Portada » Psicología y Sociología » La coherencia entre los principios del conocimiento, los instrumentos del conocimiento y el resultado de conocimiento del proceso de conocimiento
A este mundo venimos a aprender, gran parte de nuestro comportamiento es aprendido. Un aprendiz es un ser abierto en interacción con su ambiente; de él obtiene conocimientos que integra en su esquema mental para utilizarlos después. No es un simple autómata, porque en el proceso de aprendizaje transforma los datos y los reordena; su visión del mundo no deja de enriquecer al adquirir nuevas ideas o habilidades.
Enseñar y aprender son dos caras de la misma moneda. El auténtico maestro es también un aprendiz y es transformado por la relación. Recordad el ejemplo de Sócrates. Aprender es una constante en nuestras vidas. Vivimos en la sociedad de aprendizaje permanente, que se caracteriza por la necesidad de «aprender a aprender» y a adquirir nuevas capacidades y competencias. El aprendizaje es una actividad personal. El riesgo y la aventura de aprender aportan sus propias recompensas: la alegría de atravesar los límites, el alivio al resolver un conflicto interpersonal o solucionar un problema matemático. La otra cara de la moneda es que a veces los procesos de cambio producen malestar, resistencia, ansiedad o miedo. Pero no podemos renunciar a ser responsables de nuestro viaje por la vida. El aprendizaje consiste en un cambio en la conducta, pero no implica la realización de la misma, pues es necesario distinguir entre el aprendizaje (proceso interior) y la ejecución de lo aprendido, que puede observarse y medirse. Los cambios que produce el aprendizaje no son siempre permanentes.
Solemos asociar el aprendizaje con la adquisición de una conducta nueva (aprender a tocar el violín), pero también supone una disminución o pérdida de la conducta, como no hacer ruido cuando visitamos un museo. Conviene no olvidar que los cambios de conducta pueden deberse a otros procesos distintos del aprendizaje, como la fatiga, la maduración o el estado fisiológico del organismo. También hay que tener presente que las distintas escuelas de psicología han definido el aprendizaje de forma distinta. Para los conductistas el aprendizaje es un cambio de conducta causado por los sucesos del ambiente, y para los cognitivistas se trata de un cambio en los procesos mentales y el conocimiento.
La capacidad para aprender de la experiencia y de responder a las diversas situaciones ambientales está programada en la estructura genética de las especies. Tanto los animales como los seres humanos poseen comportamientos innatos que incrementan su adaptación al ambiente. Habitualmente, los comportamientos innatos comprenden los reflejos y las pautas fijas de acción (instintos).
La conducta refleja forma parte de la programación genética de una especie determinada. Un reflejo consiste en una respuesta innata, automática e involuntaria que se produce como reacción a estímulos específicos; por ejemplo, la irritación de las vías respiratorias produce estornudos. La respuesta es generalmente de tipo motor y se manifiesta en un movimiento reflejo de un músculo o un miembro del cuerpo.
La estructura fisiológica del arco reflejo (conexión nerviosa que relaciona una unidad receptora y otra efectora) está compuesta por los siguientes elementos:
Su función es captar los estímulos ambientales. –
Esta neurona conduce los impulsos nerviosos hasta los centros situados en la médula espinal o el cerebro.-
Transporta los impulsos desde el centro nervioso al órgano encargado de la respuesta.
Es el músculo o glándula que ejecuta la respuesta. Por ejemplo, un rayo de luz (estímulo incondicionado) provoca la contracción de la pupila, que es un comportamiento reflejo. Este reflejo innato, determinado por la herencia biológica, es inherente a la especie, ayuda a la supervivencia individual y se produce sin necesidad de que el individuo experimente un proceso de aprendizaje. Los reflejos son muy necesarios en la conducta de los bebés, cuya vida depende de las reacciones innatas a los estímulos, porque no han aprendido a responder a los estímulos ambientales. Uno de los más importantes es el reflejo de succión del pecho materno.
