Portada » Religión » La Buena Noticia de Jesucristo
Muchas veces se ha planteado cuál es la gran noticia para el hombre. Desde el ámbito cristiano, la respuesta es: la Buena Noticia para el hombre es Jesús de Nazaret, el hecho de que Dios haya enviado a su hijo al mundo para salvar a los hombres.
La Buena Noticia es el anuncio de Jesucristo, “el Hijo de Dios vivo”, muerto y resucitado. En tiempos del rey Herodes y del emperador César Augusto, Dios cumplió las promesas hechas a Abraham y a su descendencia, enviando “a su hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la Ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva”.
Este texto expresa el contenido esencial de la fe cristiana. Veamos sus elementos más importantes:
Se entiende por plenitud de los tiempos el cumplimiento de las promesas mesiánicas en Jesús. En realidad, el tiempo se ha cumplido y ha alcanzado su plenitud por el hecho mismo de que Dios, con la encarnación, se ha introducido en la historia del hombre y le ha vuelto a dar la semejanza divina. En sentido estricto, la plenitud de los tiempos es solo la eternidad; aquel que es eterno. Entrar en la plenitud de los tiempos significa alcanzar el término del tiempo (la salvación) y superar sus confines.
En Jesucristo, Verbo encarnado, el tiempo llega a ser una dimensión del Dios eterno. Con la venida de Cristo se inician los últimos tiempos, “la última hora”, se inicia el tiempo de la Iglesia que durará hasta la Parusía.
Nos habla de la preexistencia de Jesús: Jesús, en cuanto Dios, es eterno, inmenso, infinitamente trascendente a toda criatura. Para llegar a la verdad sobre Jesucristo es necesaria la pre-comprensión del ser divino; en otras palabras, aceptar a Dios, creer en Dios.
Su encarnación y su anonadamiento (Kénosis) en la cruz no supone mengua de sus perfecciones divinas. Jesús no es solo Dios, sino el Hijo eterno del Padre hecho hombre, que ha salido de Dios. El conocimiento de Jesucristo lleva al conocimiento de la Trinidad. Quien se encarna es el Hijo, la Encarnación es iniciativa de la Trinidad. La encarnación es obra del Espíritu Santo.
La expresión «nacido de mujer» nos habla de la humanidad completa y perfecta de Jesucristo: Jesús es hombre verdadero.
«Nacido bajo la Ley» expresa la situación del hombre antes de la redención obrada por Jesucristo, una situación de fragilidad y de pecado. Liberar al mundo del pecado. El pecado del hombre ha traído al mundo:
La venida del Hijo de Dios, además de liberar al hombre del mal, ha traído la divinización del hombre, su elevación al orden sobrenatural: este es el término de la Encarnación: recibir la filiación divina. Este don de Jesucristo comprende los siguientes términos:
Esos dones que ha traído el Hijo de Dios al mundo no son para encerrarlos, sino para anunciarlos gozosamente a todas las gentes por todo el mundo. El Compendio nos dice cómo los primeros cristianos difundieron esta Buena Noticia: «Desde el primer momento, los discípulos desearon ardientemente anunciar a Cristo, a fin de llevar a todos los hombres a la fe en Él. También hoy, el deseo de evangelizar y catequizar y de poner a la humanidad en comunión con Jesús, nace de este conocimiento amoroso de Cristo.
El anuncio de Jesús a los hombres ha recibido diversos significados. Los principales son:
Los cristianos estamos llamados a evangelizar. Su significado principal es el de anunciar la riqueza de Cristo, para llevar a los hombres a la fe en Él. También se expresa diciendo que evangelizar es extender el Reino de Dios, que consiste en sanear los ambientes profesionales y sociales.
La transmisión de la fe cristiana es el anuncio de Jesucristo para llevar a los hombres a la fe en Él: «No podemos nosotros dejar de hablar de lo que hemos visto y oído», dicen los apóstoles.
Significa «enseñar a Cristo», el Verbo encarnado e Hijo de Dios. La catequesis tiene estos momentos:
Tiene fuerza decir: «Mi doctrina no es mía, sino del que me ha enviado». Estas palabras de Jesús son el criterio noble, coherente e inequívoco de todo anuncio cristiano, incluida la enseñanza escolar de la religión. No hacerlo así sería un fraude. La enseñanza cristiana lleva a hacer presente a Cristo en la vida de los que acuden a esa enseñanza. Se trata de poner a los alumnos en la situación de que libremente puedan responder a Cristo con la fe.
La enseñanza sobre Jesús siempre se presenta como el ofrecimiento para la salvación. Se ofrece al hombre un horizonte divino para su vida aquí en la tierra y para la salvación eterna. La respuesta a este ofrecimiento es la fe, virtud sobrenatural que recibimos en el sacramento del Bautismo. En síntesis, podemos decir que la fe es: