Portada » Historia » La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930): Causas, Desarrollo y Fin
Se intentó la formación de gobiernos con la presencia de todos los partidos excepto la izquierda y los republicanos. El entendimiento fue imposible y se disolvieron, sucediéndose doce gabinetes.
Se debió a la tensa situación de la Primera Guerra Mundial, a la crisis económica debida al mercado europeo, la caída de los precios, el incremento del paro, la combatividad obrera estimulada por lo sucedido en Rusia y, por último, a las organizaciones obreras que desarrollaron un papel político decisivo. Crecieron el PSOE, la CNT y se creó el PCE a partir de una rama del PSOE. El número de huelgas aumentó. Hubo enfrentamientos armados entre partidarios de los partidos políticos. En Andalucía, durante el “Trienio Bolchevique”, la agitación social afectó a los jornaleros.
Tras el desastre de Annual se desató la indignación hacia los culpables por corrupción. El ejército se dividió en dos partes: los africanistas y los peninsulares. La investigación se recogió en el Informe Picasso. Los gobiernos, sin poder hacer frente a la situación, se veían amenazados por la posibilidad de un golpe de Estado.
Primo de Rivera decidió dar un golpe de Estado antes de que se celebrara la reunión de la Comisión de las Cortes. Declaró el estado de guerra y suspendió la Constitución de 1876. El rey nombró a Primo de Rivera presidente del Directorio Militar.
La dictadura tuvo buena acogida en la España rural de los caciques, pero no entre las clases medias y los intelectuales. El PSOE y la UGT colaboraron inicialmente con Primo de Rivera.
Un régimen duro que duró 7 años, presidido por dos gobiernos.
Estado de excepción. El primer año se presentó la organización política como un estado de excepción temporal. Primo de Rivera gobernó mediante decretos-ley. Declaró el estado de guerra, prohibió el uso de la lengua, la enseñanza y la prensa nacionalistas, disolvió las Cortes, etc.
Intentos de regeneración política: El objetivo de Primo de Rivera era centrarse en la persecución del caciquismo. Se creó la Unión Patriótica, formada por «gentes de ideas sanas» y «hombres de buena fe».
Fin de la Guerra de Marruecos: Abd-el-Krim decidió atacar la zona francesa, por lo que los franceses pidieron ayuda al gobierno español. Los españoles desembarcaron en la bahía de Alhucemas. El ejército español se hizo con el control del terreno y Abd-el-Krim se rindió a los franceses.
Para aprovechar el éxito de Marruecos y para conservar su mandato, Primo de Rivera restableció el Consejo de Ministros bajo su presidencia y convocó una Asamblea Nacional Consultiva, donde cada provincia enviaría a tres representantes: uno de los municipios, otro de la provincia y el último de la Unión Patriótica provincial.
Intervención del Estado en la vida económica: El Estado prestó ayuda financiera a empresas, compañías de ferrocarril y navieras. Se mejoró la electrificación, se crearon dobles vías de ferrocarril, se concedieron monopolios, se desarrollaron proyectos hidráulicos y se mejoró y amplió la red de carreteras. Se construyeron escuelas. Los incrementos más significativos se dieron en hulla, cemento, electricidad, industrias química y siderometalúrgicas; en la industria textil fue menor. Se consolidó la banca oficial, como el Banco de Crédito Local y el de Crédito Industrial, así como las Cajas de Ahorro.
Intervención en las relaciones sociales: Creación de la Organización Corporativa Nacional, que articulaba las relaciones laborales. Su misión era la reglamentación de los salarios y las condiciones de trabajo, así como la mediación en los conflictos laborales.
Fracaso de la institucionalización del régimen: La Unión Patriótica fue un fracaso y el proyecto de constitución elaborado por la Asamblea no agradó a nadie.
La oposición a la dictadura: Colaboración entre políticos y militares. La oposición del ejército se debió a las reformas militares que favorecían a los militares africanistas frente a los peninsulares respecto a los ascensos por méritos de guerra. Los sectores del catalanismo radical tenían como objetivo proclamar la república catalana. También hubo oposición de los intelectuales y universitarios. Miguel de Unamuno fue desterrado. En la etapa final de la dictadura, la protesta de los intelectuales, junto con la de los estudiantes, alcanzó una mayor relevancia, sobre todo en Madrid y Cataluña, haciendo que se cerraran las universidades y se produjera una pérdida de matrícula por parte de los alumnos.
Crisis económica y conflictividad social: La economía comenzó a resentirse, con la caída del cambio de la peseta, el aumento de la deuda pública, la reaparición del paro y las huelgas.
Crisis final: Cuando Sánchez Guerra, con la colaboración de militares, intentó derrocar el régimen, fracasó. Primo de Rivera pidió ayuda del ejército, pero al ver que ya no había confianza, presentó su dimisión.
El error de Berenguer: Para salvar la monarquía, Alfonso XIII designó al general Berenguer como presidente del Consejo de Ministros, creyendo que se podría volver a la normalidad constitucional anterior al golpe de Estado. Sin embargo, los españoles ya no querían la monarquía, sino la república.
El Pacto de San Sebastián: Con la conjunción de republicanos, socialistas y nacionalistas catalanes, nació el Comité Revolucionario, cuyo objetivo era proclamar la república y elaborar un estatuto de autonomía para Cataluña. Se intentó proclamar la república en Jaca, pero los líderes fueron fusilados. El segundo intento se llevó a cabo en el Aeródromo de Cuatro Vientos de Madrid.
Elecciones del 12 de abril: Se votaba a favor o en contra de la monarquía, pero ya casi todo el país se inclinaba del lado de la república. 41 de 50 capitales de provincia se inclinaron por la república, por lo que las calles de ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia y Oviedo se habían inundado de republicanos. El rey, a última hora, abandonó Madrid con dirección al exilio.
dirección al exilio.