Portada » Lengua y literatura » La lucha entre la moral autoritaria y el deseo de libertad
Moral autoritaria frente al deseo de libertad. La oposición se plantea desde el principio. Bernarda intenta imponer sus normas opresivas basándose en su posición como cabeza de familia, marca el comportamiento de sus hijas frente a los hombres, restablece el orden cuando discuten… Sus hijas y criadas la temen y odian. Sin embargo, el deseo de libertad, el impulso amoroso de Adela, es más grande que el temor. Muestra su desafío a través de un abanico de flores y un vestido verde. Finalmente, arrebata el bastón y lo parte; tras el suicidio, se ciega el camino de libertad para las demás. La Poncia expresa su rebeldía a través de la locura. Sin embargo, esta le da fuerzas para enfrentarse y denunciar la tiranía y el sufrimiento de los demás.
AMOR SENSUAL. El drama de estas mujeres se concreta en la ausencia de amor y el temor a permanecer solteras. La presencia del hombre y la pasión amorosa se concretan por medio de:
LA HIPOCRESÍA. La hipocresía que enmascara la realidad constituye uno de los motivos recurrentes en la obra. Se plasma en:
Preocupación por las apariencias. Temor a la murmuración. Bernarda oculta a su madre, no deja entrar visitas, no quiere que los demás sepan sus cosas: hipocresía y necesidad de aparentar. Martirio felicita a Angustias por el matrimonio con Pepe; Bernarda, tras el suicidio de Adela, quiere ocultar la realidad y aparentar que nada extraño ha sucedido.
EL ODIO Y LA ENVIDIA. La obra está repleta de pasajes en los que se manifiesta este tema por medio de insultos y expresiones directas. El medio en que viven, unido a la imposibilidad de cumplir deseos de amor y libertad, impulsa a las hijas a este tema. La desigualdad y la injusticia social también provocan el odio en las criadas hacia Bernarda.
INJUSTICIA SOCIAL. La crítica social predomina en el primer acto. Lorca denuncia injusticias y desigualdades sociales mediante una jerarquía bien definida: en el estrato más elevado están Bernarda y su familia, luego La Poncia, después la criada y, por último, la mendiga. Cada personaje tiende a humillar al que tiene por debajo.
HONRA. Ligada al tema de las apariencias y vinculada al tema del amor. Bernarda se mueve guiada por unos principios convencionales que exigen una imagen social limpia e impecable. Este sentido impera en el pueblo y posibilita el linchamiento de la hija de Librada.
EL TIEMPO. Machado es muy sensible ante el curso fatal de las horas y los días, llegándose a autodenominar poeta del tiempo. Dialoga con él a través de símbolos que son como representaciones de sí mismo:
DIOS. La presencia de Él ocupa un lugar significativo en el pensamiento y obra de Machado. Se trata de un dios en el que no se puede creer, aun que se quiera; es un dios más añorado y deseado que afirmado.
EL RECUERDO Y EL SUEÑO. A lo largo de su obra se intuye en Machado el deseo de amar y la necesidad de ser amado. Las dos pasiones de su vida ocupan un lugar importante en su producción: la de su esposa Leonor y el amor de Guiomar.
SU BIOGRAFÍA. Machado evoca en numerosos poemas su infancia, su juventud, sus amores. Pero no solo aparece su biografía externa, sino que también la espiritual. De este modo, su poesía puede considerarse un diario de su propia alma, una vida hecha verso, que así escrita puede hacerse eterna: palabra esencial en el tiempo.
EL PAISAJE Y EL TEMA DE ESPAÑA. Puede adoptar un valor doble: