Portada » Español » La poesía española desde 1970 hasta la actualidad
En 1970, José María Castellet publica una antología titulada ‘Nueve novísimos poetas españoles’.
Manuel Vázquez Montalbán (‘Una educación sentimental’); Ana María Moix (‘Call me Stone’)
Rompieron con el realismo y abandonaron el ‘humanismo’ literario, que veía en la literatura un instrumento de lucha contra las injusticias. En su poesía cabe desde el surrealismo hasta la experimentación formal, desde un lenguaje cultista hasta el cotidiano.
Ruptura con la poesía anterior, Preferencia por la cultura de masas (televisión, publicidad…), El gusto camp (pasado de moda), El gusto por la mitología popular, que proviene del mundo del cine, del deporte, de la música… El aprecio por poetas extranjeros: Ezra Pound, William B. Yeats, Octavio Paz…
Comienza a escribir poesía en castellano, y más tarde lo hará en catalán. Fue el abanderado de esta nueva generación de poetas. ‘Arde el mar’ (1966) se suma la influencia del cine y del género policíaco.
– Antonio Colinas. Se caracteriza por un cierto neorromanticismo y por la serenidad de su poesía. Entre sus obras, escribió ‘Sepulcro en Tarquinia’, ‘Astrolabio’, ‘Jardín de Orfeo’…
– Luis Alberto de Cuenca. Es probablemente el poeta más cantado de la llamada Movida madrileña. ‘Elsinore’ y ‘Scholia’ son obras que contienen un intenso culturalismo. En ‘La caja de plata’, ‘El otro sueño’ y ‘El hacha y la rosa’, se advierte un cambio más vitalista y menos retórico.
La nueva poesía encontró sus modelos en los poetas de fin de siglo, en la generación del 27 y en el grupo de los 50, en especial en Gil de Biedma, Valente y Brines.
La poesía de la experiencia abarca un espectro temático que incluye desde los hechos cotidianos y la realidad urbana al más profundo intimismo, y en cuyos versos asoman sentimientos como el amor, la soledad, el paso del tiempo, la angustia ante la muerte…
La poesía de la experiencia agrupa poetas muy diferentes, entre los que destacan Felipe Benítez Reyes, Carlos Marzal, Benjamín Prado (‘Un caso sencillo’), Ana Rossetti, Almudena Guzmán (‘Usted’) …
– Luis García Montero. Representante de esta poesía, sus poemas urbanos y giran alrededor de motivos como el café como lugar de encuentro, la carretera, la ciudad, la calle. En sus versos se hace presente el tema del amor cotidiano y, en algunos textos, se observa la influencia de la novela negra.
Obras: ‘Rimado de ciudad’, ‘Habitaciones separadas’, ‘Completamente viernes’.
– Jon Juaristi: Su poesía se aproxima a la tendencia social y rescata temas y autores del País Vasco. Sus versos cargados de ironía llegan a veces a la parodia. Junto a esta vertiente de carácter cívico, cultiva una poesía más intimista. Publicó ‘Diario de un poeta recién cansado’, ‘Los paisajes domésticos’, ‘Tiempo desapacible’…
– Miguel d’Ors: Su poesía, caracterizada por un intimismo emotivo, ofrece una temática religiosa y familiar. Publicó ‘Es cielo y es azul’, ‘La imagen de su cara’…
Poetas de diversas generaciones – Valente, Antonio Gamoneda, Clara Janés, Jaime Siles (‘Canon’, ‘Música de agua’), Andrés Sánchez Robayna (‘Palmas sobre la losa fría’), César Antonio Molina, Amparo Amorós – han cultivado una poesía caracterizada por la indagación metafísica y la renuncia a lo anecdótico o lo sentimental.
– Temas.
Reflexión metalingüística sobre el lenguaje: el lenguaje es para alguno de estos poetas el fundamento del ser, Preocupación por la muerte: se trata de una poesía que indaga entre la vida y la nada, Afán de alcanzar el absoluto o la plenitud.
No todos los poetas de los años 80 y los 90 se encuadran dentro de la poesía del silencio o de la experiencia.
Poesía de ambientación rural: recuperan la naturaleza y el recuerdo de un pasado idílico. Destacan Julio Llamazares(‘La lentitud de los bueyes’; ‘Memoria de la nieve’); Julio Martínez Mesanza (‘Las trincheras’).
Poesía erótica. El erotismo se une a motivos como el cuerpo, la noche, el mar. Destaca Ana Rossetti (‘Los devaneos de Erato’).
Neosurrealismo. Se entronca con la Generación del 27 y los surrealistas de posguerra y continúa la línea de algunos Novísimos. Destaca Blanca Andreu (‘De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall’).
Poesía clasicista. Persigue una perfección formal, a veces con influencias barrocas. Adoptan metros y estrofas clásicas (sonetos, tercetos, liras…). Son representativos Antonio Carvajal, Fernando de Villena, Luis Martínez de Merlo.
