Portada » Historia » La Carrera Armamentística: De la Guerra Fría al Desarme
En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la reducción progresiva del tamaño y el peso de las bombas coincidió con el aumento de la capacidad de los cohetes. Esta unión de elementos llevó al lanzamiento de cohetes sobre Inglaterra por parte de Alemania, dirigido por Von Braun.
El desarrollo de los cohetes tuvo un impacto significativo en la conquista del espacio. La carrera entre las dos grandes potencias comenzó en 1957 con el lanzamiento del primer satélite espacial, el Sputnik, por un cohete soviético. Los estadounidenses, menos avanzados en este terreno, lograron contar con el cohete Atlas en 1959. La competición continuó en la década de 1960, culminando en 1969 con el primer alunizaje por parte del estadounidense Neil Armstrong.
A comienzos de la década de 1970, la doctrina de la represalia masiva fue reemplazada por la respuesta flexible, que permitía responder de forma proporcional y escalonada. Esto condujo a la diversificación de los medios de acción, incluyendo fuerzas convencionales, submarinos con misiles Polaris y una nueva generación de misiles.
En 1962, la construcción de instalaciones para recibir misiles rusos en Cuba puso al mundo al borde de la guerra nuclear. El presidente Kennedy ordenó el bloqueo a la isla y exigió la retirada de las armas. La crisis se resolvió finalmente mediante una transacción: la Unión Soviética retiró sus misiles de Cuba a cambio de que Estados Unidos hiciera lo mismo con los aviones Júpiter de Turquía.
En 1965, Estados Unidos adoptó la nueva doctrina estratégica de la destrucción asegurada. Esta doctrina establecía que cualquier ataque nuclear contra Estados Unidos sería respondido con un ataque nuclear masivo, asegurando la destrucción mutua.
En 1967, las dos grandes potencias sometieron a la ONU el Tratado de No Proliferación Nuclear, que prohibía a las potencias atómicas facilitar armas nucleares a otros Estados y obligaba a estos a no adquirirlas.
En la década de 1970, las conversaciones entre las grandes potencias desembocaron en la firma del primer Tratado de Limitación de Armas Estratégicas (SALT I) en 1972. Este tratado limitaba el número de misiles intercontinentales y misiles defensivos antibalísticos. En 1979, se firmó un nuevo tratado (SALT II) que incluía un acuerdo para el desarme equilibrado.
A pesar de los esfuerzos de desarme, se desarrollaron nuevas armas como la bomba de neutrones y los misiles de crucero de alcance intermedio. Estas armas plantearon nuevos desafíos para la seguridad internacional.
En 1983, el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, lanzó la Iniciativa de Defensa Estratégica, conocida popularmente como»Guerra de las Galaxia». El objetivo era crear un escudo espacial para proteger el territorio estadounidense de los misiles soviéticos.
El equilibrio estratégico derivado de la posesión de armas nucleares y vectores intercontinentales por ambas superpotencias explica el carácter limitado de los conflictos durante la Guerra Fría. Los dos grandes evitaron la confrontación directa y los Estados que se dotaron más tarde de esas armas no contemplaron otro uso que la defensa del propio territorio. Los conflictos no se expendieron, sino que permanecieron limitados a los territorios en los que habían estallado.
Durante el periodo que va desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta el final de la división del mundo en bloques enfrentados, hubo dos tipos de conflictos interestatales: