Portada » Historia » La Guerra Civil Española (1936-1939): Etapas y Desarrollo
En 1936, la tensión sociopolítica entre republicanos y militares contrarios al gobierno culminó en un golpe de Estado. El general Mola organizó la sublevación con el apoyo de los antirrepublicanos. El plan preveía una acción rápida y violenta para sustituir el régimen republicano por una dictadura provisional. Ante las sospechas de arresto, Franco, Mola y Goded fueron enviados a Canarias, Pamplona y Baleares, respectivamente. La fecha inicial del golpe fue el 18 de julio, pero el asesinato de Calvo Sotelo adelantó los planes. La sublevación se extendió por la península el 18 de julio, pero fracasó en su intento inicial, dividiendo a España en dos bandos: los republicanos y los sublevados. Estos últimos organizaron una ofensiva relámpago para conquistar Madrid, dando comienzo a la Guerra Civil.
El contexto internacional de los años 30 le dio a la Guerra Civil Española un interés especial, con diferentes posturas por parte de los países. Algunos tuvieron una participación directa (militar y económica). Italia y Alemania apoyaron al bando franquista, mientras que la Unión Soviética apoyó a la República. Miles de extranjeros, en su mayoría comunistas, participaron en las Brigadas Internacionales a favor de la República. Gran Bretaña y Francia, que podrían haber apoyado a la República, optaron por crear un comité de No-Intervención. En general, la ayuda fue desigual tanto en armamento como en economía. Destacó el apoyo de escritores e intelectuales como Hemingway y Orwell (República), y Roy Campbell y Maurras (franquistas).
Tras el pronunciamiento del 18 de julio de 1936, España quedó dividida en dos zonas: la republicana y la nacionalista. La zona republicana controlaba la mayor parte de la flota y la aviación, mientras que los nacionalistas contaban con las milicias falangistas, los requetés carlistas y, sobre todo, con los 47.000 soldados del ejército de África.
Franco, con ayuda alemana e italiana, trasladó sus tropas a la península. Se inició la conquista de Extremadura con la ayuda de Queipo de Llano, cayendo Mérida y Badajoz. El objetivo era Madrid, por lo que el gobierno republicano se trasladó a Valencia. En noviembre, ocurrieron los sucesos de Paracuellos del Jarama, pero Madrid resistió. De noviembre de 1936 a enero de 1937, se libró la Batalla de la Sierra, con el objetivo de cortar las comunicaciones entre la capital y la sierra (sin éxito). En febrero de 1937, la Batalla del Jarama intentó cortar las comunicaciones con Valencia (también sin éxito). En marzo de 1937, la Batalla de Guadalajara fue el último intento de tomar Madrid.
En marzo de 1937, se inició la ofensiva en el Norte. En abril de 1937, los alemanes bombardearon Guernica, ciudad símbolo del nacionalismo vasco. En junio de 1937, Mola murió al estallar su avión. Franco tomó el control del yacimiento minero de la zona. En agosto de 1937, la Batalla de Belchite representó un intento republicano de frenar la ofensiva del Norte. Gijón y Asturias cayeron en manos de los sublevados.
En diciembre de 1937, los republicanos conquistaron Teruel (pero la perdieron en febrero de 1938). En abril de 1938, Franco conquistó Castellón y Lérida, dirigiendo su ofensiva hacia Valencia. En julio de 1938, los republicanos cruzaron el río Ebro, manteniéndose una guerra de trincheras. El ejército republicano no podía retroceder, ya que Negrín perdería el poco apoyo que le quedaba. En septiembre de 1938, la Conferencia de Múnich aceptó la expansión de Hitler. En octubre de 1938, los sublevados iniciaron un contrataque, y los republicanos tuvieron que retroceder al otro lado del río. La Batalla del Ebro supuso la pérdida del Norte para el bando republicano.
En enero de 1939, los nacionales bombardearon Barcelona. En febrero de 1939, los sublevados llegaron a la frontera. Negrín regresó a Albacete y se reunió con altos mandos militares que le expresaron la inutilidad de continuar la lucha, pero él no lo aceptó. En marzo de 1939, el coronel Casado comunicó al gobierno de Franco su deseo de firmar la paz, pero Franco solo aceptó la rendición total sin condiciones. Las tropas de Franco entraron fácilmente en Madrid y continuaron avanzando victoriosamente, haciendo miles de prisioneros y obteniendo un gran botín. Bloquearon los puertos de Valencia y Alicante. Toda España quedó bajo el dominio franquista.