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Primaria 6: El Antiguo Testamento, 1996
Instar a los niños a ser humildes y a tener fe en Jesucristo.
Con oración, estudie:
Números 21:4–7: Israel es infestado con serpientes ardientes (víboras o culebras venenosas).
Números 21:8–9: El Señor le dice a Moisés que haga una serpiente de bronce para sanar a quienes la miren.
1 Nefi 17:40–42: Nefi recuerda cómo el Señor guió a los israelitas a la tierra prometida, pero debido a la dureza de sus corazones, muchos de ellos murieron a causa de las mordeduras de serpientes.
Alma 33:18–22: Los israelitas murieron porque no creyeron que podrían ser sanados. Debemos mirar a Cristo y creer.
Deuteronomio 8:1–2, 4, 7–10: Los israelitas permanecen en el desierto por cuarenta años para aprender humildad y obediencia. Los israelitas han de ser humildes y recordar al Señor, quien les ha dado todo.
Deuteronomio 8:11–20: El Señor le advierte a Israel que no se olvide de Él y no se jacte de su propio poder
Helamán 8:14–15: De la misma forma en que la serpiente de bronce fue levantada sobre un asta, también Cristo habría de ser levantado sobre la cruz. Si miramos hacia Él, podremos obtener la vida eterna.
Juan 3:14–15: Todo miembro que cree en Jesucristo y sigue los principios del Evangelio no perecerá sino que obtendrá la vida eterna.
Estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños el relato de las Escrituras (véase “Cómo preparar las lecciones”, pág. VII, y “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII). Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que mejor promuevan la participación de los niños y los ayuden a alcanzar el objetivo de la lección.
Materiales necesarios:
Un ejemplar de la Biblia para cada niño.
Un ejemplar del Libro de Mormón.
Las láminas 6–25: Moisés y la serpiente de bronce (62202); 6–26: Jesús lava los pies de los Apóstoles (Las bellas artes del Evangelio 226, 62550); 6–27: La Crucifixión (Las bellas artes del Evangelio 230; 62505); y 6–28: La Segunda Venida (Las bellas artes del Evangelio 238; 62562).
Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.
Antes de comenzar la clase, enseñe a uno de los niños cómo hacer el siguiente acertijo. Entregue a cada niño una hoja de papel y un lápiz. Pídales que dibujen tres filas iguales de puntos; cada fila con tres puntos o sea un total de nueve puntos. Pida a los niños que empiecen por la esquina superior izquierda y tracen cuatro líneas derechas a través de los nueve puntos, sin despegar el lápiz del papel. Después de que hayan intentado conectar los puntos, pida al niño al que enseñó cómo hacerlo que muestre a los demás la forma de lograrlo siguiendo los pasos de la siguiente figura.
Explique que como los niños no supieron cómo resolver el acertijo por sí solos, alguien más les tuvo que enseñar cómo hacerlo. Podemos aprender de todo el mundo, y el estar dispuestos a aprender de los demás es ser humilde. Una persona humilde no es demasiado orgullosa para pedir ayuda y obtener conocimiento de los demás. A la persona humilde se le puede enseñar.
Ponga a la vista la lámina de Jesús lavando los pies de los Apóstoles, y lea y analice el relato que se encuentra en Juan 13:3–5, 8–9 y 12–15. Explique que aun cuando Jesús era el líder y la persona más importante allí, Él se arrodilló y lavó los pies de otros hombres. Escriba la palabra Humildad en la pizarra.
Explique que Cristo estaba demostrando humildad al prestar servicio a Sus Apóstoles. Una persona humilde presta servicio a los demás y acepta que otros le presten servicio a ella.
Utilice las láminas en los momentos apropiados para enseñar a los niños los relatos de los israelitas en el desierto y de la serpiente de bronce de los pasajes de las Escrituras que aparecen en la sección “Preparación”. (En “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII, encontrará varias sugerencias de cómo enseñar los relatos de las Escrituras.) Explique que el mirar la serpiente de bronce con el fin de ser salvos era un símbolo de mirar a Cristo para la salvación.
Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios a su vida. El leer los pasajes en clase con los niños hará que éstos entiendan mejor las Escrituras.
• ¿Cuánto tiempo anduvieron los israelitas errantes en el desierto? (Deuteronomio 8:2.) ¿Por qué mantuvo el Señor a los israelitas tanto tiempo en el desierto? ¿Cómo sería la tierra prometida? (Deuteronomio 8:7–9.) ¿Qué les advirtió el Señor que podría sucederles al vivir en una tierra así? (Deuteronomio 8:11–14, 17–18.) ¿Qué significa en este caso que se enorgullezca tu corazón? (Ser orgulloso y jactancioso y atribuirse el mérito por las bendiciones que el Señor ha dado.) ¿Por qué creen que los israelitas necesitaban ser más humildes? ¿Cuáles son las características de una persona humilde? ¿Cómo podemos ser humildes? (Véanse las actividades complementarias N° 1 y N° 2.)
• ¿Por qué envió el Señor serpientes ardientes (víboras o culebras venenosas) para que mordieran a los israelitas? (Números 21:5–6; aun cuando el Señor había proporcionado alimentos para los israelitas, ellos protestaron porque habían estado en el desierto por tanto tiempo y estaban cansados de comer maná.) Cuando nos sintamos tristes por las pruebas difíciles que nos sucedan, ¿qué podemos hacer para sentirnos mejor? (Señale que una cosa que nos ayudará a sentirnos mejor es recordar la forma en que el Señor nos ha bendecido.) ¿Cuáles son algunas de las cosas que el Señor hizo para bendecir a los israelitas? (Deuteronomio 8:4, 14–16.) ¿Cómo somos nosotros bendecidos?
• ¿Qué le dijo el Señor a Moisés que hiciera después de que él oró acerca de las serpientes? (Números 21:8–9.) ¿Qué debía hacer la gente para ser sanada? ¿Por qué algunas personas incluso murieron debido a las mordeduras de las serpientes? (1 Nefi 17:41; Alma 33:20; los que murieron endurecieron sus corazones y no tenían fe en que algo tan sencillo pudiera sanarlos.) ¿Qué quiere decir tener dureza de corazón? (Ser orgulloso en lugar de ser humilde y no estar dispuesto a creer en el Señor y obedecerlo.)
• Los hijos de Israel tenían que mirar la serpiente de bronce para ser sanados. ¿Qué representaba la serpiente de bronce? (Juan 3:14–15.) ¿Cómo fue levantado Cristo? (Cristo fue levantado en la cruz y crucificado para que pudiéramos ser salvos.) ¿De qué forma podemos mirar a Cristo para ser salvos espiritualmente? (Al aprender sobre Él por medio de la oración, del estudio de las Escrituras, de las enseñanzas de los líderes de la Iglesia y de los padres; al tener fe en Él; al arrepentirnos; al ser bautizados; al obedecer Sus mandamientos y al ser humildes.)
• ¿Cuáles son algunas de las cosas que Jesús ha hecho que demuestran Su humildad? (Él les lavó los pies a Sus discípulos; fue bautizado, aun cuando no había pecado; tuvo amor y compasión por todos, incluso por los pecadores; atribuyó a nuestro Padre Celestial el mérito de todo lo bueno que hizo; perdonó a sus enemigos; y sufrió por nuestros pecados y murió por nosotros.)