Todos nos hemos asombrado en alguna ocasión de la eficacia con la que muchos pájaros construyen sus nidos o por cómo las abejas fabrican sus panales. Ya vimos en el tema 2 que la etología denomina pautas fijas de acción a estas complejas acciones vitales, que aparecieron en el curso de la filogenia, durante la formación o génesis de las especies. Vimos también las carácterísticas de estas conductas: -Son pautas específicas de la especie.-Siguen unos patrones estereotipados.-Son patrones innatos (no adquiridos por la experiencia)
-Son patrones de carácter consumatorio (una vez iniciados, siempre terminan)-Se trata de pautas resistentes al cambio-Se desencadenan por un estímulo específico. Aunque los reflejos incondicionados pueden servir de base para aprender nuevos reflejos aprendidos, como demostró I. Pávlov, las pautas fijas de acción no pueden ser condicionadas. Muchos psicólogos consideran que los humanos no poseen pautas fijas de acción o instintos, sino que nacen con un cierto número de reflejos, un programa madurativo y una gran capacidad de aprendizaje. No obstante, existe un amplio campo de discusión sobre la extensión de lo innato a las diferentes parcelas de la vida humana. Autores como Freud y los etólogos Lorenz y Tinbergen hablan de un instinto de agresión, con un evidente valor supervivencial, mientras que otros como Adler o Fromm prefieren poner el acento en un instinto de fraternidad o sociabilidad. En cambio, es fácil reconocer que las putas de conducta alimenticia, sexual, etc., aun partiendo de una base biológica evidente, son culturalmente moldeables. Desde un punto de vista evolutivo, la distinción innato-adquirido se vuelve más relativa: lo que es innato para el individuo puede ser adquirido para la especie, ya que sus ancestros tuvieron que modificar sus hábitos en el pasado para que aumentaran sus probabilidades de sobrevivir en la lucha por la existencia. Todos los animales y los seres humanos están «bombardeados» por muchos estímulos y reaccionan a los eventos que tienen lugar en su entorno. Realizan conductas no asociativas, como la habituación y la sensibilización, que están vinculadas a la supervivencia y están presentes en todas las especies.Recordarás del tema 2 que la habituación significa que nos acostumbramos a algo por la presencia repetida de un estímulo. La sensibilización en cambio es un aumento en la reacción ante los acontecimientos ambientales.La habituación y la sensibilización ayudan a organizar y dirigir la conducta para que resulte eficaz en ese océano de estímulos que es la vida, pues permiten reducir la reacción ante aquellos estímulos que son irrelevantes. No se trata sin embargo de conductas innatas ni aprendizajes asociativos (como la impronta de Lorenz), sino que son fruto de la experiencia del individuo en su entorno.
En la vida se presentan muchas ocasiones en las que un organismo no tiene ningún control sobre los estímulos o acontecimientos con los que se enfrenta (desastres naturales, atentados terroristas). La habituación, la sensibilización y el condicionamiento clásico son mecanismos mediante los cuales los estímulos ponen en funcionamiento las respuestas. A través de la habituación y la sensibilización, los organismos no aprenden nuevas respuestas a los estímulos. En cambio, en el condicionamiento clásico se produce un aprendizaje de las relaciones entre estímulos. Permite a los animales y a los seres humanos asociar un estímulo y una respuesta que no se encuentran relacionados de modo natural. Gran parte de la conducta humana se adquiere a través de este aprendizaje, aunque el sujeto no tenga la intención deliberada de cambiar su conducta (aquellos acontecimientos que se producen juntos o de forma secuencial quedan asociados en nuestra mente).El condicionamiento clásico es bien conocido por los experimentos con perros realizados por el fisiólogo ruso Iván Pávlov. En sus famosas investigaciones de las relaciones entre estímulos y reacciones glandulares, de tipo reflejo, que se producen en el proceso de la digestión, comprobó que los animales segregaban abundante saliva solo con la percepción visual del alimento. Pávlov comprobó que los perros no solo respondían en función de una necesidad biológica (hambre), sino también como resultado de un aprendizaje (o condicionamiento).Para verificar esta hipótesis ideó un experimento: antes de presentar la comida a los perros hacía sonar una campana. Al principio, los perros solo segregaban juegos gástricos al ver la comida. Al repetirse de forma constante la secuencia «sonido de la campana-presentación de la comida», los perros comenzaron a segregar jugos gástricos al oír la campana antes de ver la comida. Pávlov demostró que no todos los reflejos son innatos, sino que mediante los mecanismos de asociación se pueden establecer nuevos reflejos a los estímulos. La asociación entre el sonido de la campana y la salivación se denomina condicionamiento clásico.