Realismo sucio. Una segregación de la poesía de la experiencia es la poesía del neorrealismo o realismo sucio, en el sentido del realismo manchado por la vida. El principal escritor es Roger Wolfe (‘Días perdidos en los transportes públicos’).
En el cambio de siglo, los poetas de la experiencia y del silencio, confluyen con otros autores que cultivan una poesía meditativa que oscila entre la celebración de la existencia (‘Ánima mía’, de Carlos Marzal) y la melancolía por el paso del tiempo (‘Escaparate de venenos’, de Felipe Benítez), en la que no faltan elementos autobiográficos (‘Las veces’, de Esperanza López Parada).
En los últimos años destacan poemarios como ‘La certeza’, de Eloy Sánchez Rosillo; ‘Metales pesados’, de Carlos Marzal; ‘La miel salvaje’, de Miguel Ángel Velasco; o ‘Eros es más’, de Juan Antonio González Iglesias…
La profunda transformación de la escena europea tras la II Guerra Mundial se percibe desde comienzos desde los años 70 en el teatro español, pese a las dificultades impuestas por la censura. Fue a partir de 1975 cuando la innovaciones en el contenido y las técnicas dramáticas se manifestaron en España con todo vigor.
Así, se crean el Centro Dramático Nacional (1978), Compañía Nacional de Teatro Clásico, que, en 1983 dirigida por Adolfo Marsillach garantiza la presencia de obras del teatro universal, grecolatino y clásico español, Centro Nacional de las Nuevas Tendencias Escénicas (1984)…
Consolidación del teatro de calle y del teatro independiente. Destacan Els Joglars, Els Comediants, Dagoll Dagom, La Fura dels Baus, La Cuadra, Tábano…
La posmodernidad abre un amplio territorio a los directores teatrales, que se convierten en figuras de la creación escénica: Josep Mª Flotats, Joan Font…
Recuperación de los clásicos y autores censurados. Se retoman la obras de autores como Federico García Lorca o Valle- Inclán,
Éxito de la comedia musical. Llama la atención el éxito, en los últimos años, de este tipo de comedia que pone en escena la trayectoria de grupos musicales
Autores nacidos en los años 40, que estrenan sus primeras obras a finales de los 70 o principios de los 80,
Autores nacidos a finales de los 50, como Paloma Pedrero, Ignacio del Moral
Temas.
La sociedad contemporánea. Numerosas obras presentan la reflexión sobre el clima social o político de la época. Se tratan temas como la droga, el terrorismo, la corrupción política , el terrorismo de estado, la violencia de los cabezas rapadas, la inmigración y los prejuicios xenófobos y racistas.
La Guerra Civil. La evocación de esta desde el punto de vista de los perdedores Ay, Carmela, de José Sanchís Sinisterra. En ella, Carmela y Paulino deben representar una obra para celebrar la victoria del ejército nacional ante los brigadistas que van a ser fusilados al día siguiente.
Los conflictos psicológicos. Desde mediados de los 80 se aprecia una inflexión hacia el análisis de la intimidad. Así, la relaciones de amistad, amorosas o familiares se convierten en el motor de la acción
Técnicas teatrales.
Se trata de obras de raíz realista, con tramas comprensibles y personajes dotados de coherencia psicológica, en las que se rehúye de la solemnidad o la especulación intelectual. Sin embargo, incorporan estructuras metateatrales
Aunque un sector de la crítica ha acuñado para ellos la denominación de generación Bradomín, se trata de un grupo amplio y heterogéneo, en el que destacan LLuisa Cunillé, Rodrigo García, Yolanda Pallín, Itziar Pascual, Sergi Belbel
Se pueden distinguir dos vertientes:
Un teatro basado en la fuerza del texto dramático, cuyo máximo representante sería Juan Mayorga. Este escribe un teatro de la palabra, tema la reflexión sobre las distintas formas de opresión y la indefensión de las víctimas ante la violencia
Un teatro de experimentación radical, influido por el teatro de la crueldad.
Este dramaturgo, actor y director vallisoletano, formado en el teatro independiente, se caracteriza por desarrollar una dramaturgia realista, situada en el mundo contemporáneo.
Su primera obra es el entremés’¡Viva el duque, nuestro dueño!'(1975). Tras el estreno ‘Del laberinto al 30′(1980), el éxito le llegó con la primera obra de sus comedias costumbristas ‘La estanquera de Vallecas ‘(1981), en la que trata el tema de la droga.
La obra comienza con el atraco de dos hombres, Tocho y Leandro, en un estanco donde se encuentran una señora mayor y su nieta Ángeles.
Elena, una joven que ha huido del hastío de su hogar, se refugia en casa de Chusa y del primo de esta, Jaimito, representantes de la marginalidad, y está dispuesta a acompañar a su anfitriona a Marruecos para comprar droga. Finalmente, Chusa irá sola y será encarcelada; mientras, su novio, el policía Alberto, se enamora de Elena.