Portada » Filosofía » La coherencia entre los principios del conocimiento, los instrumentos del conocimiento y el resultado de conocimiento del proceso de conocimiento
Platón constituye una de las muestras más evidentes de la posibilidad de explicar y enseñar filosofía de una manera atractiva.
Para transmitir alguna de sus teorías más complejas, que en ocasiones pueden resultar demasiado abstractas y difíciles, a menudo recurría a la metáfora, el símil omito. El conocido Mito de la caverna, descrito en el libro séptimo de «La República». Es, quizá, el relato más expresivo de toda la historia del pensamiento occidental: es una «alegoría» de la Teoría de las Ideas y, también, un retrato «antropológico» de la conflictiva situación humana. El mito nos plantea cuatro escenarios posibles respecto al conocimiento:
Desde los «sentidos» comienza un proceso de «ascenso» («regreso») a las «Ideas»; será tarea del filósofo el realizar el «camino de vuelta» («progreso»)e ilustrar a los demás tras haber «contemplado las Ideas».
Para Platón, conocimiento es acercamiento a la verdad superando ignorancia y engaño. la verdad se encuentra en el mundo ideal, en el mundo inteligible, en el «mundo de las Ideas». Por eso, el conocimiento se entiende como un proceso de acercamiento progresivo a las Ideas que nos llevaría finalmente a la contemplación de las mismas. diferentes grados de conocimiento que les corresponden: la opinión doxa y la ciencia episteme.
La opinión o doxa es el conocimiento propio del mundo de las cosas cambiantes, del mundo sensible de objetos, y por este motivo se basa en la sensibilidad y en la experiencia y, según Platón, no constituye un auténtico conocimiento, solo una creencia no justificad.
La ciencia o episteme es el auténtico saber porque es el conocimiento racional del mundo real o inteligible.
Mediante contrastación y argumentación de opiniones diversas, Platón transmite su propia concepción del mundo. Existen cuatro etapas:
pequeños cuadros en los que se reproduce con bastante fidelidad las enseñanzas propias de Sócrates y donde Platón pone muy poco de su parte.
Revelan que Platón comienza a elaborar sus propias doctrinas. Sócrates sigue siendo el personaje principal, pero su figura se va desdibujando poco a poco. Predominan problemas políticos y aparecen los primeros esbozos de la «Teoría de las Ideas»
Aunque el objetivo de Platón es fundamentalmente práctico, requiere un análisis de cuestiones previas para darse un fundamento teórico. La búsqueda de la organización justa e ideal de la vida social y política exige establecer cómo es la realidad y cómo el ser humano accede a ella por medio del conocimiento. Para alcanzar su objetivo de recoger la reflexión sobre la naturaleza y ser humano. La teoría de las ideas reúne la concepción de Parménides. “la realidad” es auténtica e inmutable, y la afirmación de Heráclito “fluir” de las cosas. Recupera el optimismo socrático. Como trasfondo están las certezas matemáticas de los pitagóricos.
Un mundo como el descrito por Heráclito: cosas que cambian y fluyen constantemente, pero no perduran.
– No son objetos que puedan versea simple vista, solo la inteligencia humana las puede ver,
– No existen «en las cosas» sino que existen separadas de las cosas.
– Las cosas se van a relacionar con las Ideas mediante participación o mediante imitación.
– Estas Ideas están de alguna manera siempre «presentes» en las cosas. Representan por tanto la «esencia» de las cosas mismas, lo que las cosas son «en sí mismas»
– .La Ideas tienen un carácter normativo
– .La Ideas están jerarquizadas y están ordenadas
– La Ideas platónicas constituyen la «verdadera y auténtica realidad», son lo único que es real puesto que las cosas o mundo físico en general no son mas que «apariencias» de la realidad.
Concibe al hombre como una especie de unidad formada por un alma y un cuerpo. Es lo que se conoce como dualismo platónico. La concepción platónica del alma como «sustancia» radicalmente distinta del cuerpo se halla muy estrechamente relacionada con su «Teoría de las Ideas», pues esa teoría viene a introducir un dualismo «ontológico», profunda separación radical dentro de la realidad entre el ámbito de las Ideas, y que va aparejado con un dualismo «epistemológico». Con estos dos dualismos previos se corresponde el llamado dualismo «antropológico»
– El alma es afín a las Ideas y, como ellas, es algo inmaterial y, por naturaleza, inmortal.
– La uníón del alma con el cuerpo no es un estado esencial del alma, es un estado transitorio, accidental.
– Mientras el alma permanece unida al cuerpo, su tarea fundamental va a ser el «purificarse», prepararse para la contemplación de las Ideas, objetivo básico. El concepto de purificación supone que el alma se encuentra en un estado de impureza mientras está en el cuerpo
– El dualismo radical no reconoce al alma más función específica que el conocimiento racional. Las pasiones, los placeres, los deseos, y en general todas aquellas tendencias perturbadoras y conflictivas para el ser humano, serán atribuidas a este último, al cuerpo.
Tres partes del alma:
– La razón(«alma racional»): está situada en el «cerebro» y a ella le corresponde el pensar, el calcular, el prever, el someter a examen los innumerables caprichos propios del «deseo»; este alma racional es «inmortal», y su destino último será la contemplación de las Ideas.
– El ánimo(«alma irascible»): está situado en el «tórax» y es inseparable del cuerpo y, por tanto, es «mortal»; es el origen de las «pasiones nobles»: el valor, el coraje, la ambición…
– El apetito(«alma concupiscible»): está situado en el «abdomen», también es «mortal» y constituye el origen de las llamadas «pasiones innobles»
El ser humano se encuentra entre El Mundo “de abajo” y El Mundo “de arriba”, ya que su cuerpo pertenece al mundo sensible, y su alma pertenece al mundo inteligible.
Tiene por vocación conocer el verdadero mundo real. La felicidad humana consiste en vivir conforme a lo real, a lo perfecto, a lo racional. Para conseguirlo el alma humana aspira a lo inteligible, el cuerpo se siente atraído por lo sensible y no puede por sí mismo ascender hacia las ideas. Resulta muy costoso dudar de las seguridades que nos proporcionan nuestros sentidos, creencias, prejuicios…
Platón con menta que la plena realización de este destino, que exige la liberación de los prejuicios, no puede cumplirse hasta que se produzca la separación definitiva entre el alma y el cuerpo. Platón llegará a definir la filosofía como el arte de saber morir.
Platón llama dialéctica a un recorrido por las diferentes fases del conocimiento que nos van situando ante los diferentes grados de perfección de lo que existe. Al final del camino encontraremos la verdadera realidad la idea de bien que ilumina todo conocimiento intelectual.
Resumiendo, la condición humana aspira en todo momento a lo inteligible y a lo perfecto. Pero el hombre tiene diferentes pasiones ya que es atraído por el conocimiento pero también por el placer, poder, comodidad o miedo, que le hacen aferrarse a la ignorancia.
el ser humano tiene que armonizar todas las pulsiones desde la razón y para ello necesita de una adecuada y esmerada educación cuya finalidad es facilitar el proceso de realización de la virtud según la propia naturaleza humana. Corresponderá a los filósofos guiar al alma y a la ciudad hacia la armónía cuyo resultado será la justicia