Portada » Historia » La Guerra de Independencia Española y las Cortes de Cádiz
Las tierras eran cada vez menos productivas y los grupos privilegiados no realizaron las inversiones de capital necesarias. El campesinado se enfrentaba a la escasez y el hambre. La población debilitada se vio sometida a nuevas epidemias y se agudiza la conflictividad social.
Cambia el contexto internacional con La Revolución francesa (1789), que cuestionaba los fundamentos políticos y sociales del Antiguo Régimen. España se vio inmersa desde 1793 hasta 1814 en un prolongado ciclo de guerras contra las dos grandes potencias mundiales, Francia y Gran Bretaña. Los conflictos bélicos y su financiación provocaron el endeudamiento de la hacienda real y la crisis del comercio colonial, que se redujo drásticamente tras la derrota de Trafalgar (1805) contra los ingleses, en la que España perdió el monopolio con América.
En el Tratado de Fontainebleau (1807) Napoleón y Godoy acuerdan la invasión de Portugal y su reparto. Las tropas francesas van ocupando territorio español.
Las dificultades exteriores e interiores y la incapacidad para resolverlas condujeron a la monarquía a una pérdida de credibilidad. Derrotada en las guerras, era incapaz de garantizar la defensa del territorio y sin el dinero de América, era incapaz de reformar el país. Esta situación llevó al enfrentamiento de la población con Godoy, el valido de Carlos IV, considerado responsable de la crisis política y hasta con el propio rey, que tuvo que abdicar en favor de su hijo Fernando VII, en marzo 1808, durante el Motín de Aranjuez (levantamiento instigado por los Fernandinos que terminó con la renuncia del rey Carlos IV y su valido Godoy). Ante esta situación, Napoleón reunió a Carlos y Fernando en Bayona y obtiene sus renuncias al trono, imponiendo como rey de España a su hermano José I Bonaparte.
El 2 de mayo de 1808 se produce el levantamiento del pueblo de Madrid contra las tropas francesas, considerado el inicio de la insurrección. Se partía de una situación desigual por la debilidad del ejército español, aunque se contaba con el apoyo de Inglaterra.
Durante el verano de 1808 el ejército español logró detener el avance francés. La derrota en Bailen, por el general Castaños, supuso la huida de José I a Vitoria. Era la primera vez que los ejércitos napoleónicos resultaban vencidos en tierra, lo que motivó que el propio Napoleón se pusiera al mando de una expedición para ocupar España.
A finales de 1808, Napoleón conquistó Madrid y sus tropas fueron avanzando hacia el sur. La actuación de los guerrilleros resultó decisiva durante este periodo al dificultar la comunicación y el abastecimiento de las tropas francesas. En 1812 Napoleón debilita su ejército para mandarlo a Rusia, esto es aprovechado por España, que con apoyo inglés consigue la victoria definitiva (victorias de Arapiles y Vitoria).
A finales de 1813 se firmó el Tratado de Valençay que garantizaba el regreso de Fernando VII a España.
Se celebran en plena Guerra de Independencia y es primer intento de creación de un Estado liberal. La obra de las Cortes de Cádiz suponía una ruptura del orden social, económico, jurídico y político que sustentaba el Antiguo Régimen. Su labor se plasmó en la elaboración de una serie de decretos y, sobre todo, en la creación del primer marco constitucional español, La Constitución de 1812. Las Cortes estaban formadas por diputados en su mayoría de clase media favoreciendo el triunfo de las ideas liberales. Se organizaron en tres tendencias bien diferenciadas:
El día 19 de marzo de 1812 tuvo lugar la solemne proclamación de La Constitución. La trascendencia histórica de esta primera carta magna fue muy importante, puesto que se convirtió en la bandera del movimiento liberal en su lucha contra el absolutismo, sirvió de referencia a movimientos liberales como el portugués o el napolitano y de modelo para las futuras constituciones españolas y de gran parte de Europa y América.