Portada » Historia » La Guerra Civil Española (1936-1939): Causas, Desarrollo y Consecuencias
Tras las elecciones de 1936 y el triunfo del Frente Popular, un grupo de generales conspiraron para acabar con la República por medio de un levantamiento armado. Entre ellos se encontraban: Sanjurjo, Mola, Franco y Goded. Fue nombrado Sanjurjo director militar de la guerra; sin embargo, su muerte en accidente de aviación el 20 de julio de 1936, provocó que el peso recayese en el General Mola.
La insurrección comenzó el 17 de julio de 1936 en Melilla. Franco volaba desde Canarias para situarse al frente del ejército africano y dirigirse hacia Andalucía al mismo tiempo que Mola controlaba Navarra. Azaña, consciente de la gravedad de la situación, reparte armas entre sindicalistas y militares afines a la República. El gobierno se traslada al inicio de la guerra a Valencia, quedando el general Miaja a cargo de la defensa de Madrid.
Los inicios de la Guerra Civil fueron penosos, aún más si cabe para la población civil, ya que bastaba la mera sospecha de ser o no afín a las ideas republicanas o nacionalistas para, sin juicio previo, ser fusilado. Las principales campañas militares fueron:
La evolución política en el bando republicano representaba la legalidad frente a la insubordinación militar. El jefe de gobierno en septiembre de 1936 era Largo Caballero, en cuyo gobierno tomó partido la primera mujer que ostentó cargo de ministra (Federica Montseny). La España republicana recibió menos ayuda del exterior que la nacional; con todo, la moral republicana no decayó en ningún momento gracias al despliegue propagandístico por parte del gobierno, pero también a que ellos tenían la convicción de tener que acabar con las injusticias históricas de España.
Franco crea una legislación nueva, anula todas las reformas republicanas y cambia la bandera. El golpe de Estado contó con el apoyo de falangistas, fascistas, católicos y conservadores. Franco suprimió todos los partidos y se sirvió del aparato ideológico de la Falange para unificar ideologías diferentes. Este organismo se denominó F.E.T. y de las J.O.N.S. (Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista).
La Iglesia católica tildó a la insurrección de cruzada, y El Vaticano reconoció como legítimo al gobierno de Franco en 1937, siendo el primer estado en hacerlo. Contaron con mucha ayuda desde el exterior, sobre todo por parte de Italia y Alemania y, en menor medida, del político portugués Salazar. El apelativo de cruzada contra el ateísmo hizo que el franquismo gozara de buena prensa en grupos católicos en Europa y EEUU.
La República contó con la ayuda de la URSS, que proporcionó víveres, armamento y asesores militares que se costearon con fondos del Banco de España (el oro de Moscú). Numerosos intelectuales extranjeros mostraron su repulsa contra el fascismo; entre los más destacados se encuentran: Orwell, Hemingway y Neruda, reuniéndose en Valencia en el Congreso de Intelectuales Antifascistas.
La Guerra Civil Española tuvo una gran dimensión internacional, convirtiéndose en un preludio de la Segunda Guerra Mundial. La intervención de potencias fascistas como Italia y Alemania en apoyo de Franco, y la ayuda de la URSS a la República, evidenciaron la polarización ideológica que se vivía en Europa.
La Guerra Civil Española tuvo consecuencias devastadoras para el país: cientos de miles de muertos, una economía arruinada, una sociedad dividida y el establecimiento de una dictadura que duraría casi 40 años. Las heridas de la guerra tardaron mucho tiempo en cicatrizar y su memoria sigue siendo un tema sensible en la España actual.