La comida es un estímulo incondicionado (EI) porque provocaba salivación sin un entrenamiento previo. El sonido de la campana al comienzo es un estímulo neutro (EN) porque antes del condicionamiento no provoca salivación, pero una vez que lo asociamos con la comida (EI) se convierte en un estímulo condicionado (EC). Para Pávlov, la salivación producida por la comida es la respuesta incondicionada (RI), y la producida por un sonido o una luz, la respuesta condicionada (RC). Es decir, aquellos estímulos y respuestas cuyas propiedades no dependen de un entrenamiento previo se los llamó «incondicionados», y a los que sí dependen de ese entrenamiento o asociación, «estímulos o respuestas incondicionados».Encontramos varios factores que intervienen en el condicionamiento clásico, como la novedad (los estímulos novedosos provocan reacciones más intensas que aquellos que nos son familiares), la intensidad (cuando más intenso sea un estímulo, mayor será el condicionamiento), y la relevancia (se aprende mejor la asociación entre EC y EI cuando son relevantes entre sí).Pávlov también estudió la manera de eliminar la conducta aprendida. Para ello intentó suprimir la relación entre estímulo y respuesta condicionados. Así, tras sucesivos sonidos de la campanilla sin que simultáneamente se le presentase la comida, el perro dejó de salivar ante el sonido. A este proceso lo llamó extinción del condicionamiento.El perro puede aprender a salivar no solo ante el sonido de la campanilla, sino ante otros estímulos similares: un timbre, una música, etc. Se habla entonces de generalización del estímulo. También puede darse el proceso contrario: el perro reacciona cuando la campanilla suena tres veces, pero no cuando suena dos o cuatro. En este caso estamos ante una discriminación del estímulo.
A diferencia del condicionamiento clásico, en esta otra clase de condicionamiento (llamado operante, instrumental o aprendizaje por ensayo y error) se trata de conductas activas: el sujeto no se limita a reaccionar, sino que, para aprender, debe actuar o utilizar su conducta instrumentalmente, es decir, como un medio para alcanzar los fines propuestos. El condicionamiento operante ocurre cuando limpiamos nuestra habitación para recibir el elogio de nuestros padres o estudiamos para obtener mejores notas.
Aunque el representante más famoso y polémico de esta forma de aprendizaje fue Skinner, los experimentos sobre aprendizaje por ensayo y error se iniciaron con el psicológo norteamericano Edward Thorndike, a principios del Siglo XX. La situación experimental era siempre parecida: un animal hambriento (por ejemplo, un gato) era colocado dentro de una jaula, con el alimento a la vista pero no a su alcance. En esa situación, el animal debía aprender a abrir la puerta de la jaula con acciones simples, como empujar una palanca, tirar de un cordel, etc. El animal, excitado y hambriento, efectuaba una serie de movimientos al azar (ensayos) hasta que, por casualidad, daba con la conducta que le permitía salir. Si se repite la misma situación experimental con el mismo animal, este tardará menos en dar con la respuesta adecuada, y así sucesivamente hasta que finalmente prescinda de ensayos: la conducta ya ha sido aprendida. Thorndike establecíó la ley del efecto que se enuncia así: «Cualquier conducta que en una situación produce un resultado satisfactorio, se hará mas probable en el futuro».Skinner perfecciónó los experimentos de Thorndike inventado las conocidas como cajas de Skinner: cámaras diseñadas específicamente para la investigación con animales, que incluyen palancas, trampillas, mecanismos eléctricos, luces, etc. Se introduce a un animal (rata, paloma, gato…) para observar su comportamiento y condicionar algunas de las respuestas. Al principio, el animal actúa al azar; toca indistintamente todos los mecanismos sin ninguna estrategia definida. Sin embargo, cuando presiona determinada palanca se abre una trampilla que contiene una porción de comida. Según aumentan los ensayos, el animal disminuye el número de tentativas al azar hasta que, finalmente, aprende a presionar la palanca adecuada cada vez que tiene hambre, prescindiendo de todas las demás. En su obra La conducta de los organismos (1938), Skinner defiende que la tarea del conductismo consiste en identificar y aislar los factores ambientales que influyen en la conducta. Si la conducta está deformada por las consecuencias, hay que administrar recompensas para promover conductas deseables. De esta forma, Skinner y otros psicólogos experimentales utilizan premios (refuerzos) y castigos. Recordemos que un refuerzo es cualquier estímulo que aumente la probabilidad de que cierta conducta vuelva a ser ejecutada, mientras que un castigo es un estímulo que disminuye esa posibilidad.
