Portada » Historia » La Edad Media: Tres culturas en Al-Ándalus (711-1474)
La llegada de los musulmanes a la Península se enmarca dentro del proceso de expansión del Islam. La crisis de la monarquía visigoda y sus luchas facilitaron el desembarco en Gibraltar en el año 711 de un ejército dirigido por Tarik y Muza que, tras derrotar a Don Rodrigo, último rey visigodo en la batalla de Guadalete, ocuparon casi toda la Península en 4 años ya que no hubo apenas resistencia. Tras la conquista, el territorio, que pasó a llamarse Al-Ándalus se convirtió en una provincia o emirato dependiente del imperio islámico de los Omeyas con capital en Damasco. La derrota ante los francos en Poitiers en el año 736 frenó la expansión musulmana por Europa Occidental.
En el año 756, un miembro de esta familia, Abd-al-Rahmán, expulsada del califato por los Abbasíes, llegó a Al Ándalus y lo convirtió en Emirato independiente políticamente de Bagdad. Fue una etapa de consolidación del estado, aunque los conflictos entre las distintas etnias musulmanas y las revueltas de la población mozárabe y muladí fueron frecuentes. En el año 929, Abd-al-Rahmán III se autoproclamó califa, uniendo a la independencia política la religiosa, y fundó el Califato de Córdoba, la época de mayor esplendor político y cultural de Al-Ándalus. En torno al año 1.000 destaca la figura del caudillo Almanzor, que frenó la expansión de los reinos cristianos. A su muerte, el califato se fue debilitando por luchas internas y desapareció en el año 1031, dividiéndose en numerosos reinos de Taifas.
Tras la desaparición del Califato de Córdoba, en el 1031, el territorio de Al-Ándalus quedó dividido en numerosos reinos de Taifas cuyo número fue variando. Económica y culturalmente prósperas, pagaban tributos a los reinos cristianos que tenían una clara superioridad militar.
A finales del s. XI, ante el avance territorial de los reinos cristianos, que, en 1085, conquistan Toledo, pidieron ayuda a los almorávides, guerreros norteafricanos que detuvieron el avance cristiano tras vencer en la batalla de Sagrajas a Alfonso VI y reunificaron el territorio andalusí, convirtiéndolo en una provincia de su imperio. A mitad del s XII los almohades, un nuevo imperio formado en el norte de África, sustituyeron a los almorávides, frenando la expansión castellana en la batalla de Alarcos. En el año 1212, fueron derrotados por una coalición de reinos cristianos en la batalla de las Navas de Tolosa y los territorios andalusíes fueron cayendo progresivamente en manos de los reinos cristianos.
Desde mediados del s. XIII solo sobrevivió el reino nazarí de Granada, gobernado por la dinastía de los BanuNasr o nazaríes y que dominaba un territorio que abarcaba Almería, Granada y Málaga. Su supervivencia fue posible por el pago de fuertes impuestos a Castilla, la compleja topografía del reino que facilitaba su defensa y, sobre todo, por los problemas internos de los reinos cristianos. Su periodo de máximo esplendor fue el siglo XIV, momento en el que se construyó la Alhambra. Las crisis políticas fueron aprovechadas por los Reyes Católicos para conquistarlo en 1492.
Al Ándalus tuvo un desarrollo económico muy superior al de los reinos cristianos. La base económica era la agricultura, donde se perfeccionaron las técnicas de regadío y se introdujeron cultivos como el algodón, el arroz, los cítricos o el azafrán. Las ciudades eran los centros de una importante producción artesanal (textil, seda, orfebrería, cuero, cerámica, etc.). Existía un activo comercio tanto interior como exterior, se exportaban productos agrícolas y se importaban especias y productos de lujo, el uso de la moneda (dinar de oro y dírham de plata) estaba generalizado.
La estructura social estaba determinada por criterios de carácter religioso que establecían una división entre musulmanes y no musulmanes. Dentro de los musulmanes existían diferencias de tipo étnico entre los árabes y sirios que controlaban los cargos políticos, los bereberes, norteafricanos convertidos al Islam y los muladíes o hispano-visigodos convertidos al Islam. Las minorías no musulmanas como judíos y mozárabes pudieron mantener sus leyes y autoridades a cambio del pago de tributos.
En al-Ándalus existió un elevado desarrollo cultural y trasmitirá a la Europa medieval muchos conocimientos científicos y técnicos. Las matemáticas, la astronomía y la medicina tuvieron un gran desarrollo y destacaron figuras como Ibn Hazm, Averroes o Maimónides. Uno de sus legados más importantes es el arte: la mezquita de Córdoba, el alminar de la mezquita de Sevilla (Giralda), el palacio de la Aljafería o el de la Alhambra son algunos ejemplos.