• ¿Cuáles son algunas de las bendiciones que se prometen a los humildes? (Véase la actividad complementaria N° 3.) ¿De qué manera puede ser humilde la persona que ha recibido muchas cosas, tales como riqueza, belleza o talento? (Véase la actividad complementaria N° 4.) ¿Qué significa ser dócil?
En cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido, utilice una o más de las siguientes actividades:
A medida que usted lea al azar las siguientes palabras, pida a los niños que levanten los dedos pulgares si la palabra describe a una persona que es humilde, y que apunten los pulgares hacia abajo si la palabra describe a alguien que no lo es.
Humilde: |
No es humilde: |
dócil |
orgulloso |
confiado |
se cree muy justo y bueno |
considerado |
presuntuoso |
servicial |
jactancioso |
respetuoso |
vano |
paciente |
presumido |
comprensivo |
criticón |
agradecido |
despiadado |
obediente |
inconmovible |
amable |
egoísta |
Pida a los niños que dramaticen o analicen algunas de las siguientes situaciones y que luego determinen quién es humilde en cada caso:
Una persona que habla durante toda la comida, sin darle a los demás la oportunidad de decir nada.
Un hermano que le dice a su hermana menor: “Es una buena idea; a mí no se me hubiera ocurrido”.
Una persona que dice: “Está bien, necesito ayuda, nunca pensé que fuera tan difícil clavar clavos derechos”.
Una persona que insiste que su habitación está limpia y se rehúsa a limpiarla aun cuando sus padres le dicen que ven polvo y desorden.
Una persona que pierde un partido de tenis y con sinceridad le dice al ganador: “Fue un buen partido, eres un buen jugador”.
Una persona en la escuela que piensa: “No necesito prestar atención, ya sé todo lo que se está explicando”.
Una hermana que juega con un hermano menor a un juego sencillo, aun cuando ella desearía jugar a algo diferente.
Un maestro de la Primaria que dice: “No sé la respuesta a esa pregunta; voy a tener que estudiar más y orar para recibir mayor comprensión”.
Una persona que hace alarde de sus posesiones y se niega a jugar con niños que no se visten tan bien como ella.
Una persona que se atribuye el mérito por todo lo bueno que le sucede.
Una persona que, cuando se le pide dar un discurso, dice: “Sí, lo haré. Es difícil para mí, pero me prepararé y haré todo lo posible por hacerlo bien”.
Para que los niños comprendan algunas de las bendiciones que nuestro Padre Celestial ha prometido a aquellos que son humildes, pídales que hagan coincidir las siguientes promesas con las referencias de las Escrituras. Asigne a cada miembro de la clase un pasaje de las Escrituras y pídales que lo lean en silencio. Después lean en voz alta las promesas de la columna de la derecha y hagan coincidir la promesa con el versículo correspondiente.
Pasaje de las Escrituras: |
Promesas para el humilde: |
a. 2 Crónicas 7:14. |
Si nos alejamos del pecado, Dios escuchará nuestras oraciones y perdonará nuestros pecados. |
b. Mateo 18:4 |
Podemos ser grandes en el reino de los cielos. |
c. D. y C. 1:28 |
Podemos ser fortalecidos y recibir conocimiento. |
d. D. y C. 112:10 |
El Señor nos guiará y contestará nuestras oraciones. |
Pida a cada niño que escriba en una hoja de papel algunos de sus talentos. Pregúnteles si podemos ser humildes y tener talentos a la misma vez. Explique que a cada uno de nosotros se nos han dado talentos para desarrollar. Algunas personas desean atribuirse el mérito por los talentos que poseen, al pensar que hicieron todo el trabajo para desarrollarlos. Otras personas se menosprecian a sí mismas al decir que no tienen ningún talento. La humildad verdadera no es menospreciarse ni tomar a la ligera nuestras habilidades. Consiste en vernos como Dios nos ve y reconocer que, como Sus hijos, Él nos ha dado todo lo que poseemos y que cada uno de nosotros ha sido bendecido con muchos talentos.
Antes de comenzar la clase, haga tiras de papel o cartulina con las siguientes inscripciones:
No tengo dones ni talentos.
Mis talentos son el resultado de mis propios esfuerzos y no un don de nuestro Padre Celestial.
Sé que nuestro Padre Celestial me ha dado mis talentos y que necesito Su ayuda para desarrollarlos.
En hojas de papel por separado, escriba las siguientes palabras:
Humilde
Agradecido
Desagradecido
Miedoso
Desanimado
Egoísta
Presuntuoso
Jactancioso
Veraz
Coloque las hojas de papel, con las palabras boca abajo, en tres columnas sobre el piso. Pida a los niños que, se turnen para tirar una bolsita rellena de frijoles (porotos), maíz o cualquier otra cosa que le dé peso, sobre una de las hojas de papel. Después, decidan juntos qué actitud describe mejor cada palabra y por qué.
Una persona humilde no tiene celos de los logros y talentos de otra, sino que se regocija en el éxito de los demás. Haga una copia de las siguientes figuras y recórtelas. Coloque la figura titulada “Yo” en el piso; y luego la titulada “Otra persona” directamente debajo. Pregunte cuál figura es la más grande. Invierta la posición de las figuras, y pregunte cuál se ve más grande.
Después sostenga las dos figuras, una al lado de la otra, para demostrar que en realidad son del mismo tamaño. Recalque que ninguna persona es más importante que otra, aun cuando podría parecer que él o ella lo sea. Es importante que los niños comprendan que todos somos hijos e hijas de Dios y que todos somos igualmente importantes.
Lea y analice la siguiente cita del presidente Gordon B. Hinckley, décimoquinto Presidente de la Iglesia:
“En su interior llevan una partícula de divinidad… Nuestro Padre Celestial ha dotado a cada una con la enorme capacidad de hacer el bien en este mundo…
“Algunas quizás piensen que no son tan atractivas… como quisieran serlo. Rechacen tales sentimientos…
“Jamás deben sentirse inferiores, ni pensar que han nacido sin talento u oportunidades para expresarlo. Cultiven el talento que posean; éste crecerá… “En resumen, esfuércense un poco más por estar a la altura de la cualidad divina que llevan en su interior” (“La luz interior”, Liahona, julio de 1995, pág. 114).
Ponga a la vista una lámina de Jesucristo. Sobre la pizarra escriba El ejemplo de Cristo y La expiación de Cristo. Explique que debemos observar la vida y el ejemplo de Jesús para saber cómo debemos vivir. Tengamos en cuenta Su Expiación para que seamos perdonados de nuestros pecados. El mirar hacia Cristo nos ayudará a encontrar la felicidad y la vida eterna. Pida a los niños que relaten algunos ejemplos de la vida del Salvador que podemos seguir. Pregunteles qué debemos hacer para ser perdonados de nuestros pecados.
Canten o repitan la letra de la canción “Sé humilde” (Himnos, N° 70).
