Portada » Física » «La creación del hombre» «Fresco de la Capilla Sixtina» (Miguel Angel) 1510
14. CAPILLA SIXTINA. BÓVEDA Y FRONTAL. MIGUEL ÁNGEL
INTRODUCCIÓN: El Renacimiento constituye una etapa de esplendor artístico que se inicia en las ciudades italianas a comienzos del s. XV y que supone retomar los principios de la antigüedad clásica. En este periodo histórico se producirán acontecimientos tan importantes como a reforma y la contrarreforma, el descubrimiento de América y el afianzamiento de las monarquías europeas.
La Capilla Sixtina estaba destinada a albergar la reunión del conclave. La decoración corrió a cargo de diferentes pintores del Quattrocento (Brunelleschi) que en las paredes representaron escenas de la vida de Moisés y escenas de la vida de Cristo, así como imágenes de los primeros papas. En la bóveda estaba pintado el cielo en azul oscuro con estrellas doradas hasta que Migeul Ángel, siguiendo las órdenes de Julio II, volvió a pintarlo
Pasando al análisis formal e iconográfico, esta obra está pintada l fresco, técnica de la que Miguel Ángel no tenía mucha experiencia.
En su composición Miguel Ángel simula diez arcos fajones con la intención de dividir la gran bóveda de cañón en nueve tramos a la vez que dos falsas cornisas parten los tramos en tres registros. En ellos se desarrolla la siguiente iconografía:
1. Historias del Génesis: son nueve escenas que van desde la creación hasta el renacer de la humanidad tras el diluvio universal. Esta iconografía contó con el asesoramiento de la corte papal. Se sitúan en los nueve rectángulos centrales de dos tamaños diferentes que hay en la bóveda. Son:
1 La separación de la luz y las tinieblas 2 La creación de los astros 3 La separación de tierras y aguas 4 La creación de Adán 5 La creación de Eva 6 El pecado original y la expulsión del Paraíso 7 El sacrificio de Noé 8 El diluvio universal 9 La embriaguez de Noé
2. Ignudis: en las esquinas de los recuadres menores están sentados un total de 20 adolescentes desnudos, sin justificación narrativa, que sostienen medallones de bronce con escenas del Antiguo Testamento
3.Antepasados de Jesús, según el Evangelio de S.Mateo en los tímpanos triangulares
4. Profetas y Sibilas que anticipan la venida de Cristo. Son figuras de gran tamaño situados en tímpanos triangulares
5. Escenas bíblicas de la lucha de Israel por la libertad en las pechinas de la bóveda
Una de las más célebres escenas es La creación de Adán, en la que logra captar la intensidad del instante en que dios va a insuflar la vida a un Adán anhelante. La composición en elipse lleva nuestra mirada hasta el gesto de los dedos, que no llegan tocarse y que se convierte en el punto focal de la bóveda.
La pintura de Miguel Ángel refleja su temperamento escultórico en la creación de figuras enormes, vigorosas, en tensión con el espacio y en una extraordinaria variedad de posturas y actitudes. Combina espacios llenos de figuras con grandes vacíos. Los cuerpos revelan un perfecto conocimiento de la anatomía humana, especialmente los ignudi. En su pintura tiene gran importancia el dibujo, sus figuras están bien torneadas y utiliza colores vivos y luminosos de gran intensidad (violetas, verdes vibrantes, naranjas intensos, azules eléctricos…)
Conclusión: El arte renacentista recupera el espacio unitario y con luz diáfana, la morfología clásica y la vuelta a la medida y la proporción.las pinturas de la Sixtina representan a la perfección las características pictóricas de Miguel Ángel: pasión por el dibujo, importante conocimiento de la anatomía humana y colores brillantes. Se completará con el Juicio final que inmerso ya en el manierismo será un reflejo de la profunda crisis espiritual que vive Miguel Ángel.
15. EL JUICIO FINAL. CAPILLA SIXTINA. SAN PEDRO DEL VATICANO. ROMA
INTRODUCCIÓN
La última etapa en la decoración de la Capilla Sixtina es la ejecución del Juicio Final, llevada a cabo en su etapa final estable en Roma, ya con 60 años, cuando atravesaba una profunda crisis espiritual y religiosa que se demuestra en un espíritu en un espíritu anticlásico a favor de la expresividad de los condenados.
Pasando al análisis formal e iconográfico, el tema es la Segunda Venida de Cristo y el Juicio Universal, con al resurrección de los muertos, según el relato del Apocalipsis de San Juan. Miguel Ángel lo representa en una inmensa escena única, sin división alguna del espacio pictórico, situando las figuras en cuatro franjas horizontales a las que da distinta escala para que la zona de los justos parezca mayor desde abajo. Es el drama de la humanidad cuando se aleja de dios y se enfrenta al Juicio Final.
En la parte superior, en ambos lunetos, se encuentran los ángeles con los instrumentos de la pasión. En el centro de la composición, en la parte alta, Cristo está representado como Juez con la mano derecha levantada en un gesto de condena a los pecadores. Es un Cristo imberbe que somete todo a una especie de torbellino centrípeto, a la izquierda una ascensión duramente ganada, a la derecha la caída destructora. A su lado se encuentra la virgen cuyas menores proporcionan acentúan la poderosa figura de Cristo. A sus pies y ocupando un lugar privilegiado hay dos santos: San Bartolomé aguantando su piel (en ella aparece la imagen de un rostro deformado en el que la tradición ha creído ver el autorretrato del artista) y San Lorenzo con la parrilla.
En la parte inferior y sobre un grupo de nubes los ángeles del Juicio Final tocan las trompetas y llevan en un pequeño libro el nombre de los salvados y en otro mucho más voluminoso el de los condenados. Una serie de mártires, con los atributos de su martirio, está alrededor de Cristo en un torbellino.
En la parte más próxima a la base de la escena, a la izquierda se representa la resurrección de los muertos con los esqueletos saliendo de sus tumbas. Sobre ellos una multitud de bienaventurados ascienden con dificultad y esfuerzo. Más arriba y sobre unas nubes a la altura de Cristo, los bienaventurados que ya han alcanzado su destino. A la derecha los condenados se despeñan arrastrados por demonios que aceleran su caída hacia el abismo. Caronte lleva a los condenados en su barca.
La pintura de Miguel Ángel refleja su temperamento escultórico en la creación de figuras enormes, vigorosas, en tensión con el espacio y en una extraordinaria variedad de posturas y actitudes. Combina espacios llenos de figuras con grandes vacíos. Los cuerpos revelan un perfecto conocimiento de la anatomía humana, especialmente los ignudi. En su pintura tiene gran importancia el dibujo, sus figuras están bien torneadas y utiliza colores vivos y luminosos de gran intensidad.
Conclusión: este frontal encaja con la profunda crisis espiritual del artista después del fracaso de la ideología humanista, del saqueo de Roma y de la destrucción del mito de la inmunidad de la Ciudad Santa. La desnudez de las figuras no gustó a la iglesia de su tiempo y una década después se pidió al pintor Daniele de Volterra que cubriese esa desnudez por o que se le dio el apodo de Il Braghettone. En la última restauración se ha decidido dejar la obra tal y se ha visto desde entonces.