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El concepto de economia emergente son aquellas economías no avanzadas que presentaban niveles no muy alejados de los de los países desarrollados o bien de renta per cápita o bien de PIB. Por su parte, entre las economías emergentes más representativas BRIC: Brasil, Rusia, India y China. Con el transcurso del tiempo las economías emergentes se han convertido en actores cada vez más relevantes de la economía mundial, elevando su participación en el PIB y en los flujos comerciales y financieros. Este proceso se ha consolidado especialmente durante los últimos años y se ha reforzado durante la crisis financiera. Tradicionalmente, las economías emergentes registraban tasas de crecimiento similares a las de los países avanzados. Sin embargo, en la última década las economías emergentes han crecido sustancialmente más que las avanzadas, lo que ha permitido mejorar sustancialmente los niveles de vida de esos países y su convergencia económica con los países avanzados. Así, el fuerte crecimiento de los últimos 10 años ha propiciado que las economías emergentes hayan elevado sustancialmente su participación en el producto mundial, desde un tercio en 1980 a casi la mitad en la actualidad. Estos avances se han producido en un contexto de mayor integración de las economías emergentes en la economía mundial, tanto en el ámbito comercial como en el financiero, han venido elevando sustancialmente su grado de apertura comercial y desempeñando un papel cada vez mayor en el comercio mundial, con un protagonismo muy destacado en general del comercio de materias primas (si bien se dan excepciones destacadas como China, donde destaca el comercio de manufacturas o India, con una fuerte relevancia del comercio de servicios, para la inversión directa, de cuyos flujos las economías emergentes son cada vez más receptores muy significativos (gráfico 5), o en la acumulación de reservas exteriores, el creciente peso de las economías emergentes se ha materializado en numerosos ámbitos, entre los que destacan el aumento de sus cuotas y de poder de voto en el Fondo Monetario Internacional (cuadro 2) y la consagración del G-20 frente al G-7 como grupo líder a nivel global.
Se pueden distinguir en el este de Asia varios grupos de economías en función de cuándo se inició su despegue económico y, como consecuencia de ello, del nivel de desarrollo que han alcanzado en la actualidad. Por una parte, se encuentra un grupo de economías formado por Hong Kong, Taiwán, Singapur y Corea del Sur (países denominados frecuentemente como dragones asiáticos), cuyo inicio de la fase de elevado crecimiento comenzó en la década de los setenta y que presentan un elevado nivel de desarrollo en la actualidad, hasta el punto de que se las considera como economías avanzadas. Otro grupo de economías, denominadas economías dinámicas asiáticas y entre las que se encuentran Malasia, Tailandia, Filipinas o Indonesia, comenzaron su despegue en la década de los noventa y Finalmente, China podría encuadrarse dentro del grupo de economías cuyo fuerte crecimiento comenzó con cierto retraso, a partir de la década de los 80, coincidiendo con el proceso de transformación de un sistema económico socialista en uno capitalista (en esta misma categoría podría encuadrarse Vietnam), aunque cabe destacar que se trata de una economía de particular relevancia, debido a su tamaño y a su impacto en la economía mundial.
mismas, por otra parte, contrastan con el bajo crecimiento de Japón, que constituye no obstante el primer país asiático que alcanzó el estatus de país avanzado. Tal y como se señalaba con anterioridad, el nivel de desarrollo económico de las economías emergentes asiáticas es muy desigual en la práctica. Mientras algunas de ellas, como Singapur, y en general todos los dragones asiáticos, presentan rentas per cápita equiparables a las de los principales países desarrollados (y, de hecho, instituciones como el Fondo Monetario Internacional las consideran como tales), las economías dinámicas asiáticas y China presentan rentas per cápita acusadamente más bajas.
Las economías asiáticas presentan tasas de ahorro nacionales muy elevadas en términos relativos. Este ahorro les ha permitido, a su vez, acometer sistemáticamente elevadas tasas de inversión (gráfico 1), con la particularidad de que, a diferencia de otras economías en vías de desarrollo, no han tenido una necesidad sistemática de recurrir al ahorro exterior para financiarlas. Una buena parte del crecimiento económico de estos países ha estado fundamentado en elevados incrementos de la productividad del factor trabajo, lo que en buena medida se explica, a su vez, por las elevadas tasas de inversión. Otro de los motores fundamentales del crecimiento de las economías emergentes asiáticas es su sector exterior. Se trata de economías muy competitivas, con costes laborales comparativamente bajos, fuertes flujos de entrada de inversión directa y que han apostado en sus modelos de desarrollo por las exportaciones y los mercados exteriores. El resultado de todo ello es que la elevada competitividad-precio de sus productos les ha permitido obtener una importante cuota del comercio internacional, se trata de economías muy abiertas comercialmente al exterior y, por lo tanto, en las que el comercio tiene un peso muy relevante en la economía . Esta circunstancia explica por qué la fuerte retracción que ha experimentado el comercio internacional en el contexto de la reciente crisis económica mundial dio lugar a una abrupta reducción de las tasas de crecimiento. creciente integracion comercial destacar que el principal proceso de integración de la región, la ASEAN, consiste en la actualidad únicamente en acuerdos preferenciales -aunque está previsto que culmine en una zona de libre comercio en bveve- y que del mismo no forman parte las principales economías de la región -Japón, China y los dragones asiáticos–, con la única excepción de Singapur.
La economía china viene experimentando desde comienzos de la década de los ochenta un crecimiento extraordinario (con un crecimiento medio anual situado en torno al 9%). Aunque se han dado ritmos de crecimiento similares en otras economías del este de Asia, la particularidad del elevado tamaño de la población de este país implica que el impacto en la economía mundial de su proceso de desarrollo es comparativamente muy superior. El papel actual de la economía china en la economía mundial es muy destacado, y es previsible que sea incluso más importante en el medio y largo plazo, en la medida en que continúen sus espectaculares tasas de crecimiento . Actualmente China es la segunda mayor economía del mundo si se mide en paridad de poder adquisitivo y el segundo mayor exportador mundial de mercancías (por detrás de Alemania y por delante de Estados Unidos). Asimismo, es uno de los principales motores de la economía mundial en los últimos años. Su gran importancia actual en la economía mundial se aprecia también a partir de su creciente participación en la demanda mundial de petróleo y otros productos primarios