Portada » Historia » La Oposición al Franquismo: De la Represión a la Reorganización
A grandes rasgos, se puede dividir la actuación de los grupos de oposición política al régimen franquista en dos periodos diferenciados.
Por un lado, en la década de los cuarenta y los cincuenta asistimos a una desarticulación de la oposición debido a la represión ejercida por el régimen. Esta represión contaba con la sanción legal de la Ley de Represión contra la Masonería y el Comunismo que se dirigió, principalmente, contra los cuadros dirigentes de partidos y sindicatos (partidos republicanos en general, PSOE, UGT, PCE, CNT, etc.). La CNT y el PCE (y en menor medida el PSOE) consiguieron crear células de resistencia dentro del país que organizaron algunos de los primeros actos de agitación social de la dictadura como fueron las huelgas de Barcelona (1946) o Bilbao (1948). A ello habría que añadir la persistencia de una pequeña actividad guerrillera (maquis) conformada mayoritariamente por comunistas y anarquistas en zonas como los Pirineos, León, Galicia, Asturias, Santander y que se mantuvo activa hasta 1948.
Durante este periodo se desarrolló un importante movimiento estudiantil que se oponía al sindicato oficial de estudiantes y que exigía libertades políticas así como una reforma de la universidad. Las manifestaciones más significativas tuvieron lugar en las universidades de Madrid (1956) y Barcelona (1957).
Por otro lado, durante la década de los sesenta se asiste a la reorganización y renovación de la oposición antifranquista. Al crecimiento de la oposición en el interior contribuyó el gran cambio social y económico que se estaba produciendo, así como el recambio generacional y la pérdida de influencia del exilio político. De todos ellos, podemos destacar la labor de algunos sectores de la jerarquía eclesiástica, principalmente desde el clero vasco, donde comienzan a surgir voces denunciando el totalitarismo franquista y la ausencia de libertades, como fue el caso del obispo de Bilbao, Antonio Añoveros, quien además reivindicó el derecho del pueblo vasco a su propia identidad. Dentro del sector eclesiástico se puede señalar también la importancia del cardenal Tarancón, conocido por sus disputas con Franco y su gobierno en los últimos años de la dictadura.
La protesta de los trabajadores fue una de las principales manifestaciones de oposición al régimen a partir de la década de los sesenta. Los conflictos laborales se multiplicaron y con ello, la formación de sindicatos que actuaban de manera clandestina para acabar con el régimen. Dentro de ellos, podemos destacar la labor realizada por Comisiones Obreras (CC.OO.), creado en 1964 y que fue declarado ilegal por el Tribunal Supremo, la Hermandad Obrera Acción Católica (HOAC) o Unión Sindical Obrera (USO), fundado por antiguos miembros de CC.OO. De los antiguos sindicatos, solo la UGT mantuvo cierta actividad clandestina, mientras la CNT prácticamente desapareció.
La incorporación a la Universidad de jóvenes nacidos después de la Guerra Civil y fuertemente influidos por los cambios sociales y culturales de la década de los sesenta, hizo de la protesta estudiantil un frente de conflictividad casi permanente. La lucha contra el Sindicato Español Universitario (SEU), obligatorio y falangista, llevó a la creación de sindicatos democráticos de estudiantes, claramente enfrentados con la dictadura y al sistema educativo existente.
En lo referente a las acciones de los partidos políticos, la izquierda tuvo un claro protagonismo político al estar presentes la mayoría de las movilizaciones y conflictos sociales:
Además de los partidos considerados clásicos, dentro de la izquierda se asiste a la formación de nuevas organizaciones como la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT), la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) o el Movimiento Comunista de España (MC), todos ellos de notable implantación en regiones como el País Vasco o Cataluña. En 1962, buena parte de la oposición moderada (monárquicos, demócrata-cristianos y liberales) junto a republicanos y socialistas en el exilio, participaron en Munich en el IV Congreso del Movimiento Europeo para denunciar internacionalmente la dictadura de Franco.
Por último, hay que destacar la reorganización de los partidos nacionalistas. En Cataluña, los partidos históricos como ERC o UD eran poco activos, surgiendo nuevas organizaciones nacionalistas. Cabe destacar la creación en 1974 de Convergencia Democrática de Catalunya, organización nacionalista de corte moderado dirigida por Jordi Pujol. En el País Vasco, si bien el PNV permanecía como un referente, el hecho de mayor repercusión fue la aparición de ETA en 1959. Esta organización, revolucionaria y nacionalista radical, optó a partir de 1968 por la lucha armada contra el franquismo, provocando atentados contra personalidades del régimen y fuerzas de orden público.