Portada » Historia » La Romanización de Hispania: Un Legado Perdurable
La romanización es un proceso de adaptación de los pueblos hispanos a las estructuras económicas, sociales y culturales de Roma. Da comienzo en el siglo III a.C. hasta el 476 d.C. Se introdujo lenta y desigualmente en la provincia, siendo más intenso y rápido en la zona del mediterráneo y más lento y menos intenso en el interior de la meseta y el norte.
Existen diversos factores que contribuyen a esta romanización:
Roma explotará los recursos del »ager públicus» a gran escala. También Hispania será la provincia minera más importante con extracciones de oro, plata, plomo, cobre (Sierra Morena y Cartagena) y mercurio.
Con respecto a la agricultura se desarrolla el latifundio, siendo los propietarios de las tierras el Estado y la mano de obra esclava. Existen mejoras en las técnicas y un aumento de la producción: utilización del barbecho, arado romano, pantanos… Los cultivos principales eran el trigo, olivo y cereales, así se convierte la península en el granero de Roma. En la ganadería destaca el sector del ovino por su lana y además el caballo, muy valorado.
Con respecto a la transformación artesanal predomina la producción de productos de alimentación: aceite, vino, vinagre y el garum. Los artesanos de un mismo oficio se agrupaban en los collegia.
El intercambio comercial era muy activo gracias a la red de calzadas que unía el Imperio y desembocaba en puertos de exportación como Cartagonova, y siendo la unidad monetaria el denario.
Se divide en dos grandes grupos: los hombres libres y los esclavos.
La sociedad gira entorno a una estructura patriarcal donde el padre »pater familias» es el centro de la familia, que es la unidad económica.
Se produce una unificación lingüística entorno al latín vulgar. La península aporta figuras como Séneca o como Pompeyo Columela que escribe el primer tratado de agricultura »De re rustica».
Para concluir, la extensa presencia de Roma en la península deja una huella muy profunda como vemos en nuestra lengua, derivada del latín, en los numerosos vestigios artísticos… que son la prueba del alto nivel de romanización de la cultura hispano-romana.
La desaparición del Imperio romano se inicia en el siglo III d.C., al confluir distintos tipos de crisis: económica con la devaluación de la moneda, militar por la presión de los pueblos germánicos, interna con enfrentamientos entre sus líderes, urbana con lo que se conoce como el inicio de la ruralización de la vida y moral, ya que Roma pierde sus valores.
La decadencia culmina con la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476, y será entonces la llegada de los visigodos en la Península.