Portada » Español » La poesía española de los años 60 y 70: evolución y corrientes
En la década de los sesenta, España experimentó un cambio social significativo después de los años difíciles de la posguerra. Este periodo se caracterizó por una masiva emigración rural hacia las ciudades y Europa occidental, con más de un millón de españoles buscando trabajo en países como Francia y Alemania. Aunque persistían diferencias económicas entre las regiones y un aumento poblacional, el desarrollo económico propició la sociedad de consumo en España. Este cambio se reflejó en la mentalidad de la juventud, marcada por una menor influencia de la Iglesia, nuevos hábitos sociales y relaciones de género, así como la introducción de modas y costumbres a través del turismo.
A nivel internacional, los años 60 fueron testigos de tensiones políticas durante la Guerra Fría, destacando la crisis de los misiles en Cuba y la creación del Telón de Acero. Este periodo se caracterizó por protestas ciudadanas críticas con los gobiernos y movimientos como las protestas contra la guerra de Vietnam y la Revolución Cultural en China. Además, se vivieron asesinatos políticos significativos, como los de John F. Kennedy y Martin
En la década de los 50, surgió en España un nuevo grupo de poetas, conocidos como los ‘niños de la guerra,’ nacidos entre 1925 y 1939. Autores como Ángel González, José Ángel Valente, Jaime Gil de Biedma, Claudio Rodríguez y José Agustín Goytisolo, experimentaron la Guerra Civil durante su infancia y vivieron la posguerra. A pesar de tener origen burgués y formación universitaria, se destacaron por alejarse del compromiso de la poesía social, buscando nuevos caminos poéticos.
Esta Generación del 50, aunque no renegó del compromiso social, se apartó del garcilasismo clasicista y el desgarramiento existencial de las promociones anteriores. Distanciándose de la literatura comprometida, adoptaron una lírica intimista, preocupándose por el lenguaje y mostrando ironía distanciadora. Cambiaron la reivindicación social por reflexiones éticas y metafísicas, incorporando un cierto coloquialismo que aproximaba la lengua poética al habla cotidiana.
Estos poetas compartían características como la consideración de la poesía como medio de conocimiento y revelación, un lenguaje cuidado y pulcro, y una preocupación fundamental por el hombre sin caer en el patetismo. Combatieron el régimen franquista desde posiciones cercanas al comunismo, a pesar de su contradicción interna al pertenecer a la burguesía. Se destacaron por crear una poesía de la experiencia, abordando temas como la vida cotidiana, la evocación nostálgica, la intimidad y la denuncia social, con un estilo coloquial elevado a un nivel artístico.
Jaime Gil de Biedma ilustra el cambio poético de los años sesenta. Aunque publicó poca poesía, su obra, recogida en ‘Las personas del verbo,’ destaca por abordar el paso del tiempo y las experiencias personales, desde la infancia a la madurez. Trata temas como el amor y los espacios urbanos, utilizando un lenguaje conversacional e irónico. A pesar de su obra no extensa, se considera una de las más interesantes e influyentes de su generación.
Ángel González: Considerado el poeta más ‘social’ de los años 60, Ángel González evoluciona de la poesía social a temas íntimos. Inicialmente enfoca en el paso del tiempo, amor, desengaño, absurdo de la vida y la infancia como paraíso perdido. Posteriormente incorpora elementos lúdicos y humorísticos, continuando su obsesión por el paso del tiempo y el testimonio del tiempo histórico en sus obras.
José Ángel Valente :es un autor único, alejado de tendencias establecidas, pero marcado por el intimismo. Su poesía, inicialmente con tonos existenciales y sociales, evoluciona hacia una complejidad hermética en obras como ‘La memoria y los signos’ y ‘El inocente.’ Su enfoque en la poesía del silencio busca la precisión de la palabra poética, eliminando lo superfluo, y se manifiesta en poemas de gran brevedad, como ‘Interior con figuras.’
En la década de los 70, España experimentó cambios históricos significativos, como la muerte de Franco en 1975 y el inicio de la transición a una monarquía parlamentaria con Juan Carlos I. El nivel de vida aumentó con el turismo y la movilidad social. Se legalizaron los partidos políticos y se celebraron las primeras elecciones generales democráticas. En los años 80, España se unió a la Comunidad Económica Europea y la OTAN. Hubo actividad terrorista hasta 2011. Internacionalmente, los 70 vieron el conflicto árabe-israelí y el fin de la guerra de Vietnam. Los 80 marcaron la caída del muro de Berlín, el colapso de la Unión Soviética y el surgimiento de EE. UU. como superpotencia. La década de 1990 destacó por el multiculturalismo y los medios alternativos, junto con el auge de tecnologías como la telefonía móvil e Internet.