Exprese sus sentimientos sobre la importancia de ser humilde y de mirar hacia Jesucristo con fe a fin de tener la vida eterna. Testifique que nuestro Padre Celestial nos ha dado todo y aliente a los niños a estar agradecidos por esas bendiciones.
Inste a los niños a hablar con la familia sobre una parte específica de la lección, tal como un relato, una pregunta o actividad, o que lean con ella las “Sugerencias de lectura” que tienen para estudiar en casa.
Sugiera a los niños que estudien en casa Números 21:6–9, Juan 3:14–15 y Doctrina y Convenios 112:10 como repaso de la lección de hoy.
Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.
Primaria 6: El Antiguo Testamento, 1996
Que los niños escojan servir al Señor.
Con oración, estudie:
Deuteronomio 34:9: Moisés ordena a Josué para ser el Profeta y el líder de Israel.
Josué 1:1–3, 5–11: El Señor le dice a Josué que tome posesión de la tierra prometida.
Josué 1:16–18: A Josué se le manda tener valentía.
Josué 2:1–24: Josué envía espías a Jericó, donde Rahab los protege. Ellos prometen salvar a Rahab, y a los de su casa.
Josué 3:6–17; 4:13–18: Los israelitas cruzan el Jordán sobre tierra seca.
Josué 6:1–25: Los muros de Jericó se derrumban y la ciudad es destruida; sólo se salvan Rahab y los de su casa.
Josué 24:14–15, 24, 31: Josué y su pueblo hacen convenio de servir al Señor.
Estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños el relato de las Escrituras (véase “Cómo preparar las lecciones”, pág. VII, y “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII). Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que mejor promuevan la participación de los niños y los ayuden a alcanzar el objetivo de la lección.
Materiales necesarios:
Un ejemplar de la Biblia para cada niño.
Un ejemplar del Libro de Mormón.
Una venda (un pañuelo o trozo de tela) para tapar los ojos.
Las láminas 6–29: Josué toma Jericó y 6–30: Moisés ordena a Josué.
Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.
Hable a los niños sobre un grupo de personas que fueron en una excursión a una caverna poco alumbrada. Cuando la gente se encontraba en la parte más profunda de la caverna, se apagaron las luces. El guía les dijo que no se asustaran; él sólo quería demostrarles lo que era la obscuridad total. Antes de volver a encender la luz, le pidió a la gente que señalaran la dirección que deberían tomar para salir de la caverna y que siguieran señalando hasta que pudieran ver nuevamente. Cuando la luz se encendió, todos estaban señalando en direcciones diferentes. En la obscuridad habían perdido el sentido de orientación.
Pida un voluntario que se deje vendar los ojos, con el fin de domostrar qué fácil es perdernos en la obscuridad (pida al niño que cierre los ojos para que no perciba ninguna luz que pudiera pasar a través de la venda). Pida al niño que se quede quieto, y luego de hacerlo, hágalo dar varias vueltas en el mismo lugar y camine con él algunos pasos alrededor del salón. Antes de quitarle la venda de los ojos, pídale que trate de señalar dónde se encuentra la silla en que estaba sentado.
Pregunte a los niños si les gustaría vivir en completa obscuridad. Explique que la clase de luz de la cual han estado hablando durante esta actividad es una luz física, pero que la luz espiritual es aún más importante. Pida a los niños que lean Juan 8:12 y 1 Nefi 12:17. Explique que si escogemos seguir a Jesús, viviremos en la luz, pero si escogemos seguir a Satanás, estaremos en obscuridad espiritual. Pida a los niños que presten atención al relato de Josué para enterarse a quién eligió seguir.
Enseñe a los niños el relato de cuando Josué guía a los hijos de Israel a la tierra prometida, tal como se encuentra en los pasajes de las Escrituras que aparecen en la sección “Preparación”. (En “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII, encontrará varias sugerencias de cómo enseñar los relatos de las Escrituras.) Utilice las láminas en los momentos apropiados.
Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios a su vida. El leer los pasajes en clase con los niños hará que éstos entiendan mejor las Escrituras.
• ¿Qué le prometió el Señor a Josué mientras éste se preparaba para entrar en la tierra prometida? (Josué 1:5.) ¿Qué debía hacer Josué para recibir la ayuda del Señor? (Josué 1:7–8; explique que el libro de la ley son las Escrituras.) ¿Qué se le dijo a Josué que hiciera con las Escrituras? (Josué 1:8.) ¿En qué forma se aplica ese consejo a nosotros hoy día?
• Antes de que los hijos de Israel entraran a la tierra prometida, a Josué se le pidió cuatro veces que fuera valiente y se esforzara (véase Josué 1:6–7, 9, 18). ¿Por qué piensan que debía ser fuerte y tener valor en ese tiempo en particular? ¿Por qué debemos ser espiritualmente fuertes y valientes en la actualidad?
• ¿Cómo ayudó Rahab a los dos espías que envió Josué? (Josué 2:4–6, 15–16.) ¿Qué favor le pidió Rahab a los espías? (Josué 2:12–13.) ¿Qué dijo Rahab que demostró que ella creía en el Dios de Israel? (Josué 2:11.) Haga notar a los niños que Rahab se unió a los israelitas después de la destrucción de Jericó. Tanto Pablo como Santiago escribieron acerca de ella (véase Hebreos 11:31; Santiago 2:24–25).
• ¿Qué hizo el Señor para demostrar a los hijos de Israel que Él estaba con Josué de la misma forma que lo había estado con Moisés? (Josué 3:7–8, 15–17; explique que el arca del pacto (convenio) era un altar portátil que contenía escrituras sagradas, incluso los escritos de Moisés y las tablas con los Diez Mandamientos.) ¿Por qué es importante seguir al Profeta actual?
• ¿Qué tuvieron que hacer los sacerdotes antes de que las aguas del río Jordán se dividieran? (Josué 3:13, 15–17.) ¿Cómo piensan que se sintieron los sacerdotes al caminar hacia el desbordante río llevando el arca del pacto? ¿Cómo podemos seguir el ejemplo de esos sacerdotes en nuestra vida? Es importante que los niños comprendan que algunas veces debemos obedecer aun cuando parezca que no estamos siendo bendecidos. Las bendiciones se reciben después de la prueba de nuestra fe y nuestra obediencia.
• ¿De qué manera tomaron control de Jericó los israelitas? (Josué 6:11–16, 20; véase la actividad complementaria N° 1.) ¿Cómo creen que se sintió el pueblo de Jericó al ver a los israelitas marchar alrededor de la ciudad, día tras día? Haga hincapié en que los muros de la ciudad cayeron debido al poder del Señor y a la fe y obediencia de los israelitas. ¿Qué creen que hubiera sucedido si los israelitas no hubieran escogido hacer las cosas a la manera del Señor?
• ¿Qué hizo Josué antes de pedirle al pueblo que escogiera a quién servir? (Explique que en calidad de Profeta, él dio el ejemplo que los hijos de Israel debían seguir.) Cuando Josué le pidió a los hijos de Israel que eligieran a quien servir, ¿a quién eligieron? (Josué 24:15, 24, 31.) ¿De qué manera podemos servir al Señor? (Al tener fe en nuestros líderes de la Iglesia y al seguir sus palabras.) El presidente Spencer W. Kimball dijo: “La lealtad al Señor también incluye lealtad para con sus líderes” (Sed leales al Señor”, Liahona, noviembre de 1980, pág. 2). ¿Por qué no podemos servir al Señor y a Satanás al mismo tiempo? (Véase la actividad complementaria N° 2.)
