Portada » Historia » La Guerra Fría: Bloques, Conflictos y Descolonización
Las Conferencias de Yalta y Potsdam habían dividido Europa en dos zonas de influencia, y estadounidenses y soviéticos estaban decididos a mantenerlas.
Ambos Estados representaban dos modelos antagónicos de organización política, social y económica: el capitalismo liberal (EE.UU.) y el socialismo comunista (URSS). Estados Unidos obligó a expulsar a los comunistas de los gobiernos de coalición que se habían formado, mientras que la URSS propició que el Partido Comunista se hiciese con el control exclusivo del poder en los países bajo su influencia: Polonia, Rumania, Hungría, Checoslovaquia, Bulgaria, República Democrática Alemana, Albania y Yugoslavia.
La ruptura se materializó en 1947, cuando el presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman, enunció lo que se conoció como Doctrina Truman. Esta doctrina denunciaba la creación de regímenes comunistas en los países ocupados por el ejército soviético y proponía la intervención americana para frenar la amenaza comunista en Europa.
Como respuesta, se propuso el Plan Marshall, una ayuda económica para impulsar la reconstrucción europea. Por su parte, la URSS propuso el Informe Jdanov, que denunciaba la actuación de Estados Unidos como una vía de dominio de Europa, y la creación del Kominform, una organización que reunía a los países comunistas.
En 1949, los aliados de Estados Unidos crearon la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y, en 1955, la Unión Soviética y sus aliados formaron el Pacto de Varsovia. El mundo quedó dividido en dos bloques por una profunda brecha que Winston Churchill denominó Telón de Acero.
El primer escenario de la Guerra Fría fue Alemania. El país quedó dividido en cuatro zonas ocupadas por británicos, franceses, estadounidenses y soviéticos. En 1948, los tres aliados occidentales decidieron unificar sus territorios y crear un Estado federal alemán.
Como respuesta, la URSS ordenó el bloqueo de la ciudad de Berlín, que se prolongó durante un año (mayo de 1949). Estados Unidos respondió con el establecimiento de un puente aéreo para abastecer la ciudad.
Esta crisis provocó la división de Alemania en dos Estados: la República Federal de Alemania, que se encuadró dentro del bloque occidental, y la República Democrática Alemana, bajo influencia soviética.
La Guerra Fría consistió en un modelo de relaciones internacionales que se desarrolló después de la Segunda Guerra Mundial y que se basaba en un permanente antagonismo entre los bloques, liderados por Estados Unidos y la Unión Soviética.
Fue un enfrentamiento muy tenso, sin llegar nunca a una confrontación bélica directa entre las dos potencias, pero en el que éstas desarrollaron una gran carrera de armamentos y una actitud muy beligerante. Esta tensión comportó el empleo del juego sucio y la propaganda.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el Norte de la península coreana fue ocupado por las tropas rusas, y el Sur, por las estadounidenses. En 1949, Corea se dividió en dos Estados. En 1950, Corea del Norte invadió Corea del Sur con el apoyo soviético, y las tropas estadounidenses, apoyadas por la ONU, intervinieron en defensa de los surcoreanos.
El conflicto finalizó, en 1953, con la Paz de Panmunjon.
Las fuerzas comunistas del Vietminh proclamaron la independencia en 1945. Francia no la aceptó e inició una guerra entre la guerrilla comunista, con apoyo de los soviéticos y que controlaba el Norte del país, y el ejército colonial francés, con el soporte estadounidense.
La guerra finalizó en 1954 con la derrota de los franceses, y consolidó la división entre Vietnam del Norte y Vietnam del Sur. Estados Unidos envió un contingente militar en apoyo de Vietnam del Sur para evitar la reunificación de los dos Vietnam bajo un régimen comunista.
En 1959, se instaló en Cuba un régimen revolucionario dirigido por Fidel Castro, que nunca fue aceptado por Estados Unidos. El gobierno estadounidense declaró un boicot económico a la isla, pero Cuba recibió el apoyo de la URSS y fue alineándose con el bloque comunista.
En 1962, ante la amenaza de que los soviéticos iban a instalar misiles nucleares en la isla, Estados Unidos ordenó un bloqueo marítimo. Finalmente, los soviéticos se retiraron con el compromiso de desmontar las bases militares y EE. UU. levantó el bloqueo.
A partir de la década de 1950, se inició una nueva etapa de coexistencia pacífica entre los bloques, con la llegada de Jruschov en la URSS y Kennedy en EE.UU. Ambos líderes mostraron una actitud más tolerante hacia las diferencias ideológicas del bloque rival.
Aunque los conflictos estaban abiertos, la evidencia de que ambos poseían armamento nuclear, que podía llevar a la destrucción masiva, y la aparición de nuevos protagonistas en el Tercer Mundo, con problemas y conflictos que iban más allá de los intereses de los bloques, llevaron a intentar solucionar por la vía pacífica algunos conflictos.
Se establecieron relaciones directas entre los primeros mandatarios (el llamado «teléfono rojo») y se negociaron crisis como la de Cuba. EE.UU., en el año 1972, estableció relaciones con la China comunista, y las dos Alemanias (Este y Oeste) también iniciaron un proceso de acercamiento.
En Oriente Próximo accedieron a la independencia el Líbano, Siria y Jordania. Se acabó el mandato británico sobre Palestina, y parte de su territorio se utilizó para formar el Estado de Israel.
En Asia, en 1947, el Reino Unido aceptó la independencia de India, en 1949, Indonesia se convirtió en Estado independiente, y en 1954, Francia abandonó Indochina.
En 1951, Libia accedió a la soberanía. En 1956, Francia reconoció la independencia de Marruecos y Túnez, pero intentó mantenerse en Argelia, lo que comportó una larga y cruenta guerra que finalizó con la independencia de este país en 1962.
En África subsahariana, entre 1955 y 1965, la mayoría de las colonias británicas, francesas y belgas (Congo) se proclamaron independientes.
La última fase se produjo en el Cono Sur africano y fue bastante tardía. En 1975 desaparecieron las colonias portuguesas (Angola y Mozambique) y en 1990 Namibia se proclamó independiente.
La independencia política de los países colonizados no fue acompañada de la independencia económica. La mayoría de los nuevos Estados mantuvieron una dependencia económica de las antiguas metrópolis, lo que se conoce como neocolonialismo.
Estos países surgidos de la descolonización manifestaron su voluntad de no ser simples peones de la política internacional de las grandes potencias. En 1955, se reunió la Conferencia de Bandung, que acogió a representantes de 29 países africanos y asiáticos recientemente descolonizados.
La Conferencia de Bandung estableció una serie de principios: condena del colonialismo, soberanía e igualdad de todas las naciones, rechazo a toda intervención extranjera en los asuntos internos de los Estados, arreglo de los conflictos por vía pacífica y creación de planes de ayuda al desarrollo económico y cultural de los países afro-asiáticos.
En la Conferencia de Belgrado (1961) se estableció el Movimiento de Países No Alineados, que agrupaba a 25 países.
Tras la Segunda Guerra Mundial, se consolidó la hegemonía estadounidense sobre el mundo capitalista. El predominio de EE.UU. se apoyaba en su superioridad tecnológica y económica: disponía de dos tercios de las reservas de oro y concentraba casi el 50% de toda la riqueza del planeta.
La actuación de Estados Unidos tenía dos objetivos: mantener su primacía sobre el mundo capitalista y frenar la expansión comunista. En 1947, Estados Unidos desarrolló un intenso programa de ayuda a la reconstrucción posbélica con una serie de medidas: garantizar la estabilidad de las monedas, fijando el dólar como moneda de intercambio (Acuerdos de Bretton Woods), crear organismos para asegurar la reconstrucción (FMI y BIRD), y desarrollar un gran programa de ayuda a Europa (Plan Marshall).
En Estados Unidos, los partidos demócratas y republicanos se alternaron en el poder. La presidencia de Truman se desarrolló una política fuertemente anticomunista (caza de brujas). En 1960, John F. Kennedy ganó las elecciones con un programa que pretendía relanzar la economía y la tecnología (carrera espacial) y hacer frente a las desigualdades sociales y raciales. Su asesinato, en 1963, fue un duro golpe para el país.
A finales de la década de 1960, este modelo social empezó a ser contestado por diversos movimientos sociales, como el movimiento por los derechos civiles de la población negra y el movimiento hippie.
A partir de la década de 1950, Europa occidental inició un largo período de crecimiento económico. Las tasas anuales de crecimiento del PNB sobrepasaron el 5%. Se produjo una mejora de la renta por habitante, una subida de los salarios, bajos índices de paro, modernización del aparato productivo y un gran crecimiento de la industria (química, automóvil, electrónica e informática).
Este crecimiento económico fue acompañado de la consolidación de sistemas políticos democráticos.
Japón, tras la Segunda Guerra Mundial, fue ocupado por las fuerzas estadounidenses. Con la ayuda de Estados Unidos, Japón se convirtió en la segunda potencia económica mundial.
Ante la influencia de los dos bloques (EE.UU. y la URSS), la influencia de Europa resultaba cada vez más débil. En 1950, Jean Monnet y Robert Schuman propusieron un proyecto de unión económica entre Francia y la República Federal de Alemania, que se concretó en 1951 con la creación de la Comunidad Económica del Carbón y del Acero (CECA).
El 25 de marzo de 1957 se firmaron los tratados fundacionales de la Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comunidad de la Energía Atómica (EURATOM).
En los cuatro años siguientes al final del conflicto bélico, la Unión Soviética reconstruyó su economía y alcanzó el nivel anterior a la guerra. Se dio prioridad a la industria pesada, a la de armamento y a las comunicaciones.
La sociedad soviética estaba dividida en dos grupos sociales: uno mayoritario (61,6%), constituido por asalariados y campesinos, y otro formado por intelectuales y profesionales.
Tras la muerte de Stalin, en 1953, se inició un período de cambios en la Unión Soviética. El XX Congreso del PCUS, en 1956, significó el inicio de la desestalinización, es decir, el reconocimiento de los graves errores del período anterior.
Nikita Jruschov impuso un programa de reformas para mejorar el nivel de vida y otorgar mayor libertad de expresión y tolerancia. En política exterior, propuso la coexistencia pacífica entre los bloques.
Los Estados de la Europa oriental, tras la Segunda Guerra Mundial, conformaron gobiernos de frente nacional, con presencia de diversos partidos políticos. Sin embargo, la Guerra Fría hizo que estos países evolucionaran hacia un alineamiento con la Unión Soviética.
En China, tras la Segunda Guerra Mundial, los comunistas, liderados por Mao Zedong, se enfrentaron al gobierno del Kuomintang. La guerra civil terminó con la victoria comunista: el 1 de octubre de 1949, Mao proclamó en Pekín la República Popular China.
El modelo soviético resultó atractivo para muchos países descolonizados, especialmente en América Latina, Asia y África.
Estados Unidos estableció su influencia en muchos países del Tercer Mundo, especialmente en América Latina y el Norte de África. La década de 1970 fue una época difícil para los intereses del mundo capitalista, con la crisis del petróleo de 1973 y la derrota de EE.UU. en Vietnam.
Los conflictos y los problemas comenzaron a ir más allá de la lógica de la política de bloques, con la emergencia del mundo islámico y los problemas de la pobreza y las disputas de tipo étnico-religioso en continentes como África.
La economía soviética estaba estancada, su tecnología se retrasaba respecto a Occidente, el nivel de vida de su población era bajo y los enormes gastos militares y de apoyo a los países bajo su influencia resultaban excesivos para su riqueza.
En 1985, Mijaíl Gorbachov inició un proceso reformista para hacer frente a los problemas de la URSS. En el ámbito económico propuso la perestroika, y en el político, la glasnost (transparencia).
El movimiento reformista de Gorbachov acabó con los regímenes comunistas en la Europa del Este. En 1989, se produjo la caída del muro de Berlín y la reunificación de Alemania.
En agosto de 1991, se produjo un golpe de Estado militar en Moscú, que fue vencido por la resistencia de la población rusa y por la decidida actitud contraria al levantamiento de Yeltsin y del Parlamento ruso.
Tras el golpe de Estado, las reformas se aceleraron. Yeltsin decretó la supresión del régimen comunista y disolvió el PCUS. La URSS acabó finalmente dividida en 15 repúblicas independientes y Gorbachov dimitió de su cargo en 1991.
La mayoría de países del Tercer Mundo con regímenes socializantes desaparecieron o introdujeron cambios que significaron la aceptación de economías de libre mercado y de sistemas políticos formalmente multipartidistas y electivos. Algunos países, como Cuba, Vietnam o China, mantuvieron su orientación de carácter socialista.