Portada » Historia » La Guerra Civil Española: causas, desarrollo y consecuencias
La Guerra Civil Española fue el acontecimiento más importante y trágico de la España del siglo XX. Causas en España: aspiraciones sociales no entendidas por el Estado y las oligarquías, sociedad desequilibrada (grandes diferencias de riqueza), militarismo, polarización de la sociedad. En Europa: tensiones por el aumento de los movimientos fascistas.
Las causas fueron esencialmente españolas, surgieron enfrentamientos entre: los sectores dominantes de la sociedad, la alta burguesía y los terratenientes, contra los nuevos grupos (pequeños burgueses y obreros) que aspiraban a un modelo político y social más avanzado y diferente del tradicional.
Pero también fue resultado del contexto europeo debido a la crisis económica (Gran Depresión), y de las tensiones entre países democráticos, que tenían simpatía por la República, con fascistas que apoyaron a los golpistas. Todo esto fue considerado como el preámbulo de la Segunda Guerra Mundial.
La victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936 no fue aceptada por los partidos de derecha y por buena parte del ejército. Estos iniciaron una conspiración contra el gobierno del Frente Popular liderada por el general Mola (el director), y también por civiles de derecha y del mundo de los negocios.
El plan del general Mola era hacer un golpe rápido mediante la sublevación simultánea en todo el territorio y controlar el país en pocos días. El golpe se inicia pero el éxito es parcial, pues fracasa en algunas regiones y España queda dividida en dos zonas. Así comienza la guerra civil.
El inicio de la Guerra Civil: El 17 de julio en Melilla, el general Yagüe, jefe de la Legión, se levanta en armas contra la República y el general Franco llega en avión desde Canarias para mandar al ejército sublevado de África. El 18 de julio la sublevación se extiende al resto de España.
La división de territorios fue de manera que el bando sublevado ocupó regiones de ideología conservadora y agraria (Navarra, Galicia, Castilla y León, Andalucía Occidental). El bando republicano, Madrid y regiones industriales.
Las fuerzas militares están compuestas de manera que el bando republicano poseía milicias, fuerzas de orden público (Carabineros, Guardias de Asalto), aviación y flota (sin sus mandos que se habían sublevado). El bando sublevado poseía Ejército de Tierra, fuerzas de orden público (75.000 hombres aprox.) y ejército de África (el mejor preparado, 47.000 hombres).
Los bandos eran irreconciliables, el objetivo de ambos era la derrota del contrario. El bando sublevado, que se autodenominó bando nacional, tenía una composición heterogénea y lo constituían partidos de derecha y monárquicos, militares conservadores, falangistas, carlistas (agrupados en requetés), Iglesia Católica (justificaba la sublevación como una cruzada contra el izquierdismo y el laicismo republicano). El bando republicano defendían las reformas de la República pero estaban divididos y lo formaban partidos de izquierda y republicanos (PSOE y PCE), sindicatos (CNT y UGT), obreros y jornaleros sin tierra y pequeña burguesía.
La guerra civil sucedió en distintas fases: batallas en torno a Madrid, el control de la zona norte y las batallas en la zona mediterránea.
El ejército de África cruzó el Estrecho de Gibraltar con apoyo de la aviación italiana y la flota alemana. La República apenas tenía ejército regular y formó el Ejército Popular de la República con la parte del ejército que se mantuvo fiel a la República y con las milicias de voluntarios formadas por los partidos políticos y sindicatos.
Las tropas sublevadas se lanzaron a la toma de Madrid. Se marchó en pequeñas columnas a pie y en camiones. El avance fue rápido debido a la desorganización republicana. Unieron zonas sublevadas Norte y Sur por Extremadura, detuvieron el avance a Madrid y se desviaron a Toledo para socorrer el Alcázar, donde el coronel Moscardó resistía el asedio de las tropas republicanas, lo que dio tiempo a los republicanos para organizar la defensa de Madrid.