• ¿Por qué es importante que escojamos ahora seguir al Señor? (Véase la actividad complementaria N° 3.)
En cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido, utilice una o más de las siguientes actividades:
Trace en la pizarra figuras sencillas, semejantes a las que se dan a continuación, con el fin de ilustrar los acontecimientos de la toma de la ciudad de Jericó por los israelitas, mientras usted narra el relato correspondiente:
Sin que los demás niños oigan sus instrucciones, pida a dos niños que hagan la pantomima de levantar algo muy pesado y grande. Pida a los niños que se paren frente a frente a un metro de distancia el uno del otro. Luego, deben simular que levantan el objeto y tratan de moverlo simultáneamente hacia adelante, pero sin lograr moverlo, ni para adelante ni para atrás. Mientras los niños hacen la pantomima, diga al resto de la clase que un día, dos personas que hacían una mudanza se esforzaron varios minutos para tratar de pasar un objeto muy pesado a través de la abertura de una puerta. Finalmente, exhaustos, los hombres se dieron por vencidos. Uno de ellos dijo: “Me he quedado sin fuerzas, pero creo que nunca podré meterlo por la puerta hacia adentro”. “¿Meterlo?”, dijo el otro. ¡Yo creí que estábamos tratando de sacarlo!”
Explique que es imposible ir en dos direcciones al mismo tiempo. Debemos escoger la dirección que deseamos seguir. Pregunte a los niños por qué no es posible seguir a Jesús y a Satanás al mismo tiempo. (Véase Mateo 6:24; Alma 5:38–40.)
Ayude a los niños a aprender de memoria el siguiente pasaje de las Escrituras: “…escogeos hoy a quién sirváis… pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Josué 24:15).
Antes de la clase, haga una copia de las siguientes inscripciones y péguelas con cinta engomada debajo de las sillas de los niños:
El Espíritu Santo permanece con nosotros.
El Espíritu Santo se aleja de nosotros.
Obtenemos fe.
Perdemos fe.
Somos más capaces de resistir la tentación.
Somos menos capaces de resistir la tentación.
Obtenemos bendiciones espirituales.
Perdemos bendiciones espirituales.
Encontramos la felicidad.
Encontramos la desdicha.
Escriba en la pizarra o en un cartel los siguientes títulos:
Los resultados de seguir a Jesucristo
Los resultados de seguir a Satanás.
Pida a los niños que busquen las tiras de papel con las inscripciones y las coloquen debajo del título correspondiente. Explique que si escogemos ahora servir al Señor, podemos evitarnos mucho dolor y sufrimiento y recibir mayor felicidad. Un profeta de los últimos días nos ha dicho que a Satanás le encanta cuando nos sentimos desalentados y dudamos al tomar decisiones porque le es más fácil tentarnos. El Profeta dijo: “…si vosotros no lo habéis hecho ya, tomad la decisión de decidiros” (Spencer W. Kimball, “Los héroes de la juventud”, Liahona, agosto de 1976, pág. 39).
Analicen y aprendan de memoria el Artículo de Fe N° 11. Recalque que nuestro Padre Celestial nos da nuestro albedrío en todo, incluso la elección de a quién vamos a adorar. Sabemos que todos los hijos del Señor pueden adorar como lo deseen, pero por medio de las Escrituras y de nuestros Profetas, sabemos que la eleción correcta es adorar a Dios.
Canten o repitan la letra de las canciones “¿Puede un niño como yo?” (Canciones para los niños, pág. 14), “En mi juventud buscaré al Señor” (Canciones para los niños, pág. 67) o “Escojamos lo correcto” (Canciones para los niños, pág. 82).
Quizás desee testificar que únicamente al servir al Señor podremos encontrar la felicidad verdadera y eterna . Repita con la clase al unísono lo siguiente: “…escogeos hoy a quién sirváis… pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Josué 24:15).
Inste a los niños a hablar con la familia sobre una parte específica de la lección, tal como un relato, una pregunta o actividad, o que lean con ella las “Sugerencias de lectura” que tienen para estudiar en casa.
Sugiera a los niños que estudien en casa Josué 3:13–17, 6:1–5 y 24:15 como repaso de la lección de hoy.
Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.
Enseñar a los niños la importancia de confiar en el Señor.
Con oración, estudie:
Jueces 6:1–16: Se llama a Gedeón para sacar a los Israelitas del cautiverio.
Jueces 6:25–32: Gedeón destruye el altar de Baal.
Jueces 6:33–40: El Señor le da una señal a Gedeón.
Jueces 7:1–8: El ejército de Gedeón queda reducido a 300 hombres.
Jueces 7:9–23; 8:4, 11–12: Los israelitas derrotan a los madianitas.
Jueces 8:22–23: Gedeón se niega a ser rey.
Estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños el relato de las Escrituras (véase “Cómo preparar las lecciones”, pág. VII, y “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII). Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que mejor promuevan la participación de los niños y los ayuden a alcanzar el objetivo de la lección.
Escriba varias preguntas, en hojitas de papel por separado, como las que se dan a continuación (véase la actividad para captar la atención):
Mi hermanita hizo garabatos en mi libro. ¿Qué debo hacer? ¿Cómo puedo demostrar respeto a mis padres? ¿Por qué debo ayudar a mantener limpia nuestra casa? ¿Debo confiar en mi amigo si me ha mentido anteriormente?
Materiales necesarios:
Un ejemplar de la Biblia para cada niño.
La lámina 6:31: Gedeón derrota a los madianitas.
Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.
Pida a uno de los niños que se siente en una silla al frente de la clase. Explíquele que va a ser juzgado. Entregue a los demás niños una pregunta (véase la sección “Preparación”) para hacerle al juez. Pida al juez que conteste cada una de las preguntas.
Explique que después de Josué no hubo ningún otro líder en Israel. En vez de ello, había jueces que daban consejo, tomaban decisiones y actuaban como líderes militares. Esos jueces sólo tenían éxito cuando confiaban en el Señor para que los guiara.
Enseñe a los niños acerca de Gedeón, uno de los jueces de Israel, de los pasajes de las Escrituras que aparecen en la sección “Preparación”. (En “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII, encontrará varias sugerencias de cómo enseñar los relatos de las Escrituras.) Explique que los madianitas, los amalecitas y otros grupos de personas que se mencionan en las Escrituras vivían en Canáan o cerca de allí y consideraban a los israelitas sus enemigos. Utilice la lámina en el momento apropiado.
Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios en su vida. El leer los pasajes en clase con los niños hará que éstos entiendan mejor las Escrituras.
• ¿Qué hicieron los madianitas y otros grupos a los Israelitas? (Jueces 6:3–6.) ¿Por qué no le ayudó el Señor a Israel a resolver estos problemas? (Jueces 6:1, 8–10.) ¿Cuáles son algunas de las otras razones por las que el Señor quizás no nos libraría de nuestros problemas? (Véase la actividad complementaria Nº 4.)
