Portada » Historia » La España del siglo XIX
Emilio Castelar.
La I República fracasó por diversas causas. Al proclamarse la república en 1873 los republicanos eran una minoría, por lo que uno de los principales problemas fue la falta de apoyos. Los republicanos, aparte de minoritarios, se encontraban divididos entre unitarios (partidarios de un estado centralista) y federales, (partidarios de un estado federal), estos últimos además divididos entre benévolos e intransigentes.
El general Leopoldo O’Donnell.
Los Moderados tenían su base social en las llamadas “personas de orden” (alta burguesía, restos de la nobleza, alto clero, jerarquía militar) y tenían una ideología conservadora mientras que los Progresistas tenían su base social en las clases medias y tenían una ideología progresista-reformista.
La Década Moderada (1844-1854).
La Constitución de 1845 fue una reforma de la Constitución de 1837 en un sentido exclusivamente moderado. Por tanto, sus características se basan en la ideología del Partido Moderado, destacando la soberanía conjunta de la Corona y las Cortes, que estas últimas eran bicamerales, las amplias prerrogativas o poderes de la Corona, que el ejercicio de los derechos individuales remitía a leyes de desarrollo que tendieron a limitarlos, y que se estableció la confesionalidad católica del Estado.
Pascual Madoz.
La desamortización es el asentamiento de la propiedad privada de la tierra, dando fin a su amortización. Esta consistía en la vinculación de la tierra a instituciones nobiliarias, eclesiásticas y municipales, por lo que los directores de esas instituciones no podían venderlas, sólo disfrutar de su renta. La desamortización consistió en dos procesos paralelos: desvinculación de las tierras, que pasan a ser propiedad privada. Y la expropiación por el Estado de los bienes del clero regular, del clero secular y de los Ayuntamientos y su venta en pública subasta.
Revolución Gloriosa de 1868.
La revolución fue consecuencia de la firma del Pacto de Ostende en 1866 entre los progresistas y demócratas, uniéndose un año después al pacto la Unión Liberal. La revolución tenía dos objetivos: expulsar a Isabel II y a la dinastía borbónica del trono español y acabar con el dominio político que, gracias en buena parte al apoyo de la reina, habían gozado hasta entonces los moderados. Sin embargo, no se tenía claro qué régimen iba a implantarse, dejándose tal decisión a unas Cortes Constituyentes que debían elegirse por sufragio universal masculino. Esta indefinición de los objetivos fue una de las causas del fracaso del Sexenio Democrático, al generar una fuerte división entre los grupos que apoyaron la revolución.
José I Bonaparte.
A partir de 1796 (Tratado de San Ildefonso) España quedó sometida a los intereses franceses. La política expansionista de este y los conflictos internos en la monarquía española son los que explican la Guerra de Independencia. España firmó el Tratado de Fontainebleau (1807) que permitía el paso de tropas francesas por el país para invadir Portugal. Napoleón aprovechó para invadir también España, por esto se produce el Motín de Aranjuez (marzo 1808) por esto Fernando VII quita a su padre Carlos IV del trono. Napoleón aprovecha el enfrentamiento para llamar a los dos a Bayona para mediar en su enfrentamiento, aunque lo que hace en realidad es obligarles a abdicar en su favor, cediendo la corona española a su hermano José I Bonaparte (mayo de 1808).
Carlos María Isidro, hermano de Fernando VII.
Fernando VII tuvo como descendiente a su hija Isabel, pero su acceso al trono era imposible por la Ley Sálica establecida en 1713. Ante ello, el rey aprobó en 1830 la Pragmática Sanción, que permitió la descendencia femenina. Los sectores absolutistas no aceptaron la nueva ley, apoyando en la sucesión al hermano del rey, Carlos María Isidro. Al fallecer el rey en 1833, los absolutistas apoyaron a Carlos, mientras que los liberales hicieron lo propio con la nueva reina, Isabel II. La guerra acabó en 1839 con la victoria de Isabel, teniendo como consecuencias el establecimiento de un régimen liberal en España y la importancia de los militares en la vida política española contemporánea.