El general republicano Miaja y el coronel Vicente Rojo organizaron la defensa de Madrid: recibieron ayuda de las Brigadas Internacionales (voluntarios extranjeros que lucharon por la República) y la columna anarquista de Durruti, jefe miliciano anarquista procedente de Cataluña. Se enfrentan a las tropas sublevadas del general Varela. El avance sublevado queda detenido, el frente se estabiliza en la Ciudad Universitaria, a las afueras de Madrid. Se hace famoso el lema republicano»¡No pasarán» que hace referencia a la defensa de Madrid. El gobierno republicano, ante la cercanía de los sublevados, se traslada a Valencia. Los sublevados deciden aislar Madrid. Franco es ya jefe supremo de los sublevados. Suceden dos batallas importantes: batalla de Jarama (febrero de 1937) en la que los sublevados tratan sin éxito de cortar la comunicación Madrid-Valencia, y la batalla de Guadalajara (marzo de 1937) en la que sucede la derrota de las tropas italianas que apoyaban a los sublevados. Málaga es tomada en febrero de 1937 por tropas italianas y franquistas.
Franco abandona momentáneamente la toma de Madrid, inicia una guerra de desgaste y se dirige al norte por su interés económico (minería y siderurgia). Las tropas de Mola ya habían tomado Navarra y País Vasco (excepto Bilbao). Se dio lugar a la toma del Cinturón de Hierro (Bilbao) y Asturias. El 26 de abril de 1937 la Legión Cóndor (fuerza aérea enviada por Alemania para apoyar a Franco en la Guerra Civil) bombardearon Guernica (primer bombardeo aéreo de la historia sobre población civil). El 3 de junio de 1937 muere el general Mola, planificador de la sublevación, en un accidente de aviación. En mayo de 1937 el gobierno republicano de Juan Negrín realiza una resistencia a ultranza, intenta dividir a las tropas franquistas y disminuir sus ataques sobre el norte. Esto desencadena las siguientes ofensivas: batalla de Brunete (Madrid, julio de 1937), victoria franquista, y la batalla de Belchite (Zaragoza, agosto-septiembre de 1937), victoria franquista. Toda la franja norte quedó ocupada por los sublevados.
Después de conquistar el norte, Franco se lanza sobre Aragón para llegar al Mediterráneo y dividir la zona republicana en dos.
Las principales batallas fueron: la batalla de Teruel (invierno del 37-38), los republicanos ocuparon Teruel pero la pierden casi dos meses más tarde. La campaña de Aragón (abril 1938), Franco avanza desde Teruel hacia el Mediterráneo y llega a Vinaroz (Castellón) y divide el territorio republicano en dos. Cataluña queda aislada. Batalla del Ebro (julio-noviembre 1938), es la batalla más dura y sangrienta de toda la guerra. La ofensiva republicana cruza el Ebro hacia la orilla sur para tratar de reunificar su territorio. Tras unas exitosas operaciones iniciales de los republicanos, Franco rechaza la ofensiva y los republicanos se retiran. El paso libre de Franco hacia Cataluña y entra en Barcelona en 1939 sin luchar. La guerra queda decidida a favor de los sublevados. Los dirigentes republicanos y miles de personas inician su exilio hacia Francia por miedo a las represalias, entre ellos el presidente de la República, Azaña, y el presidente del Gobierno, Juan Negrín. Francia e Inglaterra reconocen a Franco como gobernante español.
Tras la pérdida de Cataluña, el territorio republicano quedó reducido al triángulo entre Madrid, Valencia y Almería. El presidente del Gobierno, Juan Negrín, que salió de España por la frontera de Francia, regresó en avión a Alicante para reactivar la guerra. Quería resistir palmo a palmo esperando que estallara la Segunda Guerra Mundial para recibir apoyo de los aliados.
El 5 de marzo de 1939, en plena descomposición de la guerra civil republicana dentro de la Guerra Civil Española, el coronel Casado, jefe de la defensa de Madrid, se subleva contra la República con el apoyo de socialistas como Besteiro y parte de la UGT, aplasta a los comunistas y crea una Junta de Defensa. También negocia con Franco la entrega de Madrid y Franco exige una rendición sin condiciones. El 1 de abril de 1939 sucede el fin de la Guerra Civil Española. El 28 de marzo las tropas franquistas entran en Madrid sin resistencia. Tras conocerse la noticia se rinden las últimas plazas republicanas, siendo Alicante la última. El 1 de abril Franco firmó el último parte de guerra.