Portada » Filosofía » La política por maquiavelo ç
es un autor nacido en Florencia, toda su vida transcurre en el período en que Florencia y las demás ciudades del norte de Italia están envueltas en continuas luchas de poder, de manera que la política se ofrece en su versión más real y no difuminada bajo ideas de legitimidad o de justicia.
Alcanza cargos de segundo nivel con uno de los dos partidos que compiten en Florencia, el de la República, y realiza algunas misiones diplomáticas en Francia y España que le permiten conocer personajes importantes como Fernando el Católico.
Cuando triunfa el otro partido, el de la familia Médici, es destinado al destierro, y es cuando, alejado de la política activa, escribe sus obras importantes, entre ellas El Príncipe (1513), que dedica a Lorenzo de Médici con la intención de acercarse al otro partido. No volverá a ocupar cargos y el resto de su vida lo dedica a desarrollar una vida placentera muy propia del hombre del Renacimiento, y a escribir obras que complementan El Príncipe, como son Los Discursos de la primera década de Tito Livio, El Arte de la Guerra, La historia de Florencia, e incluso obras literarias como la Mandrágora.
La interpretación de su pensamiento en su conjunto ha pasado por dos grandes etapas: la imagen tradicional de Maquiavelo y maquiavelismo que deriva en maquivélico, que es la imagen de un pensador obsesionado con el poder que firmaría que el fin justifica los medios, que el gobernante podría realizar cualquier acto que fuera útil para el Estado. Esta interpretación tradicional le convirtió en objeto de fuertes críticas por parte de quienes defienden una concepción moral de la política, y por otra parte, su defensa de la unidad de Italia, sentimiento nacionalista, le produjo cierta simpatía por parte de Hegel, Fichte (románticos alemanes).
Esta imagen convencional de Maquiavelo (obsesionado con el poder) ha sido cuestionada en la última parte de este siglo por la Escuela de Cambridge, porque defiende el republicanismo cívico.
Pocock El momento Maquiavélico, defiende esta interpretación.
Según ellos es un defensor de las virtudes cívicas de la antigua polis y de la antigua Roma republicana, defensor de la limitación del poder y de la interpretación del ciudadano en los asuntos públicos.
La razón que puede explicar estas 2 interpretaciones contrapuestas es que hacen referencia a 2 fases distintas del pensamiento de Maquiavelo.
El Príncipe está destinado a estudiar las monarquías en el sentido de los gobiernos absolutos, Los Discursos están destinados a la república, tomando como modelo a esas ciudades del norte de Italia donde se desarrolla su vida.
Le interesaba más el estudio de la realidad política que no sus preferencias.
Más allá de estos debates interpretativos, queda claro que es el primer pensador que adopta una concepción científica de la política, en el sentido de analizar como se adquiere, como se conserva y como se pierde el poder. Este enfoque enlaza con las ideas en torno a la ciencia natural. Se trata, por tanto, de separar la política de la ética o de la religión o de cualquier otro enfoque. Y para ello la idea sustancia de Maquiavelo, aunque no llega a utilizar la palabra, es que la política está precedida por una razón propia que es la razón de estado.
Esto quiere decir, según Maquiavelo, el juicio sobre los actos del político no deriva de su bondad o maldad, desde un punto de vista ético sino de su utilidad en relación con el poder, el éxito es la medida para valorar las acciones de El Príncipe.
Desde el punto de vista se justifica el engaño o la fuerza, pero solo si resulta proporcionados o convenientes. En realidad, dice Maquiavelo, lo esencial en política en la apariencia, no importa tanto ser honrado, valiente o poderoso, como que la opinión pública, incluso los enemigos tengan esa percepción de que el político es valiente honrado o poderoso.
Hay tres claves en su pensamiento político: la virtud, la fortuna y la necesidad. La virtud significa que no hace referencia al comportamiento moral sino a la habilidad del político para hacerse cargo de las circunstancias y obtener el máximo provecho de ellas, poner a sus servicios las pretensiones de los demás. La fortuna equivale al azar, el político debe ser afortunado, debe ser valiente y tomar decisiones arriesgadas y aunque no le garantiza el éxito, dice que la fortuna está con los vencedores, con los la que persiguen y no con los prudentes. Y a su vez la necesidad se refiere a la concepción negativa que Maquiavelo tiene de la condición humana, esa condición, dice Maquiavelo, es eterna y hace que los humanos sean egoístas, que procuren sacar siempre el máximo beneficio, que se acerquen al triunfador y huyan del perdedor. Y por tanto que no busque la justicia sino su conveniencia.
Su política se refería a que el político debe tener la virtud política para atraer hacia sí la fortuna y por tanto vencer a la necesidad.
A pesar de esta apariencia de asepsia científica que se prende sobre todo en El Príncipe.
Maquievelo se muestra a veces entusiasta de una serie de causas: defensa de la libertad, límites al poder.
También es muy importante el último capítulo de El Príncipe, en el cual Maquiavelo hace una encendida defensa de la nación italiana que considera está ocupado por los bárbaros, y por tanto reclama que aparezca un príncipe que sea capaz de unificar todos los territorios italianos y expulsar a los extranjeros. La culpa de la situación, según él, la tiene el papa como soberano de los Estados Pontificios porque no tiene poder suficiente para tener unificación, pero sí que lo tiene para que nadie lo sea. De hecho, el libro está hecho para convencer para que Médicis haga esa función, aunque su simpatía como modelo es para César Borja y el otro que se considera modelo del paradigma de Maquiavelo es Fernando el Católico, capaz de dar apariencia superior a su habilidad.
Para describir esta realidad Maquiavelo utiliza siempre un método que es histórico y teórico, y que se convierte en el modelo para toda una literatura política que dura más de un siglo, que es la literatura sobre la razón de Estado. En esa literatura el más importante de los autores es Guiacciardini, pero también más adelante (en el barroco) hay figuras importantes como Botero, y se extiende por Francia y España. Este método consiste en (histórico y teórico) analizar ejemplos tomados de las circunstancias políticas de la vida real y extraer de ellos leyes o tendencias generales del comportamiento político que se convierte en consejos y advertencias para los príncipes (políticos) para enseñarles como ejercer el poder.