Portada » Español » La poesía de la Edad de Plata y las vanguardias en España
La poesía de los primeros años del siglo XX está llena de cambios y modernidades (novecentismo y vanguardias) que abrirán y nutrirán el camino de la llamada Edad de plata de la literatura española, es decir, la generación del 27.
En torno a la Primera Guerra Mundial se da a conocer un grupo de intelectuales en España que manifiestan un modo nuevo de enfrentar la realidad española y el arte, es la llamada generación del 14 o novecentismo, liderada por José Ortega y Gasset y su Revista de Occidente.
Rasgos comunes de los novecentistas fueron el ya mencionado rigor intelectual, la tendencia a un arte “puro” y minoritario, el cuidado en la elaboración de la obra (la búsqueda de la “obra bien hecha”), perceptible en un estilo muy trabajado, y la reflexión sobre el atraso de España y la necesidad de su acercamiento a Europa.
Juan Ramón Jiménez (1881-1958) es uno de los poetas más prolíficos de la literatura. Tenía un carácter difícil, enfermizo y melancólico lo que le llevó a enfrentarse con otros autores, pero hizo una gran labor como defensor del modernismo y también como editor, puesto que dio a conocer importantes obras de otros autores como Rubén Darío y Federico García Lorca.
Sus primeros libros, Almas de violeta y Ninfeas (1900), son de corte rubeniano (matizado pronto en Rimas [1902]).
En el periodo de entreguerras, tuvo lugar en Europa una especial efervescencia artística movida por un afán de renovación. Se sucedieron pequeños movimientos que compartían ese deseo de ruptura y una actitud provocadora: las vanguardias.
El surrealismo fue el movimiento más seguido en nuestra lengua de manos de la generación del 27: Federico García Lorca (Poeta en Nueva York), Rafael Alberti (Sobre los ángeles), Vicente Aleixandre (Espadas como labios) o Luis Cernuda (Donde habite el olvido) trabajaron con sus imágenes sorprendentes aunque rechazaron la escritura automática.
Su nombre, Generación del 27, se debe a que en torno a 1927 publicaron obras significativas y todos participaron en los actos conmemorativos del tercer centenario de la muerte de Góngora. Esta generación se caracteriza por conjugar tradición y vanguardia.
En los momentos iniciales se aprecia el influjo de Juan Ramón Jiménez y su concepción de la poesía pura y, también, de las primeras vanguardias.
A finales de los años veinte se asimilan los postulados del surrealismo, poetas como Aleixandre, Cernuda, Lorca o Alberti incluyeron en sus obras el mundo onírico e inconsciente con un tipo de expresión irracional.
El estallido de la Guerra Civil (1936) afectó a todos los poetas del 27: Lorca es asesinado; solo Gerardo Diego, Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre permanecieron en España; los demás tuvieron que exiliarse.