Portada » Español » La Poesía Española de Posguerra
Se inicia un proceso de rehumanización en la poesía a partir de 1927. La preocupación por el hombre da lugar a varios temas; por lo tanto, podemos distinguir una serie de etapas en la poesía:
Las primeras obras sirvieron a los intereses de la dictadura. En la década de 1940, la poesía de corte nacionalista coexiste con diferentes tendencias. En esta época hay autores coetáneos como Miguel Hernández, autor de la generación del 27, en la década de 1940.
Nacidos en torno a 1910, comienzan a escribir en la Guerra Civil y adquieren el nombre de Generación del 36. Se expresaban a través de la revista El Escorial y otros trabajaron para la revista Garcilaso, adquiriendo el nombre de garcilasistas.
Tenían como temas a Dios y a la patria, aunque también se añade el paisaje castellano y el amor; con el paso del tiempo, aparecerá el de la soledad y el del paso del tiempo.
Dámaso Alonso la llamó poesía arraigada, frente a la desarraigada en torno a la revista Espadaña. Poesía de tono trágico, religiosidad de duda y desesperanza. Se incluyen poetas como Blas de Otero o Jaime Gil de Biedma. Se publican las obras principales: por un lado, Hijos de la ira y, por otra, Sombra del paraíso. Aparte de estos movimientos, también se crea el postismo y el grupo cordobés Cántico.
Hacia 1955 se consolida el realismo social. En esta época aparecen Pido la paz y la palabra, de Blas de Otero, y Cantos iberos, de Celaya. En ellos superan su época pasada situándose en un nuevo marco social. Serán seguidos por otros autores como Crémer o Ángela Figuera.
Autores como Machado, Miguel Hernández, Neruda, Aleixandre, etc., pudieron servir de guía a estos.
Es una poesía que salta al «nosotros» para así transformar el mundo. Los poetas se hacen solidarios con los problemas de los otros y, en cuanto a los temas, destaca el de España. Después del tema de España se tratan otros como la alienación del hombre, el trabajo… todo con un lenguaje muy coloquial y claro.
Evoluciona de la poesía desarraigada a la poesía social. Otero busca compartir su tragedia viva con el resto de las personas.
Comienza con Cántico espiritual en la poesía religiosa y da un cambio brusco con la elaboración de Ángela. Expresa la angustia del hombre; el yo poético se dirige a un dios del Antiguo Testamento que no responde a sus preguntas, lo que da lugar a un enfrentamiento entre Dios y el hombre acabado en la soledad.
Expresa su lenguaje violento y dramático, y formas clásicas de métrica.
Se inicia con Pido la paz y la palabra; en el poema A la inmensa mayoría da su cambio de actitud. En su camino solitario se encuentra con los otros. El poeta busca solidarizarse con los que sufren, incluso más con los españoles, y hace de protagonista para denunciar las injusticias del franquismo. Utiliza el verso corto, menos dramático, corto y coloquial.
Poesía reflexiva, basada en las autobiografías. Medita sobre la realidad desde la perspectiva de un hombre que se autoanaliza. De sus últimas obras, solo se conocen algunas en revistas que pensaba publicar con el título Hojas de Madrid, con un tema mucho más íntimo. Gran libertad en métrica y lenguaje, técnicas cercanas al surrealismo.
A finales de los 50 apareció un grupo de poetas que buscaban un lenguaje más poético y el desplazamiento de lo colectivo a lo personal.
Para ellos, el poema es aquello que permite conocer el mundo y conocerse a sí mismo. Podemos destacar a Jaime Gil de Biedma, Barral, etc.
Han sido reconocidos por el nombre de Promoción del 50, algo discutible ya que alcanzaron su madurez en los años 60.
Son, respecto al estilo, se alejan de la poesía social; muchos siguen fieles a un estilo hablado, mientras que otros depuran la palabra y buscan un lenguaje más personal. Recurren a la ironía.
Uno de los autores más valorados de la generación de los 60, alcanzado con Las personas del verbo, en el que se reúnen tres obras.
Su primera obra, Compañeros de viaje, ya causó polémica. Abundaba la poesía social. Este título fue sacado de Lenin; así llamaba al burgués que compartía las ideas revolucionarias. Se opone a la situación social, pero con un tono nuevo.
Ciertos poemas son una crónica desencantada de la vida burguesa; en ellos aparecen recuerdos de su infancia y adolescencia.
Acabará por dominar lo íntimo: el amor le inspirará en poemas eróticos, la amistad, etc. Es lo que prevalece en Poemas póstumos, al que pertenece Contra Jaime Gil de Biedma.
En él se puede observar a la perfección el cambio que sufre la poesía de 1960. Posee un estilo muy original; sus poemas están llenos de juegos verbales que no siempre será fácil descubrir.
Además, publicó A favor de Venus, un conjunto de poemas amorosos con fuertes cargas eróticas.
En 1970 se publica Nueve novísimos poetas españoles. Castellet reúne a Montalbán, Azúa, Gimferrer, Molina-Foix, Carnero, Moix y Panero. Esta poesía rompió con el realismo de los 50. Representan una nueva sensibilidad.
Son poemas que se han dejado influenciar por gran cantidad de autores. El tema principal es el tema de lo personal junto al tema de lo público; muestran su escepticismo hacia la posibilidad de la poesía para cambiar el mundo. Realizan una renovación del lenguaje poético; nos encontramos ante un nuevo vanguardismo afectado por las corrientes espiritualistas.
En esta época presenta gran variedad de tendencias. La actitud negativa e individualista son dos constantes de los nuevos poetas.
Se frenan los excesos de los novísimos y se vuelve al mayor realismo. Las tendencias mayoritarias son: