ciertos efectos que no son proporcionados a su causa obtendremos solo un conocimiento imperfecto de dicha causa, pero también es cierto que nos permite conocer al menos que la causa existe. Su estructura lógica es común a las cinco vías y tienen tres etapas:
Sabemos que hay cosas en el mundo que se mueven. Aristóteles indicó que el movimiento consiste en el paso de la potencia al acto. Un objeto no puede ser conducido al acto desde su estado de potencia, a no ser que lo haga otro objeto que esté en acto. Este otro objeto o bien es inmóvil o bien algo que a su vez se mueve. Si es lo primero, ya tenemos un motor inmóvil; si es lo segundo, será movido por otro, y para este otro se plantea de nuevo la misma alternativa: o es inmóvil, o es algo que se mueve. Como es imposible que este proceso continúe hasta el infinito, tiene que existir “aquel primer motor al que nadie mueve”. Ese motor inmóvil es Dios.
La argumentación de Santo Tomás procede de que nada puede ser causa de sí mismo. La causa de algo o bien será incausada o tendrá una causa. Si ocurre lo primero, tenemos una causa incausada; si es lo segundo, se plantea la misma alternativa acerca de “la causa de la causa”. No es posible que esto continúe hasta el infinito; tiene que haber en último término una causa que no tenga a su vez causa alguna. Esa causa incausada es Dios.
Esta vía se basa en el concepto de necesidad, como opuesta a la posibilidad o contingencia. En el mundo hay cosas que, aunque existen, podrían no existir o no ser posibles. Si todo es posible, alguna vez nada existió. Y si nada era, nada pudo empezar a ser, porque de la nada no procede nada. Y si nada pudo empezar a ser, nada existiría ahora. No es posible que todo sea contingente, ya que debe haber algo necesario que exista en todo momento del tiempo. Hay objetos necesarios como los primeros principios, pero debe haber un ser absolutamente necesario. Ese ser es Dios.
En las cosas y seres existe una gradación de perfecciones. Hay cosas más verdaderas, buenas o bellas que otras. Tener una perfección limitada quiere decir que se participa de una perfección máxima, de la cual se es una limitación. Debe existir un ser que posea por esencia la máxima perfección y del que participen los seres con sus perfecciones limitadas. Ese ser es Dios.
Los seres naturales, aunque no tengan conocimiento, actúan por un fin. Su movimiento está ordenado a conseguir algo, realizan una función en el mundo. Santo Tomás, al igual que Aristóteles, piensa que el mundo está ordenado. Aquello que no tiene conocimiento, solo puede actuar por un fin si es dirigido por algo inteligente. Se plantea la alternativa: o bien esa inteligencia la tiene en sí misma, o bien está dirigida por algo que será una inteligencia de un grado superior. Como la serie no puede remontarse hasta el infinito, tiene que haber una inteligencia suprema que contenga en sí misma el fin absoluto. Esa inteligencia es Dios.
Las cinco vías de Santo Tomás de Aquino son argumentos clásicos para la existencia de Dios. Se basan en la observación del mundo natural y en el razonamiento filosófico. Aunque han sido objeto de debate a lo largo de la historia, siguen siendo una parte importante de la teología y la filosofía.