En general, se distinguen dos grandes tipos de refuerzos: -Positivos. Se otorga una recompensa o gratificación cuando el sujeto ha llevado a cabo la conducta deseada (por ejemplo, la comida que se da a un animal por empujar la palanca adecuada). Es el mecanismo más efectivo para que los animales y los seres humanos aprendan, y su efectividad depende de variables como la cantidad de recompensa, la proximidad temporal entre el refuerzo y la conducta o el nivel de motivación.-Negativos. Como resultado de la conducta se suprime algo desagradable o doloroso para el organismo (por ejemplo, en un laberinto con el suelo electrificado, se suprime, por ejemplo, la corriente cada vez que la rata recorre el camino correcto).Gualmente, se distinguen dos grandes tipos de castigos:-Positivos (estímulos aversivos). Una conducta es acompañada de estímulos dolorosos para el sujeto (por ejemplo, administramos un pequeña corriente a la rata que empuja una palanca equivocada).-Negativos. Como resultado de la conducta, el organismo pierde una situación agradable (por ejemplo, un padre castiga a su hijo dejándolo sin salir el fin de semana).Existen varios factores que influyen en la aplicación del castigo, como la intensidad, la inmediatez o la constancia. El castigo hace que desaparezca temporalmente la conducta, pero puede aparecer posteriormente. Las consecuencias negativas que genera (frustración, agresividad, etc.) pueden hacer que se detenga el proceso de aprendizaje. Por eso es necesario reforzar conductas alternativas a la castigada.Además del concepto de refuerzo, es importante entender también en este tipo de aprendizaje la idea de señal o estímulo discriminatorio, que es aquel que el animal debe aprender a reconocer para saber cuándo debe emitir la respuesta operante: por ejemplo, se puede enseñar a presionar el botón con una figura dibujada o solo cuando hay una luz encendida, etc. Una vez asumida la idea básica del condicionamiento operante, se pueden diseñar las técnicas para que un organismo adquiera o abandone un tipo de conducta. A estas técnicas, cuya base es distribuir los refuerzos en el proceso de aprendizaje para conseguir los efectos deseados, se les da el nombre de programas de refuerzo. Existen dos tipos básicos de reforzamiento:-Reforzamiento continuo: cada respuesta da lugar a la aparición de un reforzador.-Reforzamiento intermitente: las respuestas solo se refuerzan algunas veces.
Hay cuatro programas básicos de reforzamiento. Dos programas se basan en las respuestas del sujeto (RF y RV) y los otros dos en el tiempo (IF e IV). En los primeros, la entrega del refuerzo se da después de un número determinado de respuestas; en los últimos, se entrega el refuerzo después de un determinado periodo de tiempo.-Razón fija (RF). Un refuerzo se obtiene después de un número fijo de respuestas. Con este programa la frecuencia de respuestas es muy alta y estable. Por ejemplo, una de cada cinco veces que la rata presione la palanca se le premia con la comida.-Razón variable (RV). Es semejante al programa de RF, excepto que el número de respuestas necesarias para obtener un reforzador varía aleatoriamente. La tasa de respuestas es alta, ya que responden con rapidez supone recibir el refuerzo antes. Por ejemplo, los jugadores de tragaperras no saben cuántas partidas necesitan para obtener la combinación ganadora.-Intervalo fijo (IF). El refuerzo se administra al aparecer la primera respuesta adecuada tras pasar un tiempo determinado (por ejemplo, media hora) desde el refuerzo anterior.-Intervalo variable (IV). El refuerzo se administra tras un periodo cuya duración varía; como cuando llevo el coche al taller, y el mecánico no sabe cuánto tiempo tardará en arreglarlo.Igual que los aprendizajes por condicionamiento clásico, en los que se realizan por ensayo y error, también encontramos los fenómenos de generalización y discriminación, en este caso tanto de estímulos como respuestas. Planteemos una situación imaginaria: tengo un perro al que he enseñado a avisarme con un ladrido cada vez que alguien abre la puerta de mi habitación. Veamos ejemplo de los cuadro fenómenos señalados:-Generación de estímulo: el perro también emite un ladrido cuando alguien abre la puerta principal de la casa.-Discriminación de estímulo: el perro no emite un ladrido si soy yo el que abre la puerta.-Generalización de respuesta: el perro emite un ladrido cada vez que busca llamar mi atención.-Discriminación de respuesta: el perro emite un ladrido si quien abre la puerta es un de mis padres y dos si es uno de mis hermanos.¿Qué ocurrirá si, haga lo que haga, el animal no recibe ningún refuerzo o no tiene forma de evitar un determinado castigo?. En este caso aparece el fenómeno conocido como indefensión aprendida: simplemente se deja de aprender y se adopta una actitud pasiva.Actividad. Investiga sobre el experimento realizado en 1967 por el psicólogo Martín Seligman con perros. ¿A qué conclusión llegas?