• Cuando el ángel se le apareció a Gedeón, ¿qué le preguntó éste al ángel? (Jueces 6:12–13.) ¿De qué manera las pruebas que pasaron los israelitas les ayudaron a regresar al Señor (Jueces 6:6.)
• ¿Quién dijo el Señor que salvaría a Israel de los madianitas? (Jueces 6:14,16.) ¿De qué manera reaccionó Gedeón cuando el ángel del Señor le dijo que él salvaría a Israel? (Jueces 6:15.) ¿Qué otra persona, sobre la cual estudiamos este año, sentía lo mismo que Gedeón? Recuerde a los niños los relatos de Enoc (Moisés 6:31) y Moisés (Éxodo 3:11; 4:10). ¿Qué atributos tenía Gedeón que le ayudarían a cumplir con este llamamiento? (Jueces 6:12; asimismo, vivió de tal manera que pudo recibir la guía y la dirección del Señor.)
• ¿Qué le dijo el Señor a Gedeón que hiciera con el altar de Baal que su padre había edificado y con la madera de la imagen que estaba junto al altar? (Jueces 6:25–26; explique que el padre de Gedeón y otros adoraban dioses falsos y pecaban al utilizar el altar de Baal y la otra imagen.)
• ¿Qué les dijo Joás a los hombres que querían matar a su hijo Gedeón? (Jueces 6:31; explique que aun cuando Joás había adorado a Baal, se dio cuenta de que si Baal fuera un dios verdadero, tendría el poder necesario para defender su altar.)
• ¿Qué le pidió Gedeón al Señor que hiciera con el vellón de lana para de esa forma saber que el Señor estaría con él? (Jueces 6:37–40; explique que Gedeón no buscaba una señal para saber si nuestro Padre Celestial era el único Dios verdadero; él necesitaba la seguridad de que el Señor estaría con él durante la batalla.) ¿Por qué creen que Gedeón invirtió las condiciones de la señal la segunda noche? (Para saber que era en verdad una obra de Dios y no un hecho de la naturaleza o una casualidad.)
• De un ejército de treinta y dos mil hombres que se reunieron para pelear contra los madianitas, el Señor quiso que sólo 300 fueran a pelear a la batalla. ¿Qué habría de hacer Gedeón para reducir el número de soldados de su ejército? (Jueces 7:3, 5–7.) ¿Por qué deseaba el Señor solamente 300 hombres? (Jueces 7:2; explique que alabe en este caso significa alardear o jactarse. El Señor deseaba que los israelitas confiaran en Él y no en su propia fortaleza.) ¿De qué forma se puso a prueba la fe de Gedeón en este caso? ¿Cómo se habrían sentido ustedes si se hubieran encontrado en la situación de Gedeón, con un ejército tan pequeño?
• ¿De qué manera ayudaron las instrucciones del Señor a los israelitas a derrotar a los madianitas? (Jueces 7:20–22; los madianitas fueron confundidos y se mataron los unos a los otros en la obscuridad.) Explique que tuvieron éxito debido a que los hombres de Gedeón siguieron minuciosamente las instrucciones que éste les había dado, y Gedeón siguió las instrucciones del Señor con exactitud. (Véase la actividad complementaria N° 3.) ¿En qué forma somos bendecidos al obedecer los mandamientos de nuestro Padre Celestial?
• Cuando los hombres de Israel quisieron que Gedeón fuera su rey, ¿quién les dijo éste que debía gobernarlos? (Jueces 8:23.) ¿A quién debemos seguir? ¿Quién guía a la Iglesia en la actualidad? Explique que tenemos un Profeta y otros líderes que Dios ha escogido para enseñarnos, pero Jesucristo está a la cabeza de la Iglesia.
En cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido, utilice una o más de las siguientes actividades:
Analice con los niños la siguiente declaración:
“Del ejemplo de Gedeón podemos obtener fortaleza. Recordarán cómo Gedeón y su ejército hicieron frente al abrumante poderío de fuerzas muy superiores en equipo y en número. … el resultado de esa poderosa batalla se registra en una breve frase: ‘Y se estuvieron firmes cada uno en su puesto…’ (Jueces 7:21) y se obtuvo la victoria.
“En la actualidad, nos encontramos acampados contra la agrupación más formidable de pecado, vicios y maldad que jamás hayamos visto reunida ante nuestros ojos. Esos enemigos tan tremendos pueden ser los causantes de que los corazones menos fuertes se acobarden o rehuyan la pelea. Pero no es nuestro el plan de batalla por medio del cual peleamos para salvar las almas de los hombres. Éste se proporcionó… por la inspiración y la revelación del Señor… Ruego que cada uno de nosotros se mantenga firme en su lugar correspondiente, para que, en verdad se gane la batalla por las almas de los hombres” (Thomas S. Monson, “Correlation Brings Blessings”, Relief Society Magazine, abril de 1967, págs. 246–247).
Piense en varios problemas que enfrenten los niños de su clase que podrían considerarse como algunas de las batallas de la vida. (Por ejemplo: Te sientes tentado a fumar un cigarrillo o tu equipo preferido aparece en televisión a la misma hora que tienes que ir a la Iglesia.) Lance una bolsita rellena de frijoles (porotos), maíz o cualquier otra cosa similar, a uno de los niños. Describa una de las batallas de la vida. Pida al niño que diga cual sería el plan de batalla del Señor y luego que le vuelva a tirar la bolsita al maestro. Continúe hasta que todos los niños hayan participado. Aliente a los niños a seguir el plan del Señor al decidir la forma de resolver esas situaciones.
En hojas grandes de papel escriba, por separado, una palabra de la siguiente cita: “Y se estuvieron firmes cada uno en su puesto” (Jueces 7:21).
Reparta al azar las hojas de papel entre los niños y pídales que se pongan de pie para que el mensaje se lea correctamente. Si su clase es pequeña, quizás necesite entregar a algunos de los niños dos hojas de papel que tengan palabras que vayan en secuencia. Haga hincapié en cuán importante es que todas las personas se mantengan firmes en el lugar correcto, tal como lo hicieron los hombres de Gedeón, con el fin de lograr lo que el Señor desea que ellos hagan.
Hable acerca de las veces en que nos encontramos en el lugar debido, como cuando asistimos a la Iglesia todas las semanas, al no encontrarnos en lugares donde hay tentación, etc.
Pida a los niños que se pongan de pie mientras usted les da instrucciones tales como darse vuelta, levantar la mano derecha, etc. Pida que los niños enumeren algunas de las instrucciones específicas que Gedeón recibió (véase Jueces 6:25–26 y 7:3–6). Explique que, debido a que Gedeón siguió esas instrucciones con exactitud, él y su ejército tuvieron éxito. Destaque que en ocasiones se nos pide hacer cosas que no parecen ser importantes o que incluso no tienen sentido para nosotros en ese momento. Si los líderes de la Iglesia o nuestros padres, actuando en rectitud, nos dan instrucciones específicas, debemos ser obedientes y tener fe de que lo que se nos ha pedido hacer es importante y correcto.
