Portada » Historia » La economía mundial entre guerras: De la Primera Guerra Mundial a la Revolución Rusa
El fin de la guerra trajo consigo una profunda añoranza de la “belle époque”, un deseo de retornar a esa época de equilibrio y prosperidad. Sin embargo, el conflicto bélico había dejado cicatrices profundas en la economía mundial.
Con el estallido de la guerra, se abandonaron dos pilares fundamentales del liberalismo: el patrón oro y el principio de no intervención del Estado en la economía. La necesidad de financiar la guerra llevó a los gobiernos a emitir bonos y papel moneda, aumentando la cantidad de dinero en circulación y, consecuentemente, los precios. La prioridad absoluta era la victoria, dejando la reorganización económica para más adelante.
Este contexto bélico propició la planificación económica y el intervencionismo estatal. Los gobiernos intervinieron para redirigir la producción hacia la industria bélica, dejando de lado la producción de bienes de consumo como alimentos y textiles. Se implementaron mecanismos heterodoxos de financiación, abandonando las formas tradicionales y recurriendo a préstamos para financiar el esfuerzo bélico.
Tras la derrota en la Primera Guerra Mundial, Alemania fue considerada culpable del conflicto y obligada a pagar los costes de la guerra. A diferencia de conflictos anteriores, donde se establecía una cantidad fija, el Tratado de Versalles impuso a Alemania un complejo sistema de reparaciones.
John Maynard Keynes, una de las figuras económicas más relevantes del siglo XX, criticó duramente la severidad del Tratado de Versalles. Keynes argumentaba que las reparaciones impuestas a Alemania eran imposibles de pagar y que la paz alcanzada era inestable, una herida mal cerrada que se reabriría en el futuro. Alemania, debilitada por la guerra, con su capacidad productiva mermada y pérdidas territoriales significativas, se enfrentaba a una tarea titánica.
La situación se agravó por las barreras arancelarias impuestas por otros países para proteger sus industrias de la competencia alemana. Incapaz de hacer frente a las reparaciones, Alemania solicitó una moratoria en el pago de su deuda internacional.
Al finalizar la guerra, las deudas de guerra generaron una red compleja de países prestatarios y prestamistas. Esta red se convirtió en una fuente de inestabilidad económica. Keynes instó a Estados Unidos a perdonar la deuda de los países europeos, argumentando que no necesitaba el reembolso. Sin embargo, Estados Unidos se negó a condonar la deuda, a pesar de tener la capacidad de hacerlo.
La inflación, ya presente en Europa debido a la guerra, se transformó en hiperinflación en Alemania. La emisión masiva de papel moneda para financiar las reparaciones agravó la situación. El marco alemán se depreció a niveles inimaginables, llevando a la quiebra del sistema monetario. La escasez de alimentos y la pobreza se extendieron por el país.
Ante la crisis humanitaria, Estados Unidos y otros países europeos se vieron obligados a intervenir. Se implementaron dos planes para estabilizar la economía alemana:
Este plan se basó en préstamos e inversiones de capital estadounidense, generando una dependencia de la economía alemana hacia Estados Unidos. A pesar de los esfuerzos, la economía alemana seguía al límite.
Este plan buscó reducir la cuota anual de las reparaciones alemanas. Sin embargo, la crisis del 29 truncó la ayuda financiera. En 1931, Alemania se declaró en suspensión de pagos. La clase media alemana, empobrecida, se vio tentada por las promesas de partidos extremistas como el partido nazi.
La Primera Guerra Mundial también tuvo consecuencias devastadoras para Rusia. La participación de Rusia en la guerra, con una economía poco preparada, agravó sus problemas internos. El Tratado de Brest-Litovsk (1918), que sacó a Rusia de la guerra a cambio de pérdidas territoriales, fue un duro golpe para el régimen zarista.
En este contexto de crisis, los bolcheviques, liderados por Lenin, tomaron el poder con la promesa de»la tierra para quien la trabaj». La Revolución Rusa transformó el país, aboliendo la propiedad privada y estableciendo un régimen comunista.
Ante la grave crisis económica, Lenin implementó la Nueva Política Económica (NEP) en 1921. La NEP permitió una economía mixta, con elementos capitalistas y socialistas. Se permitió a los campesinos vender sus excedentes en el mercado libre y se fomentó la inversión extranjera.
La NEP logró estabilizar la economía soviética y recuperar la producción agrícola. Sin embargo, tras la muerte de Lenin en 1924, Stalin implementó un nuevo modelo económico basado en la colectivización forzosa de la agricultura y la planificación centralizada.
Stalin se propuso convertir a la URSS en una potencia industrial a través de planes quinquenales. La colectivización forzosa de la agricultura, con la creación de granjas colectivizadas (kolkhozes), buscaba aumentar la producción agrícola y liberar mano de obra para la industria. Sin embargo, la colectivización se encontró con la resistencia de los campesinos (kulaks), lo que llevó a una brutal represión.
Los planes quinquenales establecían objetivos de producción para la industria. El Estado controlaba todos los aspectos de la economía, desde la producción hasta la distribución.
El crecimiento del PIB es de 5,5%. El crecimiento es de carácter extensivo ya que
aumenta el factor capital y el factor trabajo, utilizan mas factores. Aportación moderada
de la productividad total de los factores es escasa. Crecimiento uso de los factores
trabajo y capital, economías de escala. Se creció pero ese crecimiento tuvo un coste,
como la escasez de bienes de consumo, textiles, vivienda…
Aumento mucho en Rusia