Portada » Filosofía » Kant y el problema del conocimiento
Kant
Fue un filósofo de la Edad Moderna. (La filosofía kantiana es una síntesis
Entre elementos del Empirismo y del Racionalismo). Además, recibíó influencias
De Newton y fue uno de los principales representantes de la Ilustración. Entre
Sus obras más importantes destacan: “Crítica
A la razón pura” y “Crítica a la
Razón práctica”.
En
Primer lugar, la filosofía de Kant consiste en una síntesis entre Racionalismo
Y Empirismo, denominada Idealismo Trascendental, según la cual el sujeto posee
(a priori)
Las condiciones trascendentales del conocimiento.
Sin esas
Condiciones, el conocimiento empírico sería imposible.
La
Filosofía kantiana trata de responder a 4 cuestiones: ¿qué puedo saber?, ¿qué
Puedo hacer?, ¿qué puedo esperar? Y ¿qué es el hombre?, que resume las
Anteriores. Para responderlas, emplea el método crítico, mediante el que la razón
Se examina a sí misma a fin de averiguar cuáles son sus usos y sus
Limitaciones.
En
Primer lugar, el filósofo sostiene que el conocimiento consiste en la emisión
De juicios, que pueden ser analíticos (universales, necesarios, que no amplían
Nuestro conocimiento, en los que el predicado está incluido en el sujeto) o
Sintéticos (que amplían el conocimiento). Los juicios se dividen a su vez en
Juicios a priori (cuya verdad se conoce sin recurrir a la experiencia) y
Juicios a posteriori (cuya verdad depende de la experiencia).
Kant
Responde a la primera de las preguntas (¿qué puedo saber?) en “Crítica a la
Razón pura”, donde estudia el uso teórico de la razón. La cuestión más
Importante que se plantea es si la metafísica es una ciencia. Kant considera
Que el conocimiento científico es universal, necesario y ampliativo, por lo que
Se compone exclusivamente de juicios sintéticos a priori (conceptos puros), que
Son los únicos enunciados que cumplen las 3 condiciones. Para Kant, aunque todo
Nuestro conocimiento comienza por la experiencia, no todo el conocimiento procede de ella sino que ha de haber unas formas
Puestas en la mente del sujeto. Por ello, estudia cuáles son las condiciones trascendentales de la
Razón que posibilitan la realización de dichos juicios y para ello analiza las 3 facultades que intervienen en el
Conocimiento: Sensibilidad,
Entendimiento y Razón.
En
Primer lugar, en la Estética Transcendental se ocupa de los elementos a priori que
Existen en la Sensibilidad. Las condiciones trascendentales que la hacen
Posible son las intuiciones puras de espacio y tiempo que pertenecen al sujeto
Y no a la realidad, con las que se organiza el caos de sensaciones,
Constituyendo el fenómeno. Las intuiciones puras además posibilitan los juicios sintéticos a priori en las
Matemáticas: el espacio posibilita la geometría y el tiempo la
Aritmética.
En
Segundo lugar, en la Analítica Trascendental
Se ocupa de estudiar el Entendimiento,
La facultad que permite al ser humano emitir juicios sobre la realidad. Su tarea consiste en reunificar las
Representaciones obtenidas de la Sensibilidad. Las condiciones trascendentales del Entendimiento son las categorías,
Que se deben aplicar a lo percibido por la Sensibilidad para poder comprenderlo.
La física es, por tanto, una
Ciencia, pues sus juicios se basan en categorías del entendimiento aplicadas a
Las intuiciones sensibles, dando lugar a juicios sintéticos a priori.
Así, de
Esta síntesis entre Sensibilidad y Entendimiento surge el conocimiento
Científico o fenoménico, del cual son productos los fenómenos.
De esta
Forma, en la Dialéctica Trascendental, Kant concluye que los juicios sintéticos
No son posibles en la metafísica, pues su conocimiento no parte de la
Experiencia y, por tanto, no es un conocimiento científico. Este tipo de
Conocimiento especulativo sólo puede ser pensado por la Razón. Las categorías
Del entendimiento aplicadas a las ideas de la Razón producen enunciados
Contradictorios y falaces y por lo tanto, la metafísica no puede ser una ciencia.
Las ideas de la Razón marcan, por tanto, el límite de nuestro conocimiento, la
Cosa en sí de la que no tenemos experiencia. De este conocimiento son producto
Los noúmenos, las ideas creadas a partir de la razón que trascienden la
Realidad fenoménica, que son Dios, el Yo (alma) y el Mundo.
Sin
Embargo, asegura que estas ideas son prácticas y, al aplicarlas al ámbito de la
ética, se convierten en presupuestos de la razón práctica (libertad,
Inmortalidad del alma y Dios), los cuales son condiciones necesarias para la
Existencia de la moralidad.
Kant
Trata de responder a la cuestión de “¿qué debo hacer?”, donde la Razón práctica
Se ocupa de las acciones humanas. La ética kantiana es deontológica, pues el
único criterio que permite determinar el valor moral de una acción es la buena
Voluntad (ética autónoma), inspirada en el deber, y no en el interés personal o
Fin establecido (ética heterónoma). Actuar por deber significa actuar por
Respecto a una norma de conducta, determinada por la razón a priori, que aspira
A ser universal y guía la acción moral: el Imperativo Categórico, un mandato
Universal y necesario que prescribe acciones como buenas en sí mismas, según la
Intención que la guía con independencia de las consecuencias, que son
Hipotéticas y exteriores al sujeto. El Imperativo Categórico se puede formular
De varias maneras diferentes: “Actúa de forma que la máxima que inspira tu
Acción pueda convertirse en una norma universal” o “Actúa de forma que no
Utilices nunca al ser humano como un medio sino como un fin en sí mismo”.
El Imperativo
Categórico presupone la libertad del sujeto porque sólo un ser dotado de
Voluntad libre puede darse a sí mismo una ley moral. El individuo es libre en
El ámbito moral, porque sólo se obedece a sí mismo, a su razón, por lo que es
Una ética formal. Cumpliendo el Imperativo Categórico, según Kant, se
Conseguiría construir el Reino de los
Fines, una sociedad ideal donde cada persona sería siempre tratada como
Un fin y no como un medio. Por el contrario, se dice que se actúa conforme al
Deber cuando no se aplica el Imperativo Categórico a nuestras acciones, sino
Que éstas son movidas por un cierto interés a alcanzar un fin.
Su
ética culmina con la formulación de los 3 postulados de la Razón práctica: la
Libertad (sin la que no habría autonomía ni acción moral), la inmortalidad del
Alma (los actos morales tiene una
Aspiración que trasciende la propia existencia) y Dios (que es testigo
De nuestras acciones).