Si lo desea, escoja a un niño que haya obedecido sus instrucciones con exactitud para ser el líder y repita nuevamente la actividad.
Pida a los niños que mencionen algunas razones por las que el Señor nos da pruebas (por ejemplo: el tratar de resolverlas nos ayuda a ser más fuertes y más valientes, nos hacen más humildes a fin de que nos volvamos a Dios, son una parte natural de la vida terrenal, son las consecuencias del pecado o de las malas decisiones, etc.) Hable sobre alguna experiencia personal apropiada, por medio de la cual usted haya progresado espiritualmente al vencer una prueba. Explique que el Señor tal vez no nos libre de nuestros problemas, pero si confiamos en Él, nos bendecirá con consuelo y fortaleza.
Canten o repitan la letra de las canciones “Voy a vivir el Evangelio” (Canciones para los niños, pág. 72) o “Siempre obedece los mandamientos” (Canciones para los niños, pág. 68).
Quizás desee testificar en cuanto a la importancia de confiar en el Señor y en Sus siervos elegidos. Exhorte a los niños a prestar atención a lo que dice el Profeta y los demás líderes de la Iglesia y a obedecer los mandamientos diligentemente como lo hizo Gedeón.
Inste a los niños a hablar con la familia sobre una parte específica de la lección, tal como un relato, una pregunta o actividad, o que lean con ella las “Sugerencias de lectura” que tienen para estudiar en casa.
Sugiera a los niños que estudien en casa Jueces 6:12–16 y 7:15–22 como repaso de la lección de hoy.
Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.
http://www.lds.org/manual/primary-6-old-testament/lesson-26-ruth-and-naomi?lang=spa&country=snw
Enseñar a los niños que, al guardar nuestros convenios, desarrollamos fortaleza espiritual.
Con oración, estudie:
Jueces 13:1–5, 24: A la esposa de Manoa se le promete un hijo que comenzará a librar a Israel del cautiverio. Nace Sansón.
Jueces 14:5–6: Sansón mata a un león con sus propias manos.
Jueces 15:3–8, 11–15, 20: Sansón quema las mieses de los filisteos y mata a mil filisteos con la quijada de un asno.
Jueces 16:2–3: Sansón se lleva al hombro las puertas de la ciudad.
Jueces 16:4–20: Dalila traiciona a Sansón y éste pierde su fuerza.
Jueces 16:21–31: Sansón queda ciego y es encarcelado. Destruye un edificio y mueren él y tres mil personas.
Estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños el relato de las Escrituras (véase “Cómo preparar las lecciones”, pág. VII, y “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII). Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que mejor promuevan la participación de los niños y los ayuden a alcanzar el objetivo de la lección.
Materiales necesarios:
Un ejemplar de la Biblia para cada niño.
Un palo largo (optativo).
La lámina 6–32: Sansón tira abajo las columnas.
Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.
Pida a un voluntario que demuestre cómo flexionar los brazos para mostrar los músculos. Pida al resto de la clase que haga lo mismo y vean si se pueden tocarse los músculos. Si lo desea, pida que dos niños jueguen a pulsear o a jalar palos (un juego que le gustaba mucho a José Smith). Para jugar a jalar palos, haga que dos niños varones se sienten en el suelo, cara a cara, con las piernas extendidas, las rodillas dobladas y con la suela de los zapatos tocándose. Ambos niños deben asir el mismo palo largo y tirar hasta que el otro quede de pie.
• ¿Para que nos sirven los músculos? Analice lo que sucede cuando ejercitamos nuestros músculos y lo que ocurre cuando no los utilizamos. Haga que los niños comprendan que el ejercicio nos ayuda a desarrollar músculos fuertes.
• Explique que nuestro espíritu también necesita crecer fuerte. ¿Cómo podemos hacernos espiritualmente fuertes? (Al guardar nuestros convenios bautismales, al obedecer a nuestros padres, al orar, al asistir a la Iglesia, al leer las Escrituras, etc.)
• ¿Por qué es importante volvernos espiritualmente fuertes? (A fin de evitar la tentación, para que el Espíritu Santo nos guíe en nuestras decisiones y para distinguir el bien del mal.)
Es importante que los niños entiendan que debemos desarrollar fortaleza espiritual tanto como necesitamos desarrollar fuerza física.
Utilice la lámina en el momento apropiado y enseñe a los niños el relato de Sansón que se encuentra en los pasajes de las Escrituras que aparecen en la sección “Preparación”. (En “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII, encontrará varias sugerencias de cómo enseñar los relatos de las Escrituras.) Al analizar a Sansón, utilice las siguientes pautas e información:
El Señor llamó a Sansón para que ayudara a liberar a los israelitas de los filisteos.
La misión de Sansón requeriría fuerza física. El Señor hizo un convenio con Sansón de que, en tanto que él lo obedeciera, sería físicamente fuerte. El cabello largo de Sansón (véase Jueces 13:5) era una señal de ese convenio.
Haga hincapié en las veces que a Sansón se le permitió utilizar su fuerza física contra los filisteos en lugar de analizar en detalle su vida privada.
Sansón fue juez en Israel por veinte años.
Mientras Sansón guardó sus convenios fue bendecido con la habilidad de ayudar a su pueblo, pero cuando quebrantó sus convenios perdió tanto su fortaleza espiritual como su fuerza física.
Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios en su vida. El leer los pasajes en clase con los niños hará que éstos entiendan mejor las Escrituras.
• ¿Porqué pudieron los filisteos derrotar a los hijos de Israel? (Jueces 13:1; haga notar que los israelitas se habían vuelto espiritualmente débiles.)
• ¿Qué mensaje le dio un ángel del Señor a la esposa de Manoa? (Jueces 13:3–5.) ¿Qué le dijo el ángel que su hijo sería llamado a hacer? Quizás desee explicar que los nazareos hicieron un convenio de alejarse de las cosas del mundo y hacerse santos ante el Señor. Como parte de ese convenio, todo nazareo hizo voto de no beber bebidas alcohólicas ni cortarse el cabello (véase Números 6:2–6, 8.)
• Cuando Manoa se enteró de lo que el ángel le dijo a su esposa, ¿qué hizo que demostró su fortaleza espiritual? (Jueces 13:8.) ¿De qué manera puede ayudarnos la oración a desarrollar mayor fortaleza espiritual?
• A Sansón se le permitió utilizar muchas veces su fuerza física para protegerse y pelear contra los filisteos. ¿Dónde adquirió Sansón esa fuerza física? (Jueces 14:5–6; 15:13–14.) Es importante que los niños comprendan que el Señor bendijo a Sansón con fuerza física con el fin de cumplir su misión. Mientras Sansón guardó sus convenios y fue espiritualmente fuerte, fue bendecido con fuerza física. ¿En qué forma somos bendecidos cuando guardamos nuestros convenios y somos espiritualmente fuertes? (Véase la actividad complementaria N° 4.)
• ¿Qué le ofrecieron los filisteos a Dalila si los ayudaba a capturar a Sansón? (Jueces 16:4—5.) ¿Por qué piensan que la gente a veces se siente tentada a hacer lo malo por dinero? ¿Qué podemos hacer para evitar ser tentados por las riquezas?
