Portada » Historia » La Oposición Política y los Conflictos en España (1909-1917)
Paralelamente, la oposición, marginada del sistema canovista, se reforzaba en los primeros años del siglo XX. Entre la oposición política adquirieron mucha fuerza los partidos republicanos (demócratas y anticlericales) como el Partido Radical de Lerroux o el Partido Reformista de Melquíades Álvarez; también se siguieron desarrollando los partidos obreros, PSOE (UGT) y anarquistas, al ritmo del desarrollo industrial. Los anarquistas organizaron su sindicato, la CNT, a partir de 1910. Hubo un aumento de apoyos a UGT (ya que no presentaban una estructura ideológica rígida) y CNT, esta con gran fuerza en Cataluña. Realizaban acciones como la reivindicación sindical, acciones violentas (atentados y asesinatos) y producciones culturales para la gente humilde.
También destaca el desarrollo de los partidos nacionalistas, especialmente el catalanismo. Entre estos se siguió desarrollando el nacionalismo catalán conservador en torno a la Lliga Regionalista de F. Cambó, asimismo surgió un nacionalismo catalán de izquierdas y republicano: Ezquerra Republicana de Catalunya de F. Maçiá. El nacionalismo vasco (PNV) se moderó respecto a las posturas radicales y antiespañolistas iniciales de Sabino Arana. Se acentúa su perfil autonomista para integrarse en las instituciones y participar en las elecciones, pero sin desprenderse nunca de sus principios soberanistas.
El gran problema del régimen de la Restauración fue su incapacidad de solucionar los graves conflictos sociales que se generarían.
La Semana Trágica de Barcelona (1909) fue la primera crisis grave que sufrió el Sistema de la Restauración tras la Guerra de Cuba (1898). Esta sublevación no respondía a ninguna ideología concreta, sino que fue una explosión de descontento popular motivada por el paro en el sector textil y el embarque de los soldados destinados al Rif en el puerto de Barcelona.
Entre los amotinados había anarquistas, republicanos y catalanistas que tomaron las calles de la ciudad durante una semana. Una de las manifestaciones de estos desórdenes fue la violencia contra la iglesia y la quema de conventos, tan irracional como espontánea.
Estos ataques muestran cómo las clases bajas urbanas identificaban a la Iglesia con el orden constituido y con los intereses de las clases dominantes. Sin embargo, la quema de conventos fue vista en la católica España como un signo de barbarie y desorden público. La respuesta del gobierno de Maura contra la Semana Trágica fue el uso de la fuerza, e incluso una represión exagerada (como el caso del juicio y ejecución del anarquista Ferrer Guardia), lo cual le costó la dimisión.
A partir de 1910, el poder recayó en los liberales de José Canalejas que intentó su propia “revolución desde arriba”. Sus principales reformas tuvieron un claro contenido social como:
También se aprobaron distintas leyes como:
El asesinato de Canalejas en la Puerta del Sol de Madrid (1912), a manos de un anarquista, supuso el final de esta inicial etapa de reformas.
La Semana Trágica y el asesinato de Canalejas (1912) no sólo pusieron fin al período del Revisionismo Político desde el poder sino que abrió un nuevo período (1912-1923) en el que se manifestó la crisis de los Partidos del Turno (Conservador y Liberal) y el propio Turno de Partidos como lo había diseñado Cánovas.