Portada » Lengua y literatura » La novela española de posguerra y su evolución
Predominan los temas referidos a las duras condiciones de la vida cotidiana en aquellos años de posguerra: la miseria, la inadaptación social, la soledad… Son frecuentes también los personajes desarraigados, desorientados o marginados. En cuanto a las técnicas narrativas, se siguen las de la novela realista tradicional.
Publicó La familia de Pascual Duarte, en la que el protagonista, Pascual Duarte, un campesino extremeño, relata su vida en primera persona, mientras espera en la cárcel a ser ejecutado. El ambiente de miseria en que ha vivido desde la infancia es presentado como la causa de su carácter violento y de los crímenes que ha cometido.
Su primera obra, La sombra del ciprés es alargada. La vida rural de los pueblos de Castilla, la mentalidad de las clases medias provincianas, el mundo de los niños y la vida de las gentes humildes y marginadas constituyen los temas más frecuentes de sus novelas, sin olvidar su preocupación por la naturaleza.
La recuperación del léxico rural castellano perdido o en desuso es otro de sus rasgos característicos.
Su novela Nada ofrece un retrato de la vida sórdida y monótona de los años de posguerra en Barcelona a través de las experiencias de la protagonista, Andrea, en su primer año como estudiante universitaria.
La corriente dominante en la década de los 50 es la del realismo social o realismo crítico, cuyas características principales son:
La novela que inició la corriente del realismo social fue La colmena, de Camilo José Cela. La acción transcurre durante tres días en el Madrid triste y desolado de la posguerra, y los más de trescientos personajes –protagonista colectivo- sirven para ofrecer una visión global de la vida cotidiana y de la sociedad española de los años cuarenta. La novedad más llamativa es la estructura circular: la acción, siempre dando vueltas sobre lo mismo, se fragmenta en breves escenas o secuencias que solo al reunirlas adquieren sentido completo.
Las novelas más conocidas de Miguel Delibes: El camino, que relata el despertar a la vida de su protagonista, Daniel «el Mochuelo», un niño de once años que, la noche anterior a su marcha del pueblo para ir a estudiar el bachillerato recuerda los episodios más importantes de su vida hasta entonces; La hoja roja, sobre la soledad de un jubilado; y Las ratas, reflejo de la dura vida de un pueblo castellano.
Rafael Sánchez Ferlosio escribió El Jarama, que reúne todas las características del realismo social: escrupuloso objetivismo del autor; protagonista colectivo, un grupo de jóvenes madrileños que acude al río Jarama a pasar un día de fiesta; tiempo reducido; e importancia fundamental del diálogo. Y como tema de fondo, el aburrimiento, la rutina y el vacío de la vida de la juventud española de la época.
Al tiempo que se va produciendo un rechazo creciente de la novela social, tiene lugar un proceso de renovación narrativa.
Aparece así un tipo de novela experimental, más preocupada por los aspectos formales y lingüísticos del relato que por la reproducción objetiva de la realidad: el cómo se cuenta tiene tanto interés como lo que se cuenta.
En este cambio influyó el descubrimiento de la nueva novela hispanoamericana, con dos obras claves: La ciudad y los perros, de Mario Vargas Llosa y Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez.
Con su obra Tiempo de silencio incorpora definitivamente a la novela española las técnicas narrativas modernas. En ella, interesan los procedimientos formales: el lenguaje barroco y cultista; el empleo del monólogo interior, etc.
La saga/fuga de J.B. es una novela en la que se narran mil años de historia de una imaginaria ciudad gallega. Rasgos característicos: la complicadísima trama, la continua presencia de elementos mágicos y míticos, la imaginación desbordante y el empleo de todo tipo de recursos narrativos.
Combina la denuncia y el realismo social con los modernos procedimientos narrativos.
Los novelistas como Delibes y Cela, contribuyeron a la renovación de la novela en esta época.
Mención especial merece la novela del exilio, escrita por los numerosos autores que se vieron obligados a salir de España al terminar la guerra civil. Entre ellos, Ramón J. Sender, Max Aub, Francisco Ayala y Rosa Chacel.
El alejamiento del experimentalismo: las técnicas vanguardistas de principios del siglo, ya no resultan atractivas, ni para el novelista ni para el lector.
El retorno a planteamientos más tradicionales: el argumento, la historia en sí misma, con una estructura lineal en el tiempo.
Superación del realismo tradicional por medio de la imaginación y la fantasía.
Gran variedad de estilos, de temas y de técnicas narrativas. Abundan los temas intimistas, subjetivos y el análisis psicológico.
Su primera novela La verdad sobre el caso Savolta. Barcelona en el siglo XX. Sus siguientes obras El misterio de la cripta embrujada, una novela policiaca.
Es autor de un tipo de novela intimista, de gran carga psicológica y con numerosas referencias a la cultura y sociedad actuales: Tu rostro mañana.
En sus novelas confluyen lo autobiográfico, lo psicológico y lo social, y es perceptible también en muchas de ellas la influencia del cine. El invierno en Lisboa.
Otros novelistas dignos de mención son: Félix de Azúa, Soledad Puértolas, Álvaro Pombo, Rosa Montero, Carlos Ruiz Zafón y Francisco Umbral.