• ¿Por qué al fin sucumbió Sansón y le dijo a Dalila el secreto de su fuerza? (Jueces 16:16.) ¿Por qué perdió Sansón su fuerza? (Jueces 16:19–20.) Es importante que los niños comprendan que la fuerza de Sansón no estaba realmente en su cabellera. Su cabello era una señal del convenio que había hecho con el Señor. Cuando Sansón quebrantó su convenio, al pecar, el Señor le quitó su fuerza física. (Véase “Sansón” en la Guía para el Estudio de las Escrituras, pág. 187.)
• ¿Qué le hicieron los filisteos a Sansón después de que lo capturaron? (Jueces 16:21.) Más adelante, cuando lo sacaron de la cárcel para divertirse y burlarse de él, ¿qué pidió Sansón en oración? (Jueces 16:28.)
• ¿Qué clase de fortaleza es más importante, la física o la espiritual? ¿Por qué? Haga comprender a los niños que es bueno ser fuerte físicamente, pero que es más importante ser espiritualmente fuertes. Indique que a algunas personas les es imposible desarrollar fortaleza física, pero que todo el que trate, puede desarrollar fortaleza espiritual, si guarda los convenios y obedece los mandamientos.
• ¿Qué sucede cuando las personas se vuelven espiritualmente débiles? (Se dejan vencer por las tentaciones, pecan, pierden la guía del Espíritu Santo, y la habilidad para cumplir sus llamamientos y bendecir a los demás.)
• ¿En qué forma podemos desarrollar la fortaleza física que necesitamos para vivir de la forma en que nuestro Padre Celestial y Jesucristo desean que lo hagamos? (Véase la actividad complementaria N° 1.)
En cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido, utilice una o más de las siguientes actividades:
Pida a los niños que nombren algo que pueden hacer para ser espiritualmente fuertes, como por ejemplo: asistir a la Iglesia, hacer algo bueno por otra persona, orar a diario, ser un pacificador en el hogar, leer las Escrituras, etc. Escriba las respuestas en la pizarra. Una vez que hayan terminado de decir todo lo que piensan, entregue a los niños lápices y hojas de papel en las que haya escrito “Puedo ser espiritualmente fuerte al”: en la parte superior y pídales que escriban debajo uno o más “músculos espirituales” que les gustaría “ejercitar” o ideas que les gustaría poner en práctica la semana entrante. Aliéntelos a colocar la hoja de papel en algún lugar donde puedan verla seguido.
Valiéndose de las ideas que aparecen en la actividad complementaria N° 1, pida a los niños que se turnen para escoger una y hagan una pantomima o hagan un dibujo en la pizarra para representarla mientras los demás niños tratan de adivinar qué idea se está ilustrando.
Recuerde a los niños que Sansón hizo un convenio con el Señor pero que no lo guardó.
¿Qué convenios hicieron ustedes con nuestro Padre Celestial y Jesucristo cuando se bautizaron? (Véase Mosíah 18:8–10.) Analice la forma en que el guardar esos convenios nos ayudará a ser más fuertes espiritualmente. Quizás desee destacar que los niños también harán convenios cuando vayan al templo, que el hacer y guardar esos convenios proporciona gran fortaleza espiritual en nuestra vida, y que ellos pueden prepararse desde ahora para esta gran bendición, al guardar los convenios que han hecho hasta el momento.
Antes de la clase, mencione un punto fuerte que haya observado en cada niño. Escríbales una notita personal para hablarles de ello; por ejemplo: “Querido __________ , tú tienes una gran fortaleza para asistir a la Primaria todas las semanas”. Algunas ideas adicionales podrían ser las siguientes:
Ser bueno con los demás.
Dar tu testimonio.
Ayudar a tus padres.
Ser un pacificador.
Ser un buen amigo.
Leer las Escrituras.
Destaque que todos tenemos diferentes puntos fuertes. Nuestro Padre Celestial necesita que utilicemos esa fortaleza para servirle a Él y a los demás. Lea en voz alta cada nota que haya preparado, sin leer los nombres de los niños, y luego entrégueselas. Es importante que los niños se den cuenta de que esos son solamente algunos de los muchos puntos fuertes con que el Padre Celestial los ha bendecido. Dé a los niños la oportunidad de mencionar otros puntos fuertes que ellos hayan observado en los demás miembros de la clase. Aliéntelos a desarrollar esos y otros puntos fuertes durante la semana entrante.
Reparta láminas de Adán y Eva, Noé, Abraham, Rebeca, etc. y pida a los niños qué digan en qué forma fueron esas personas fuertes espiritualmente.
Con la aprobación de la presidenta de la Primaria, invite a un miembro de la rama o del barrio a relatar a la clase una experiencia que haya vivido, por medio de la cual desarrolló fortaleza espiritual. (Asegúrese de fijarle al visitante un tiempo límite.)
Canten o repitan la letra de las canciones “Voy a vivir el Evangelio” (Canciones para los niños, pág. 72) o “Voy a ser valiente” (Canciones para los niños, pág. 85).
Exprese sus sentimientos en cuanto a la importancia de desarrollar fortaleza espiritual y vivir de tal manera que algún día logremos regresar junto a nuestro Padre Celestial y Jesucristo.
Inste a los niños a hablar con la familia sobre una parte específica de la lección, tal como un relato, una pregunta o actividad, o que lean con ella las “Sugerencias de lectura” que tienen para estudiar en casa.
Sugiera a los niños que estudien en casa Jueces 13:1–5, 24; 15:20 y 16:25–30 como repaso de la lección de hoy.
Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.
Que los niños sientan el deseo de seguir el ejemplo de las personas rectas y de ser ellos mismos un buen ejemplo.
Con oración, estudie:
Rut 1:1–5: Noemí y su familia se mudan a Moab. Su esposo y sus hijos mueren.
Rut 1:6–22: Rut permanece junto a Noemí cuando ella regresa a Belén.
Rut 2: Rut recoge espigas en el campo de Booz.
Rut 4:9–17: Booz se casa con Rut y tienen un hijo llamado Obed.
Lectura complementaria:
Juan 7:42: Cristo sería descendiente de David y nacería en Belén.
Estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños el relato de las Escrituras (véase “Cómo preparar las lecciones”, pág. VII, y “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII). Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que mejor promuevan la participación de los niños y los ayuden a alcanzar el objetivo de la lección.
Materiales necesarios:
Un ejemplar de la Biblia para cada niño.
Dibuje y recorte varias huellas grandes de pie hechas de papel. Antes de comenzar la clase, acomode las huellas en el suelo de manera que vayan desde la puerta del salón de clases, pasen por varias partes del salón y lleguen hasta el lugar donde los niños se sientan.
La lámina 6–33: Rut recoge espigas en el campo de Booz.
A medida que los niños entren en el salón, guíelos para que caminen sobre las huellas que usted ha colocado sobre el piso hasta donde encuentren un lugar para sentarse.
Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.
• ¿Sobre qué caminaron al entrar en el salón de clases?
