Portada » Historia » La Reforma Protestante y la Monarquía Hispánica: Auge y Declive
La Reforma es un movimiento religioso que comenzó en la primera mitad del siglo XVI y originó la división de la Iglesia cristiana y las iglesias protestantes.
El luteranismo se difundió rápidamente por el norte de Europa (Alemania, Países Bajos, Dinamarca y países escandinavos).
Surgieron otros reformadores:
En 1521, el Papa excomulgó a Lutero, quien recibió el apoyo de los nobles alemanes. Carlos I intentó mediar en este conflicto para evitar la división religiosa. Se firmó la Paz de Augsburgo en 1555, donde Carlos I acepta la libertad religiosa para los príncipes protestantes.
La Contrarreforma fue un movimiento religioso, intelectual y político de la Iglesia católica ante la reforma protestante.
Fue una reunión de obispos y cardenales para:
En el siglo XVI, la monarquía hispánica se convirtió en la primera potencia europea. Tras la muerte de Isabel la Católica, heredó el trono de Castilla su hija Juana, casada con Felipe de Austria, quien murió repentinamente. Juana fue apartada del gobierno por supuesta enfermedad mental. Carlos de Habsburgo, el mayor de los hijos de Juana, se convirtió en el heredero, y sus abuelos, Fernando y el cardenal Cisneros, administraron los territorios hasta su llegada a España.
Carlos I tuvo que hacer frente a dos problemas nada más llegar a Castilla:
Carlos I tuvo varios conflictos internacionales:
Carlos I dividió su imperio. A su hermano Fernando le cedió Austria y la corona imperial, y a su hijo Felipe II el resto de territorios: Castilla, dominios americanos, corona de Aragón, posesiones italianas, Países Bajos y Franco Condado. En 1580 murió el rey de Portugal sin descendientes y Felipe II heredó este reino junto a los territorios portugueses en América, África y Asia. Así, los dominios de Felipe II alcanzaron una dimensión mundial.
Todos los reinos de la Península estaban bajo el reinado de Felipe II, pero mantuvieron sus instituciones y leyes propias. Carlos I dejó la Corona en bancarrota (suspensión de pagos), pero el descubrimiento de las minas de oro y plata en América y el aumento de impuestos permitieron mantener el gasto militar. En 1562, Felipe II estableció Madrid como capital de España.
Durante el siglo XVII gobernaron en España los Austrias menores. Durante este siglo se produjo la decadencia de la monarquía española. En la Península, la situación económica fue empeorando y, a nivel internacional, España fue perdiendo importancia política hasta acabar convertida en una potencia de segundo orden.
Los Austrias menores se desentendieron de sus tareas de gobierno y dejaron el poder en manos de hombres de su confianza que actuaban como primeros ministros, denominados validos, quienes utilizaron su poder para enriquecerse y repartir cargos y privilegios entre sus amigos y familiares. Así, aumentó la corrupción y las rivalidades, y fueron frecuentes las intrigas y las conspiraciones.