Portada » Filosofía » Las 5 vías Santo Tomás de Aquino
Tema: 1er paso: En primer lugar, todas las vías tienen un punto de partida empírico; parten de la experiencia, de la observación de la naturaleza, es decir, de un hecho que podemos encontrar en el mundo sensible porque nos lo muestran los sentidos. Por eso, las cinco vías comienzan diciendo: “perciben los sentidos…”, “encontramos que en el mundo sensible…”, “se puede comprobar observando…”, etc. El punto de partida es siempre el mismo: los seres sensibles; porque, según Santo Tomás, “todo conocimiento comienza con los sentidos”. Quiere decir que para conocer cualquier cosa tenemos que partir de lo que nos muestran los sentidos. Aunque, según él, una vez que hemos partido de lo que nos muestran, nuestro entendimiento es capaz de ir más allá de los sentidos para descubrir cosas que no nos
muestran. Aunque el punto de partida de todas las vías sea siempre la experiencia (los hechos), cada una de ellas parte de “un hecho distinto”, porque tiene en cuenta un aspecto de las cosas sensibles diferente: el “movimiento”, la “causa eficiente”, la “existencia”, la “perfección” o la “causa final”, que son los distintos “hechos” de los que parten las vías de Santo Tomás para demostrar la existencia de Dios.
2º paso: En segundo lugar, Santo Tomás aplica el principio de causalidad con el fin de encontrar la causa de la existencia del efecto observado en la experiencia. Trata, de pasar del efecto observado a la causa que lo ha producido, porque todo fenómeno tiene una causa que explica su existencia. La causalidad le permite a Tomás de Aquino partir de la experiencia para demostrar que todo lo que sucede en el mundo tiene una causa, si no existiese la causa el efecto no podría existir.
3er paso: En tercer lugar, si la causa a la que hemos llegado en el segundo paso no tiene en sí la razón de su existencia debemos buscar, cuál es su causa. Y si esta última tampoco existe por sí misma tendremos que encontrar cuál es la causa de esa causa. El razonamiento nos lleva a lo que parece una serie infinita de causas. Pero una serie infinita de causas a su vez causadas es imposible porque no explica cuál es el origen de la cadena de causas y efectos.
4º paso: Por último, las vías acaban concluyendo que debe existir una causa primera que nos permita explicar la existencia de la serie de causas y efectos. Santo Tomás llama a esa causa “primera” porque no puede estar causada por nadie, no puede ser, efecto de otra causa, porque seguiríamos dentro de la serie causal y seguiríamos sin explicar el origen de las causas. Finalmente, dice Tomás de Aquino, a esa causa primera que explica la razón de la existencia de todo lo que existe la llamamos Dios. De modo que la única diferencia entre las diferentes vías, en este último paso, es que cada vía muestra un aspecto distinto de la esencia de Dios. Argumento que Santo Tomás utiliza en su 1ª vía (del movimiento) para demostrar la existencia de Dios: La idea principal de esta primera vía es que Santo Tomás trata de demostrar la existencia de Dios basándose en que “perciben los sentidos que en este mundo hay movimiento”. Y como ya decía Aristóteles, en quien Santo Tomás se basa en esta primera vía, que “todo lo que se mueve es movido por otro”, si un objeto se mueve es porque otro lo ha movido. Ahora bien, ese otro objeto que mueve será algo que a su vez se mueve. Como es imposible que continúe hasta el infinito este proceso que nos lleva a buscar la explicación de cada movimiento en un motor que, a su vez, es movido, es preciso que haya un “primer motor” que lo mueva todo y que, será inmóvil, ya que de lo contrario sería movido por otro. Ese primer motor inmóvil es, según Santo Tomás, lo que los cristianos llaman Dios.
2. Nociones: En sus cinco vías para demostrar la existencia de Dios, según Santo Tomás , para conocer algo tenemos que partir de lo que nos muestran los sentidos, aunque nuestro conocimiento no se limite a lo que nos muestran sino que va más allá de ellos para extraer conclusiones.
2.1. Movimiento y primer motor. En su primera vía para demostrar la existencia de Dios, Santo Tomás parte del hecho de que en el mundo material hay cosas que se mueven. Él entiende el movimiento como un tipo de cambio más entre otros. En este caso, se trataría del “cambio de lugar” en el que se encuentra una cosa. Hay distintas clases de cambio: cambios sustanciales como la generación (pasar del no-ser al ser) y la corrupción (pasar del ser al no-ser); y cambios accidentales como el cambio local o de lugar. Sería Aristóteles quien resolvería el problema del cambio con su teoría del acto y la potencia. Si ni los presocráticos ni Platón consiguieron resolverlo, fue porque no se dieron cuenta de que una cosa además de ser lo que es en acto tiene la potencia de llegar a ser otra cosa, aunque aún no lo sea. El cambio o movimiento sería el paso de la potencia al acto, cuando lo que es sólo posible se convierte en algo real.
Según Aristóteles, “todo lo que se mueve es movido por otro”. Las sustancias son los objetos que están compuestos de materia y forma. Donde la forma es lo que Platón llamaba “Idea”, la esencia de una cosa, lo que hace que una cosa sea lo que es y permanece a pesar de los cambios de esa cosa; mientras que la materia sería aquello que cambia.
De manera que todos los seres necesitan a otros que produzcan en ellos el cambio, tanto Aristóteles como Santo Tomás, concluyen que debe haber un “primer motor” o una primera causa del movimiento de todos los seres que cambian o se mueven y, a ese primer motor, Santo Tomás dice que los cristianos lo llaman “Dios”. Dicho “primer motor” será “inmóvil” porque si se moviese tendría que haber otro motor anterior a él que provocase su movimiento.
2.2. Causa eficiente primera y ser necesario. En su segunda vía para demostrar la existencia de Dios, Santo Tomás se basa en la “causa eficiente” de Aristóteles. Parte de que todo lo que existe es el efecto de una causa que lo ha producido, porque ninguna sustancia puede producirse a sí misma. La causa de la existencia de cualquier ser es siempre otro ser; todos los seres son “efectos” de otros seres que son las “causas eficientes” de su existencia; no hay nada que sea su propia causa, pues habría de ser anterior a sí mismo y eso es imposible.