Explique que todos dejamos huellas durante nuestro viaje por la vida. En ocasiones, seguimos las huellas de alguien más y tratamos de seguir su ejemplo. Pero a su vez, hay otras personas que nos están mirando y podrían tratar de seguir nuestras huellas. Todo lo que hacemos deja un impresión en alguien, al igual que nuestros pasos dejan una huella sobre un terreno blando. Cuando hacemos algo bueno, dejamos un buen ejemplo para los demás; cuando hacemos algo malo, dejamos un mal ejemplo.
Diga a los niños que van a aprender acerca de dos mujeres que sabían lo importante que es seguir los buenos ejemplos y dar un buen ejemplo.
Utilice la lámina en el momento apropiado para enseñar a los niños el relato de Rut y Noemí de los pasajes de las Escrituras enumerados en la sección “Preparación”. (En “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII, encontrará varias sugerencias de cómo enseñar los relatos de las Escrituras.) Trate de que los niños entiendan que Rut siguió el buen ejemplo de Noemí y luego ella misma dejó también un buen ejemplo para que otras personas pudieran seguirlo.
Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios en su vida. El leer los pasajes en clase con los niños hará que éstos entiendan mejor las Escrituras.
• ¿Por qué Noemí, su esposo y sus dos hijos salieron de Belén para ir a vivir a Moab? (Rut 1:1.) ¿Qué sucedió mientras ellos se encontraban allí? (Rut 1:3–5.)
• Cuando el hambre pasó y Noemí decidió regresar a Belén, ¿quiénes comenzaron el viaje con ellas? (Rut 1:7.) ¿Por qué Noemí les pidió a sus nueras que la dejaran y regresaran junto a sus madres? (Rut 1:8–13.)
• ¿En qué forma respondieron las dos mujeres al pedido de Noemí? (Rut 1:14–17.) ¿Por qué piensan que Rut escogió permanecer junto a Noemí? Explique que Noemí era de la casa de Israel y comprendía el Evangelio. Rut en cambio era de Moab, donde no se adoraba a nuestro Padre Celestial. Rut no solamente demostró amor por su suegra, sino que también aceptó el Evangelio de Jesucristo. Ella deseaba seguir el buen ejemplo de Noemí y adorar a nuesto Padre Celestial, tal como su suegra. ¿Qué buenos ejemplos tratan de seguir ustedes? ¿De qué manera son esas personas un buen ejemplo para ustedes? (Véase la actividad complementaria N° 1.)
• ¿Qué ofreció Rut hacer para que su suegra y ella tuvieran comida para comer? (Rut 2:2.) Explique que recoger espigas en pos de los segadores significaba ir a los campos y, a medida que se cosechaba el grano, recoger lo que iba quedando.
• ¿De quién era el campo en el que Rut recogió espigas? (Rut 2:3.) ¿Quién era Booz? (Rut 2:1, 3.) ¿Cómo ayudó Booz a Rut cuando recién la conoció? (Rut 2:15–16.) ¿Por qué hizo eso por ella? (Rut 2:11–12; explique que el ejemplo de Rut de cuidar a Noemí hizo que Booz se diera cuenta de que ella era una persona muy buena.)
• ¿Por qué Booz se sentía aún más responsable de ayudar a Rut? (Rut 3:11–13.) ¿A quiénes tienen ustedes la responsabilidad de ayudar? ¿De qué manera pueden ayudar a sus padres, hermanos y hermanas? ¿Cómo pueden ayudar a sus abuelos, tíos y primos?
• ¿Qué clase de ejemplo dejó Rut para los demás? (Véase la actividad complementaria N° 4.) ¿Cómo pueden ser ustedes un buen ejemplo para los demás? (Véase la actividad complementaria N° 2.)
• ¿Con quién se casó Rut? (Rut 4:13.) Explique las costumbres acerca del matrimonio que había en Israel para que de esa forma los niños comprendan mejor la información que se da en el capítulo 4. Como el esposo de Rut había muerto, se esperaba que el pariente varón más cercano se casara con ella para que pudiera tener hijos. Booz no era el pariente varón más cercano de Rut. Su pariente más cercano no deseaba casarse con ella, en cambio Booz sí quería hacerlo porque sabía que ella era una mujer buena, bondadosa y solícita.) ¿Cómo se llamó el primer hijo que tuvieron? (Rut 4:17.) ¿Quién fue el nieto de Obed? Destaque que Rut fue la bisabuela de David, el joven que peleó contra Goliat. Más tarde, David se convirtió en rey de Israel y fue antepasado de Jesucristo (véase Juan 7:42).
En cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido, utilice una o más de las siguientes actividades:
Pida a los niños que piensen en personas rectas que hayan sido un buen ejemplo para ellos. Solicíteles que determinen las características o virtudes más sobresalientes de esas personas y las escriban en las huellas que se utilizaron en la actividad para captar la atención. Si lo desea, coloque nuevamente las huellas en el piso para que los niños, por turno, las sigan. Diga la característica que está escrita en la huella a medida que cada niño se para en ella.
Entregue a cada uno de los niños una hoja de papel y un lápiz y pídales que tracen su propia huella (colocando el pie sobre la hoja y marcando el contorno con el lápiz). Pídales que nombren cualidades que les gustaría desarrollar para ser un buen ejemplo para los demás. Escriba esas características en la pizarra. Solicíteles que escojan una, o más, que les gustaría esforzarse por adquirir y que la escriban en su huella de papel.
¿Quién nos dejó un ejemplo perfecto? Si es posible, ponga a la vista láminas de Jesucristo prestando ayuda a los demás y analice cómo podemos seguir Su ejemplo, o pida a los niños que escojan un acontecimiento de la vida del Salvador y hablen sobre lo que podemos aprender de ello que nos ayudará a nosotros mismos a ser un buen ejemplo para los demás.
Asigne a uno o más niños para que busquen los siguientes pasajes de las Escrituras:
Rut 1:8
Rut 1:16
Rut 2:2
Después, lea las siguientes declaraciones acerca de Rut, una a la vez, y pida a un niño que lea el pasaje de las Escrituras al que se aplique:
Rut era buena. (1:8)
Rut era leal. (1:16)
Rut deseó adorar a nuestro Padre Celestial. (1:16)
Rut trabajó diligentemente. (2:2)
Analice de qué manera Rut puede ser un ejemplo para nosotros. Ayude a los niños a decidir qué virtudes de las que poseía Rut ellos desean desarrollar.
Canten o repitan la letra de la canción “Yo trato de ser como Cristo” (Canciones para los niños, pág. 40).
Exprese el amor que siente por el Salvador y su gratitud por el ejemplo perfecto que Él dejó para que nosotros siguiéramos. Exprese a los niños su deseo de ser un buen ejemplo para ellos en todo lo que hace, y que espera que ellos también sean buenos ejemplos. Testifique cuán importante es escoger buenos ejemplos para seguir.
Inste a los niños a hablar con la familia sobre una parte específica de la lección, tal como un relato, una pregunta o actividad, o que lean con ella las “Sugerencias de lectura” que tienen para estudiar en casa.
Sugiera a los niños que estudien en casa Rut 1:16–17, 2:1–18 y 4:13–17 como repaso de la lección de hoy.
Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.