La poesía de los años 70 está marcada por dos eventos clave: la publicación de ‘Arde el mar’ de Pere Gimferrer en 1966, precursora de la línea novísima por su irracionalismo poético y el gusto por la palabra bella, y la antología ‘Nueve novísimos poetas españoles’ de José Maria Castellet en 1970, que nombra la generación literaria que dominará la década.
1.Rechazo del realismo social, priorizando la autosuficiencia del poema y centrándose en aspectos estilísticos y formales, resultando en poemas con cierta frialdad.
2.Contenido culturalista, con abundantes referencias a elementos culturales que muestran sensibilidad, revalorizando lo lujoso y decadente.
3.Presencia de mitos culturales populares, incorporando referencias del cine, política, cómic, entre otros.
4.Metapoesía, donde los poemas tratan sobre la literatura o el tema de la propia poesía, proclamando la autonomía del mundo poético.
5.Experimentación lingüística, con riqueza léxica, imágenes irracionales, ruptura del verso, disposición gráfica no convencional, y uso de intertextualidad con citas de otros textos
Después de 1975, la estética de los novísimos sigue predominando hasta los años 80. A partir de entonces, el panorama poético se vuelve complejo debido a la presencia de numerosos poetas de diversas generaciones y tendencias. En las décadas de los 80 y 90, surgen diferentes corrientes poéticas con influencias mutuas, lo que dificulta su clasificación, aunque la corriente principal hasta los años 90 es la poesía de la experiencia.
A finales de los años 60, surge el grupo de poetas ‘los novísimos,’ marcando un cambio radical respecto a la generación anterior. Conocidos por su sesgo culturalista y rechazo a la poesía moral previa, estos poetas, como Pere Gimferrer, Guillermo Carnero, y otros, presentan una poesía hermética y cosmopolita, influenciada por movimientos vanguardistas y la sociedad de consumo. Nacidos entre 1939 y 1948, muestran una decidida ruptura con la tradición literaria española, centrándose en la forma y desviándose del compromiso social y político. Su admiración se dirige a la poesía extranjera y autores hispanoamericanos, aportando una perspectiva única a sus composiciones.
Poesía de la experiencia: La corriente de la poesía de la experiencia se caracteriza por el rechazo al culturalismo y experimentalismo de los novísimos. Sus poetas, entre ellos Luís García Montero y Felipe Benítez Reyes, exploran temas como relaciones amorosas, desengaño y el paso del tiempo. Optan por una estética realista, incluyendo referencias a la realidad cotidiana con estilo cuidado y sencillo, y utilizan formas métricas tradicionales.
Poesía del silencio: La poesía del silencio, influenciada por la poesía pura y Jorge Guillén, se caracteriza por versos fragmentados para resaltar el silencio. Autores como Jaime Siles buscan la desnudez emocional a través de poemas breves, desprovistos de anécdotas, reflexivos, filosóficos e intelectuales.
Poesía neosurrealista: La poesía neosurrealista recupera la libertad creativa y el irracionalismo propio del surrealismo. Con verso largo, metáforas innovadoras y un mundo de alucinación y sueño, poetas como Blanca Andreu y Amalia Iglesias exploran esta estética en sus obras.
Poesía metafísica: En la última década del siglo XX, surge la poesía metafísica, caracterizada por una expresión conceptual y concentrada, eliminando lo anecdótico. Autores destacados, como Olvido García Valdés, Lorenzo Oliván y Vicente Valero, exploran una poesía rica en resonancias y de carácter conceptual.
Poesía entrometida: La poesía entrometida, representada por poetas como Jorge Riechmann y Fernando Beltrán, combina la expresión de sentimientos individuales con el compromiso colectivo y la crítica social. Abordan temas como globalización, ecología, guerras y critican el neoliberalismo, considerando la poesía como un espacio de resistencia, rehumanizada y reflexiva. La transición del siglo XX al XXI se caracteriza por la convivencia de diversas corrientes poéticas.