Portada » Educación Artística » La línea en el impresionismo
Quiere representar al objeto, su volumen, su densidad, hallar la forma sin recurrir al contorno. Comienza a geometrizar y simplificar las formas. Busca en la naturaleza las formas esenciales, las figuras geométricas: el prisma, la esfera, la pirámide. Una montaña puede ser esquematizada como una pirámide, los árboles son cilindros, un fruto como una esfera; en definitiva, trata de plasmar la estructura de los objetos. Subraya la forma mediante el color, en vez de diluirla como los primeros impresionistas. Para lograr forma y volumen recurre a la gradación tonal, de ahí que juege más con los contrastes de colores que con los juegos de luz; el dibujo se obtiene con el color, es la pincelada coloreada la que proporciona forma y volumen, luz y espacio.
Pinta escenas de cabaret. Recupera el dibujo y diseña carteles con trazos rotos y nerviosos que dan a la obra ritmo y movimiento. Sus colores son intensos y resaltan el movimiento de sus figuras. Toulouse eleva el cartel a la categoría de arte. Utiliza la litografía en color, con la que realiza su obra cartelista. Usa colores vivos y planos y una línea de dibujo muy nítida que facilita la comunicación con el espectador. Muchas de sus obras presentan la inmediatez del apunte, dando una impresión de espontaneidad. Sus temas preferidos serán escenas de camerinos, prostitutas, cafés o artistas. Las escenas del mundo nocturno y los retratos casi caricaturescos de los personajes de la noche serán sus temáticas favoritas. Las influencias más notorias son la pintura de Degas, y la estampa japonesa. La relación del pintor con el «Moulin Rouge» será especial al convertirse en uno de sus mejores clientes e interpretar con suma precisión la «fauna nocturna» que se daba cita en el local con todo su elenco de estrellas fue Lautrec quien diseñó el cartel publicitario del cabaret, sirviendo el vestíbulo del Moulin en numerosas ocasiones como sala de exposiciones para el artista. Como artista de vanguardia, Toulouse-Lautrec no será admitido en el Salón de París al considerar inaceptables sus obras.
Asimila enseguida el impresionismo, pero a partir de 1880 lo superará. Busca una pintura que exprese sensaciones interiores, que le permita evadirse de la sociedad de su época, por lo que dirige su búsqueda hacia una naturaleza y una sociedad no contaminadas por el progreso, en culturas más ingenuas y primitivas. Para Gauguin el cuadro debe ser comunicación mediante la percepción del color. La luz pierde a favor del color. En sus Mujeres de Tahití sus colores son puros y planos como en la pintura japonesa. Sus figuras grandes, contorneadas de manera clara y rellenas de color. Al mismo tiempo renuncia a la perspectiva, suprime el modelado y las sombras.
Es una pintura plana como la de las pinturas japonesas. El color es de una intensidad excepcional, es un color plano, arbitrario y simbólico. No se trata de imitar la naturaleza sino de interpretarla. Plantea una nueva definición del espacio, construyéndolo con colores que se extienden en amplias superficies planas y que tendrá gran influencia en el fauvismo.
Su pintura es reflejo de su búsqueda personal y en ella trata de manifestar los sentimientos humanos. Su obra se puede dividir en dos etapas: la holandesa y la francesa. El período holandés sus temas son fundamentalmente campesinos, ejecutados con tonos sombríos y pincelada brusca y pastosa : “Comedores de patatas”…Etapa francesa: a su llegada a Francia entra en contacto con los impresionistas y sus colores se hacen más claros y su pincelada más ligera, aunque pronto sustituye la pincelada menuda de los impresionistas por amplias superficies de color plano, un color de enorme intensidad cromática (sobre todo azules y amarillos) que dan a su obra una gran vitalidad: “El Puente levadizo”…Sin embargo su salud mental no es muy buena y su visión de la naturaleza cambia. Ahora será reflejo de una visión atormentada que refleja su propio drama interior, un estado de ánimo depresivo que finalmente le llevará al suicidio. Sus colores son violentos e intensos. La fuerza expresiva también la traslada a la forma que se retuerce y convulsiona por la utilización de trazos frenéticos y agitados.: “Noche estrellada”; “La iglesia de Auvers-surOise”… Su pintura expresa su propio drama personal, su locura. Se expresa a través del color y de la línea. El color se convierte en un medio expresivo, lo que interesa es la emoción que despierta en el espectador. Prepara así el camino a las tendencias expresionistas Utiliza el color como medio de expresión, pero un color simbólico que influirá en el fauvismo y al mismo tiempo será un referente esencial de la vanguardia expresionista.