Portada » Historia » La crítica de Bernstein al marxismo y su propuesta de socialdemocracia
Para Bernstein, la socialdemocracia era una fuerza legal y reformista con una teoría revolucionaria que no se correspondía con lo que realmente hacía el partido, por lo que lo que había que hacer era combinar lo que se decía y hacía. En el plano filosófico, defiende la vuelta a Kant y polemiza con Hegel y la dialéctica como componente de la doctrina marxista, que es fuente de todo tipo de complicaciones y de radicalismo, vamos, de errores empíricos y posiciones políticas radicales. Dice que el materialismo histórico de Marx, el hecho de que había desentrañado la esencia de la historia humana, era una especie de calvinismo sin dios. ¿Qué se puede deducir del materialismo histórico de Marx? Pensando en Hume y la falacia naturalista, y que no se puede deducir el deber ser del ser o el qué hacer de lo que hay, si la historia según Marx pasa por unas etapas inevitablemente, llega a un punto y se crean bases del socialismo y como gallos le hunden y viene el socialismo, pues me cruzo de brazos, pero paradójicamente los marxistas son muy activistas, así que la historia necesitaba que empujasen, para llevar a cabo lo que había que hacer. Entonces, esto es una falacia para Bernstein porque no se puede predicar la revolución de la dictadura del proletariado sobre la base de que la marcha del socialismo es inevitable, así que si hay que moverse tiene que ser por afán de justicia. No cree que la filosofía de la historia idealista de Hegel sea más verdadera que la materialista de Marx, porque para él la economía solo es un factor. Considera que el socialismo necesita un discurso moral expreso, una justificación del socialismo como deber ser, y deber venir.
1. Le parecía que la sociedad no se estaba polarizando entre una minoría de grandes capitalistas propietarios de estructuras económicas, y una masa de asalariados, esto era una idea falsa, porque la pequeña y mediana propiedad agrícola resistía perfectamente.
2. Veía que la crisis de las clases medias urbanas era una cuestión muy compleja, así que deducir del desarrollo de grandes empresas que la pequeña y mediana empresa y la pequeña y mediana burguesía empresarial iban a perecer en la ciudad y en el campo no era una deducción lógica. Kautsky, otro marxista, hablaba de una marcha democrática al socialismo porque la clase trabajadora se iba a convertir en la mayoría social, pero Bernstein dice que los trabajadores industriales no iban a pasar de un 25% de la población activa y eso no es mayoría social, así que la vía democrática sin apoyo de los trabajadores no iba a llegar a hacerse con el poder. Bernstein decía que había que traer a otros sectores sociales pero que con un discurso de socialización estricta no se conseguiría. Bernstein se acerca a «cómo se convertían los valores en precios» porque Marx en un volumen habla de valor trabajo pero en el tercero «precio de coste», así que introduce factores que no son solo los del trabajo. Hay una contradicción importante, una de las paradojas es que cuanto más mano de obra y más gasta el patrón en contratar y pagar salarios, más plusvalía y más valor tiene la mercancía, por lo que cuanto más invierte en máquinas y menos en salarios, menos plusvalía. Pero otra de las cosas con las que se encontró Marx es que los beneficios de las empresas tienden a igualarse. Esto determina que el valor trabajo no determina el valor de las mercancías y no es verdad que cuantas más máquinas hubiese funcionando, más disminuyera la ganancia capitalista. Bernstein es un jardín peligroso porque la teoría económica de Marx no estaba dispuesta a someterse a contrastación empírica.
Lo que ocurre cuando se analiza empíricamente las cosas es que el trabajo era un factor más de la producción capitalista, y no se podía confundir que quisieran trabajar las menos horas posibles con que hubiese un antagonismo en torno al cual los trabajadores fueran a quitar a los empresarios convirtiéndose en gestores de una economía socialista. Como prueba de esto, encontramos lo que dijo Lenin: «los trabajadores no son revolucionarios, son tradeunionistas, la ideología le tiene que venir al trabajador desde fuera a través del partido revolucionario profesional, y si no hay esa inoculación ideológica desde fuera, los obreros se quedan en el reformismo». Bernstein habla de cómo se forman los precios, sin decir si los errores de Marx derivaban de esa esencia en contraposición esencial entre obreros y empresarios. Entonces, lo que dominaba en la economía era «la teoría de los precios como valoración subjetiva de las cosas», entonces si vemos la formación de precios de esta manera, lo que ocurre es que la relación de la teoría económica de Marx ligada a la lucha de clases desaparece y todos los consumidores en un momento determinado y todos tenemos nuestro coste de oportunidad. Bernstein consideró que la teoría del valor, basada en la contraposición obreros-empresarios, solo era un enfoque social de la economía capitalista. Bernstein se dio cuenta de que si quitas al mercado como elemento de regulación, ¿cómo iba a manejar el estado tantas empresas y dar instrucciones burocráticamente a las empresas para que adopten sus decisiones una vez expropiadas? Entonces llamó la atención y dijo que no es lo mismo nacionalizar unas empresas que miles. Contradicción radical entre la tradición revolucionaria radical de la dictadura revolucionaria y el crecimiento progresivo de la socialdemocracia, así que hace una llamada de atención sobre lo que de verdad son los trabajadores, y es que se le abren dos caminos, participación en el gobierno del país en coalición con otras fuerzas de izquierda o la progresiva cualificación para ocuparse de ciertos sectores económicos a través del cooperativismo. Según Einstein, «el objetivo final no es nada, el movimiento lo es todo» = socialdemocracia dejar de pensar en un momento culminante y concentrarse en avanzar progresivamente y la principal plataforma del desarrollo de los trabajadores es la democracia, porque intentar enfrentar obreros con democracia es un fracaso. Se convierte en el defensor de políticas de democratización activa de alianzas con otras fuerzas políticas y sociales. En Alemania, parlamento nacional pero gobierno no parlamentario, al canciller lo nombraba el emperador y solo respondía ante este.