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Modernismo.
El Modernismo. Novedoso, porque supone una ruptura con lo anterior y por otro porque es la primera vez que un hispanoamericano abandera un movimiento literario en España. Se trata del nicaragüense Rubén Darío, que con la obra Azul.
Recibe influencias, de poesía francesa parnasiana y simbolista así como de la poesía autóctona hispanoamericana y de los últimos ROMánticos (Bécquer y Rosalía)
.
Hay dos etapas. Una primera parnasiana que se refleja en sus obras Azul y Prosas profanas, colorista, rítmica, exótica, sonora, cosmopolita y vacua. Conocidos poemas de este estilo son Sonatina y A Margarita Debayle. Una segunda, simbolista, la más imitada por los autores españoles, intimista, existencial, angustiada, melancólica, filosófica y social. A esta pertenece Cantos de vida y esperanza.
El estilo supuso una renovación e innovación formal dirigida a la búsqueda de la belleza a través, principalmente, de la sonoridad y musicalidad del poema . Hay una profusión de cultismos, adjetivos calificativos coloristas y sensoriales, aliteraciones, onomatopeyas, sinestesias, metáforas, etc. Se renueva la métrica y se introdujeron versos poco usados en la lírica española (como el soneto alejandrino).
Observamos en ellos dos líneas temáticas:
La escapista, se recrean en la belleza aludiendo a épocas pretéritas o lugares exóticos; y la intimista, donde expresan su melancolía, tristeza ante el amor y el mundo, con clara influencia ROMántica y simbolista. En España se dejó sentir en la poesía de Salvador Rueda, precursor de este movimiento;
Manuel Machado, en poemas como los del Cante hondo; en una primera «etapa sensitiva» de Juan Ramón Jiménez, en Almas de violeta y Ninfeas, en los que se recrea en lo paisajístico y en lo sensitivo;
Valle-Inclán en su libro de poemas Aromas de leyenda, y Antonio Machado en Soledades y en su reedición, convertido en Soledades, galerías y otros poemas, si bien en esta última depura muchos de los rasgos modernistas.
En la novela de Valle-Inclán: sus Sonatas y la trilogía de La guerra carlista.
En el teatro se recuperó el verso y los temas históricos. Modernistas son:
Francisco Villaespesa en El alcázar de las perlas;
Eduardo Marquina en Las hijas del Cid;
Manuel y Antonio Machado en Desdichas de la fortuna. También Valle-Inclán en su inicio contiene algunos rasgos modernistas, que pronto superará.
GENERACIÓN DEL 98
Se da el nombre de Generación del 98 a un grupo de jóvenes y heterogéneos escritores, que quieren regenerar la vida española. La sociedad española se encuentra con la trágica realidad de que un glorioso Imperio ha quedado reducido a cenizas, social y económicamente. España es un país atrasado y convulso que ha perdido su identidad. Este grupo intentará impulsar ideas regeneracionistas que lo modernicen. En núcleo duro de este grupo lo componen el «Grupo de los tres»:
Azorín, Baroja y Ramiro de Maeztu que empezarán desde su juventud beligerante postulando soluciones radicales que irán girando hacia lo tradicional. A este grupo se irán sumando autores como Miguel de Unamuno, Ángel Ganivet, Valle-Inclán, Jacinto Benavente, Antonio Machado, Menéndez Pidal, etc.
Desde el punto de vista temático, plantearon temas filosóficos, existenciales y religiosos. Influidos principalmente por Baroja y Maeztu, Unamuno, Machado,
Baroja, Kant, concibieron al hombre como ser temporal abocado a la muerte, que observa de forma trágica y angustiosa la vida, alejado de la fe. Pusieron de manifiesto la incomunicación, la soledad, el sufrimiento, el escepticismo y el pesimismo del hombre. Denunciaron la pobreza y mezquindad, que habían llevado al país a la total decadencia, e introdujeron en sus obras el problema religioso, unido al de la angustia existencial. Algunos echaron de menos la fe de sus mayores que consuela a la gente sencilla y le ayuda a sobrellevar la muerte.
El tema de España les preocupó. Criticaron a los gobernantes, a los partidos que se repartía el poder, a la impasibilidad de la gente ante el atraso español.
Influidos por las ideas regeneracionistas, en su deseo de sacar de la desidia y la decadencia a España, recorrieron todas sus tierras para conocer sus costumbres, tradiciones, literatura, etc. Buscaron con ello encontrar la esencia y raíces de un pueblo que en su pasado tuvo proyectos e ilusiones y fue capaz de crear un gran Imperio, aunque siglos después de aquel esplendor no quedase más que el recuerdo.Los autores de la Generación del 98 dieron prioridad al contenido frente a la forma;
Buscaron la sencillez y la efectividad del mensaje, y alejado de toda elocuencia retórica. Por eso se encontraron cómodos exprésándose a través del ensayo, si bien publicaron también novela, poesía y teatro.
José Martínez Ruiz, Azorín, alicantino, cultivó con maestría la descripción de ambientes y personajes de estilo impresionista, de frases breves y sintaxis sencilla. Su obra maestra es Castilla; recupera palabras que habían caído en desuso. Escribe novelas como La voluntad, el inicio de una trilogía de novelas autobiográficas.
El guipuzcoano Pío Baroja es, un hombre de acción. Realizó estudios de medicina, pero enseguida abandona su ejercicio para dedicarse al mundo literario. En él se familiariza pronto con la ideología anarquista, defendíó un individualismo radical, pesimista, desconfiado y misántropo. Esta visión escéptica estará presente en su amplia producción caracterizada por las novelas, que el autor agrupada en trilogías y tetralogías, y su estilo de escritor impresionista. Destacan las trilogías La lucha por la vida (La busca, Mala hierba y Aurora roja) .
El bilbaíno Miguel de Unamuno representa el filósofo rebelde del grupo. Pasar por varias etapas, desde el socialismo a retornar a la tradición. Destacan sus temas filosóficos, que tratan tanto en ensayos como en novelas, que tienen como tema de fondo la libertad humana, la educación de los jóvenes (Amor y pedagogía), el carácter del español y su futuro, la necesidad de Dios (Del sentimiento trágico de la vida). Como poeta, es famoso El Cristo de Velázquez. Al teatro lleva los mismos temas existenciales, aunque no llegó a conectar con el público: Fedra, Raquel, El otro.