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personajesLos diversos personajes de la novela revelan a una sociedad española que se había resignado a vivir en una dictadura agresiva, en donde pocos podían tener más, y la gran mayoría vivía en niveles denigrantes de pobreza.
En Réquiem por un campesino español encontramos un buen número de personajes, por lo que los analizaremos según su importancia en el desarrollo del argumento.
Mosén Millán es el personaje central de la novela, porque ocupa el primer plano temporal y porque nuestro conocimiento de Paco procede sus recuerdos y de la relación de confianza que ambos tenían.La personalidad de este párroco es muy compleja, pues lo vemos vacilante, indeciso, con una conciencia de culpabilidad que lo abate(ej).Todo lo que él pedía, y con lo que se conformaba, era que le permitieran administrar sus sacramentos, porque entendía que con ello ya habían respetado su misión sacerdotal y, en consecuencia, habían respetado a la Iglesia. Mosén Millán no estaba de parte de nadie, no tenía intereses, no quería responsabilidades, parecía, pues, indiferente ante todo, como fuera de lugar. Le bastaba con que le dejaran administrar sus sacramentos, siempre que guardasen las formas. Es éste un personaje en el que la costumbre pesa mucho; el dogma, el ritual, son elementos de esa inercia, de esa rutina con que se nos presenta. Mosén Millán no supo nunca estar a la altura de las circunstancias y, cuando iban a matar a Paco, se limitó sólo a la rutinaria administración de la extremaunción a una persona a la que quiso como a un hijo, se limitó sólo a perdonarle sus pecados aquí en la Tierra, sin oponer resistencia ante el trágico fin de Paco.Un año después de la muerte de Paco, Mosén Millán, como en una simbólica reparación del daño causado, ofrece una misa de réquiem a Paco. Es como una reacción de la mente atormentada de Mosén Millán ante el trágico final de su feligrés, pero una reacción ya tardía.Paco el del Molino es el héroe y la víctima. No hay una auténtica descripción física porque lo importante es una personalidad que se ganará el aprecio de sus vecinos y desprecio de las clases adineradas. Representa la búsqueda de la dignidad humana por encima de las barreras injustamente preestablecidas. Encarna, de forma idealizada, al pueblo español, respetuoso con las tradiciones de sus mayores, sincero, valiente, decidido, con un fuerte sentido de lo justo y lo injusto.Pero un hecho decisivo en su vida fue el que le hizo ser en cierta manera así, un suceso que le ocurre a los ocho años, y que, más tarde, ya casado, sería la causa de su trágico final. Ese acontecimiento, decisivo en su vida, es la visita que hace, acompañando a Mosén Millán, a la cueva del carasol, con el propósito de administrar la extremaunción. El moribundo, habitante de la cueva, en condiciones inhumanas -sin fuego, sin luz, sin agua-, se moría en la pobreza en que nacíó y vivíó. A la salida, de regreso a casa, Paco formula a Mosén Millán embarazosas preguntas sobre la pobreza de la gente del carasol que éste no puede responder. Es ese el punto de partida de la preocupación social de Paco. Esa preocupación fue lo que llevó a Paco a poner en práctica sus ideales de justicia, cuando años más tarde fue elegido concejal. La primera acción de Paco para erradicar esa pobreza, fue expropiar los pastos del duque, para ser utilizados por toda la aldea sin necesidad de pagar nada. Fue ésta su primera y última acción, y la causa de que lo asesinaran.
adineraos:Están representadas por don Valeriano, don Gumersindo y don Cástulo.Son, aunque no empuñen las armas, los victimarios. Los tres quieren pagar la misa de réquiem y por tres veces mosén Millán rehúsa el estipendio.Don Valeriano, administrador del duque y propietario él mismo, es la cabeza visible de la reacción, nombrado alcalde por los fascistas, dirige la represión. Sus palabras al llegar a la sacristía: “Olvidar no es fácil, pero aquí estoy el primero”, son de una hipocresía condescendiente, como si el ofendido fuera él.Don Gumersindo, de quien sólo conocemos las botas y la costumbre de hablar de su propia bondad, es simple comparsa y eco del anterior.Don Cástulo Pérez, “carácter fuerte”, ni amigo ni enemigo, va a la suya y procura estar bien con el poder. Los otros no se fían de él en el momento de la conspiración.Aunque no siente piedad por las atrocidades,tampoco denunciará a nadie, lo que hace a mosén Millán sentirse peor.El Zapatero es amigo de Paco y se muestra en perpetuo descontento. En su composición hay elementos folklóricos. Hablador y gracioso, se mete con la Jerónima llamándola bruja dirigiéndole una sarta de insultos graciosos. Ventea la tragedia y su neutralidad no le librará de ser apaleado y fusilado por los “pijaitos” de la ciudad.La Jerónima, bruja y ensalmadora, vieja y con la “pata reumática”, representa el mundo dela superstición, de las creencias ancestrales que tanto el cura como el médico pretende combatir. Su dominio es el carasol, donde ejerce su autoridad. La pintoresca relación de la Jerónima con el Zapatero es cómica (la sarta de insultos que le propina el zapatero durante la boda) y patética (la Jerónima se siente culpable por haberse burlado de la paliza que le habían dado al zapatero y que era anuncio de su destino).El médico supone la racionalidad moderna e ilustrada que se refleja también en el apelativo que le aplica a Paco, Cabarrús. También la racionalidad sufre la