Portada » Español » La novela después de la Guerra Civil
El 18 de Julio de 1936, militares encabezados por Francisco Franco, apoyados por la Iglesia, la oligarquía económica y los fascismos europeos, se rebelaron contra la República, estallando la Guerra Civil española, hasta el 1 de Abril de 1939. Se instaura un régimen totalitario y ultraconservador que reprime a los vencidos. Vendo muchos al exilio. España se ve destruida. Con la amenaza del hambre y aislada internacionalmente. A partir de los 50 comienza la recuperación económica con las ayudas de EEUU (vara controlar el bloque anticomunista durante la Guerra Fría) y durante los 60. Se vive desarrollo económico con el turismo extranjero y divisas enviadas por emigrantes españoles. No obstante, ciertas acciones del Régimen, como condenas a muerte, mantienen a España lejos de la diplomacia europea. Al morir Franco, el 20 de Noviembre de 1975, el rey Juan Carlos I, nombrado sucesor, junto con el presidente Adolfo Suárez, promueve la Transición hacia la Democracia: se aprueba la Constitución de 1978, se celebran elecciones generales, el sistema se consolida superando el Golpe de Estado de Tejero en 1981, España ingresa en la OTAN y en la UE..
›Novela idealista. Formada por autores afines al régimen, que ensalzan valores franquistas, tradicionalistas y católicos (Dios, Patria y Familia), sobresaliendo José Antonio Giménez Arnau (El puente). -›Novela realista. Refleja la miseria moral y material, con temas como la incertidumbre, la soledad, la inadaptación… Y personajes marginales y desarraigados, revelando así el malestar social de momento, conocíéndose también como novela existencial. Se rompe con las corrientes narrativas de antes de la Guerra, volvíéndose a un mediocre Realismo, recreando algunas novelas ambientes sórdidos y violentos con expresiones abruptas, empleando la primera y tercera persona clásica y una acción lineal; destaca el tremendismo, un estilo que refleja lo peor de la sociedad. Mencionamos La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela, conocido como el Lazarillo del Siglo XX; Nada de Carmen Laforet, con temas como la soledad y la marginación; La sombra del ciprés es alargada, de Miguel Delibes, sobre tristeza y frustración; o la trilogía Los gozos y las sombras de Gonzalo Torrente Ballester, que retrata la decadencia frente al capitalismo. -›Novela en el exilio. Formada por quienes abandonan España tras la Guerra, evolucionando cada uno de manera personal, aunque tratan en general la experiencia de la
guerra y la nostalgia de la patria a no tener censura. Francisco Avala evoluciona hacia preocupaciones éticas o políticas con cuentos como La cabeza de cordero y novelas como El fondo del vaso. Max Aub centra su novela en la Guerra Civil y el fenómeno del arte, con un lenguaje hondo y varios puntos de vista narrativos (El laberinto mágico). Rosa Chacel, en Memorias de Leticia Valle, narra las memorias de una chica tras el escándalo por seducir a su maestro. Ramón J. Sender escribe Réquiem por un campesino español, en el que el cura de un pueblo Aragónés recuerda la vida de Paco, joven fusilado. Novela de los años cincuenta -›Novela social. La censura se relaja, surgiendo la denuncia de la pobreza, la persecución y la injusticia como temas y con personajes colectivos, ninguno destaca. En la novela social hay dos corrientes: el objetivismo y el Realismo crítico. En el objetivismo, el escritor se limita a presentar la realidad sin emitir juicios de valor, describíéndola tal cual es al lector, como en Los bravos de Fernández Santos (habla sobre la dura vida del campo), y El Jarama, de Sánchez Ferlosio. El Realismo crítico aspira a explicar y a denunciar las injusticias que marginan a determinados grupos sociales, simplificando el estilo y la técnica narrativa; los temas principales de la novela española del Realismo social serán: la dureza de la vida en el campo y las clases trabajadoras y algunas de las carácterísticas son la narración lineal, la aparente sencillez, las descripciones funcionales, la concentración espacial y temporal, el personaje colectivo o representativo, y la preeminencia del diálogo, como en Central eléctrica de Jesús López Pacheco (sobre el mundo del trabajo), La mina de López Salinas. Miguel Delibes (El camino) o Camilo J. Cela (La Colmena); y los de la novela social, iniciada en 1954, como Juan García Hortelano. Novela de los años 60 -›Novela experimental. El Realismo social se va desgastando, dando paso a una renovación literaria centrada en la experimentación del lenguaje y las técnicas narrativas. Se vuelve a la imaginación y la introspección y se retoma el tema existencial gracias a corrientes filosóficas como el psicoanálisis o el existencialismo. Se introducen múltiples recursos literarios para apartarse de las formas tradicionales (tratamiento de la anécdota, aparición de secuencias (recursos del cine), disminución del diálogo, multiperspectivismo mediante flash-back…). Además, destacamos el monólogo de conciencia. Tiempo de silencio,
de Luis Martín Santos es la novela que inicia este cambio, que habla sobre un hombre que decide comprar unos ratones para experimentar, y ocurren diversos sucesos con la familia a la que se los compra. Influyen también renovadores extranjeros (Kafka, Faulkner…) y escritores hispanoamericanos como Vargas Llosa (La ciudad y los perros) o Gabriel García Márquez (Cien años de soledad). Con la muerte de Franco y la llegada de la Democracia, la novela también comienza a cambiar, alejándose del experimentalismo, ya sea mediante parodia de esta (La saga/fuga de J.B de Gonzalo Torrente Ballester) o recuperando la intriga y el argumento (La verdad sobre el caso Savolta de Eduardo Mendoza). Aun así, no se puede hablar de un solo tipo de novela, ya que actualmente hay diversas formas de entenderla. Metanovela: narra una historia y su proceso de redacción (Papel mojado de Juan José Millás). Novela lírica: busca la perfección formal (La lluvia amarilla de Julio Llamazares). Novela autobiográfica (Corazón tan blanco de Javier Marías). Novela de intriga y policíaca (La tabla de Flandes de Arturo Pérez Reverté). Los autores más jóvenes escriben una novela sobre los problemas de la juventud urbana con una estética cercana a la contracultura (Héroes de Ray Loriga). Novela posmodernista: exalta la cultura popular, el eclecticismo, cambiar de un estilo literario a otro y reinterpretar lo ocurrido desde otro enfoque (Nocilla Dream de Agustín Fernández Mallo).