Portada » Filosofía » La Estética Trascendental y la Dialéctica de Kant
A. Las condiciones sensibles del conocimiento. Kant piensa que para que pueda darse el conocimiento sensible, se necesitan dos condiciones: espacio y tiempo, que son forma a priori de la sensibilidad, es decir, la forma o modo en que percibo a través de los sentidos e intuiciones puras. Estas son condiciones universales, necesarias y trascendentales, que posibilitan el conocimiento sensible.
B. Los juicios sintéticos a priori en matemática. Según Kant, todo juicio matemático trata sobre el espacio y el tiempo, aportando información universal y necesaria. Desde Grecia, las matemáticas han sido consideradas como ciencia, y todo juicio analítico es sintético a priori.
A. Las condiciones intelectuales del conocimiento. La sensibilidad nos sitúa frente a una multiplicidad de fenómenos, una variedad de impresiones, pero percibir esos fenómenos es comprenderlos. La función de la sensibilidad es comprender en función del entendimiento, y de todo se ocupa Kant mediante un análisis.
Nuestro conocimiento incluye conceptos. Comprender un fenómeno es poder referirnos a un concepto. Esta actividad se realiza a través de un juicio. Por tanto, el entendimiento puede ser considerado como la facultad de los conceptos o de los juicios.
Los conceptos empíricos proceden de los sentidos, son a posteriori y extraídos de la experiencia. Además, el entendimiento posee conceptos a priori que aplica al conocimiento sensible, a los fenómenos, para unificarlos y coordinarlos. Solo el concepto puro o categoría.
Según Kant, habrá tantas maneras de unificar los datos de la experiencia como formas posibles de juicio.
Esto significa que el entendimiento no puede pensar los fenómenos si no es de acuerdo con ellos. Ese conocimiento sensible no ofrece una pluralidad de figuras, formas, colores… El entendimiento formula este juicio ordinario, aplicando ciertas categorías a las impresiones sensibles. Según la cualidad, es afirmativo y categórico; según la relación y el modo, es asertórico.
Así como el espacio y el tiempo se llenan con las impresiones sensibles, la categoría llena con los datos procedentes del conocimiento sensible. Esto implica que solo son fuente de conocimiento aplicada a los fenómenos, de seguir a las impresiones sensibles que se dan en el espacio y en el tiempo. En ambos juicios, existe una diferencia radical: en el primer caso, las categorías se aplican a datos de los sentidos, mientras que en el segundo se aplican a algo que nos es dado en la experiencia sensible, por tanto, se trata de una aplicación legítima de la categoría.
A. Imposibilidad de la metafísica como ciencia. La metafísica, entendida como un conjunto de proposiciones acerca de la realidad que están más allá de la experiencia, es imposible como ciencia, ya que las categorías solo pueden aplicarse a los fenómenos. La dialéctica trascendental es una crítica del entendimiento y de la razón en su pretensión de alcanzar lo que está más allá de la experiencia, ilegítima, pero también una tendencia inevitable, de acuerdo con la naturaleza de la razón, que tiende a la búsqueda de lo incondicionado y a formular respuestas acerca de dios, del alma y del mundo.
B. La razón. El conocimiento intelectual no se limita a formular juicios, sino que también los conecta con otros, formando razonamientos. La razón tiene la naturaleza de encontrar juicios, leyes, hipótesis cada vez más generales que abarquen y expliquen un mayor número de fenómenos, así se construye la ciencia.
C. La razón y la metafísica. Mientras esta búsqueda se mantiene dentro de los límites de la experiencia, esta tendencia es eficaz para ampliar nuestro conocimiento, pero lleva inevitablemente a traspasar la barrera de los datos sensibles en busca de lo incondicionado. Si el fenómeno físico se pretende unificar y explicar acerca del mundo, y los fenómenos psíquicos se explican acerca del alma, uno y otro se intentan explicar por medio de teorías metafísicas, intentando encontrar leyes y principios cada vez más generales que nos indiquen que hay que seguir avanzando.
4.1 La razón práctica y el conocimiento moral. La actividad racional no se limita al conocimiento de los objetos. Necesitamos saber cómo obrar, cómo ser nuestra conducta. La razón tiene una función moral, intentando responder a la pregunta: ¿qué debo hacer? Esta doble vertiente puede expresarse mediante la distinción entre razón teórica y razón práctica. No se trata de dos razones ni de dos funciones de la razón. La razón teórica se ocupa de conocer cómo es la cosa, mientras que la razón práctica se ocupa del deber ser.
4.2 Las éticas materiales. Son materiales las éticas que fijan el bien supremo para el ser humano como criterio de la bondad o maldad de su acto. En toda ética material encontramos elementos. Primero, la noción de que hay bienes, cosas buenas para el hombre. Cada ética material determina cuál es el bien supremo y, una vez establecido, establece una norma o precepto para alcanzarlo.
4.3 Crítica de Kant a las éticas materiales. Kant rechazó las éticas materiales. En primer lugar, son empíricas, a posteriori, su contenido extraído de la experiencia. Para que los imperativos sean universales, han de ser a priori, es decir, independientes de la experiencia. En segundo lugar, los preceptos de las éticas materiales son hipotéticos o condicionales, valen como medios para conseguir un fin. En tercer lugar, son heterónomas. Si la autonomía consiste en que el sujeto se rija por la ley, la heteronomía consiste en recibir la ley desde fuera de la propia razón.
El Deber
Un hombre actúa moralmente cuando actúa por deber. La necesidad de una acción por respeto a la ley, es decir, el sometimiento a una ley, no por la utilidad o satisfacción que su cumplimiento pueda proporcionar, sino por respeto a la misma. Kant distingue tres tipos de acciones: contrarias al deber, conformes al deber y por el deber. Solo esta última posee valor moral, una acción hecha por deber tiene su valor moral, no en el propósito que por medio de ella se quiera alcanzar, sino en la máxima por la cual ha sido resuelta. La máxima que nos debe guiar es el imperativo categórico.
Libertad, Inmortalidad y Existencia de Dios
La crítica de la razón pura había puesto de manifiesto la imposibilidad de la metafísica como ciencia, es decir, como conocimiento acerca del mundo, del alma y de dios. Sin embargo, estos temas son interrogantes de interés fundamental para el destino del hombre. Kant nunca menciona la inmortalidad del alma o la existencia de dios, se limita a establecer que son fenómenos que se escapan de la experiencia, por lo que no son accesibles al conocimiento científico. Según Kant, la libertad son postulados de la razón práctica, algo que no es demostrable, pero que se postula como condición de la moral misma. Kant mantiene que la exigencia moral de obrar con respeto al deber supone la libertad. Con respecto a la inmortalidad, la razón nos ordena aspirar a la virtud, esta perfección es inalcanzable en una existencia de dios. Kant afirma que la disconformidad que encontramos en el mundo entre el ser y el deber ser exige la existencia de dios como realidad en la que el ser y el deber ser se identifican y en quien se da una unión perfecta de virtud y felicidad.