El psicólogo Albert Bandura considera que no todo el aprendizaje se debe a la experiencia directa; también aprendemos por observación o imitando la conducta de otros. Si todo el aprendizaje fuera resultado de las recompensas y castigos, nuestra capacidad de aprender sería muy restringida. A. Bandura, en su obra Teoría del aprendizaje social, expuso un modelo de determinación recíproca entre el ambiente, la conducta y los factores personales (cognitivos, emocionales).El aprendizaje observacional (por imitación) sucede cuando el sujeto observa la conducta de un modelo, aunque se puede aprender una conducta sin necesidad de que se lleve a cabo. Este aprendizaje consta de los siguientes procesos:-Atención. El sujeto observa un modelo y reconoce los rasgos carácterísticos de su conducta.-Retención. Las conductas del modelo se almacenan en la memoria del observador.-Ejecución. Si el sujeto considera que la conducta del modelo es apropiada y tienen consecuencias positivas para él, reproduce dicha conducta.-Consecuencias. Imitando el modelo, el individuo puede ser reforzado por la aprobación de otras personas.Este aprendizaje es más complejo que el condicionamiento clásico y operante, porque siempre implica algún tipo de actividad cognitiva, como la atención y la memoria. Mientras que en las sociedades tradicionales tenían más influencia los modelos cercanos y conocidos de nuestro entorno, actualmente los medios audiovisuales transmiten patrones de pensamiento, actitudes y nuevos comportamientos. Los modelos son más eficaces si las palabras y las acciones son consecuentes. Los seres humanos aprenden haciendo y viendo lo que otros hacen. Mediante la observación se aprenden estilos de vida positivos y negativos. Este aprendizaje es importante en la infancia y en la vida adulta, pero los niños aprenden más viendo el comportamiento de los adultos que por los mensajes orales que reciben de ellos.Actividad. Busca información sobre el experimento del «muñeco Bobo» de Bandura. ¿A qué conclusión llegas?
A partir de los años 60 del Siglo XX, los partidarios de la psicología cognitiva reconocen que aprendemos de la experiencia, pero es el sujeto quien construye el conocimiento del mundo externo. En función de su propia organización cognitiva interna, el sujeto interpreta la realidad y crea sus propios significados.La psicología cognitiva se ocupa de describir, explicar y comprender los procesos cognoscitivos por los que las personas adquieren, almacenan, recuperan y usan el conocimiento.
David Ausubel, seguidor de Piaget, es uno de los representantes del cambio de orientación sobre el aprendizaje. Para Ausubel, el aprendizaje cognitivo significa que lo que aprendemos es el producto de la información nueva interpretada desde lo que ya sabemos. No se trata de reproducir información, sino de asimilarla e integrarla en nuestros conocimientos anteriores. Distingue cuatro formas de aprender en el aula:-Aprendizaje receptivo. El estudiante recibe los contenidos de forma definitiva; solo necesita comprenderlos para poder reproducirlos, pero no realiza ningún descubrimiento. Es el más frecuente en el ámbito escolar.-Aprendizaje por descubrimiento. El estudiante no recibe los contenidos de forma pasiva, sino que descubre los conceptos y sus relaciones, y los reordena para adaptarlos a su esquema cognitivo previo.Aunque estos dos aprendizajes difieren en su estructura y finalidad, hay una superposición entre ambos, ya que el primero sirve para adquirir mayor información cognitiva, y el segundo para enfrentarse a los problemas planteadas. Tanto uno como otro pueden ser repetitivos o significativos.-Aprendizaje repetitivo. Se produce cuando el alumno memoriza contenidos sin comprenderlos o relacionarlos con sus conocimientos previos, no encuentra significado a los conocimientos que tiene que aprender, o piensa que las tareas que debe realizar son arbitrarias.-Aprendizaje significativo. Es el aprendizaje en el que el alumno, desde lo que sabe (preconceptos) y gracias a la función mediadora del profesor, reorganiza su conocimiento del mundo (esquemas cognitivos) y transfiere ese conocimiento a nuevas situaciones o realidades. Mediante aprendizajes significativos, los alumnos construyen la realidad, otorgándole significados. La educación tiene que favorecer no solo el aprendizaje de hechos y conceptos, sino también de procedimientos y actitudes.Las tesis pedagógicas de Ausubel quedan resumidas en esta conocida sentencia: «Si tuviese que reducir toda la psicología cognitiva a un solo principio, enunciaría este: el factor más importante que influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe; averígüese esto y enséñese en consecuencia».TAXONOMÍA DEL APRENDIZAJE En la obra «Aprendices y maestros. La psicología cognitiva del aprendizaje», el filósofo y psicólogo Juan I. Pozo, establece una clasificación de los resultados del aprendizaje en conductuales, sociales, verbales y procedimentales: