Portada » Filosofía » Kant dialéctica trascendental
Se distinguen tres partes, que corresponden a las tres facultades que se distinguen en el ser humano:
–
Estética trascendental (Sensibilidad)
–
Analítica trascendental (Entendimiento)
– Dialéctica trascendental (Razón)
Realmente, facultades de conocimiento hay dos, sensibilidad y entendimiento, pero dentro del entendimiento se distinguen dos clases: la de formular juicios y la de enlazar unos con otros, formando razonamientos. Capacidad de juzgar (entendimiento) y la facultad de razonar (razón)
Las tres partes se corresponden también con los tres tipos de conocimiento: matemático, físico y metafísico.
Kant define la estética trascendental como la ciencia de todos los principios de la sensibilidad a priori, se trata de las condiciones sensibles del conocimiento y de las que posibilitan los juicios sintéticos a priori en las matemáticas.
La intuición es un conocimiento por el cual un objeto concreto nos es dado. No hay otra que la intuición sensible, sobre ella se funda todo nuestro conocimiento y es definida como pura pasividad o receptividad.
Todas nuestras sensaciones se consideran en el espacio y en el tiempo. En el conocimiento sensible hemos de distinguir dos elementos: “la materia”, las impresiones y “la forma”, el cuadro espacio-temporal en donde se sitúan las cualidades.
Espacio y tiempo no son datos de la experiencia, sino condición de experiencia, “formas puras a priori” de la sensibilidad. No son propiedades reales de las cosas sino leyes del sujeto que expresan su construcción. Estas leyes sólo se revelan en el acto de percibir un objeto, pero pertenecen al sujeto (son innatas).
Las matemáticas se ocupan del espacio y el tiempo, y pueden formular juicios sintéticos a priori, precisamente por ser espacio y tiempo intuiciones puras a priori.
Mientras la sensibilidad nos presenta los objetos, el entendimiento los piensa. La sensibilidad es pasiva y el entendimiento activo y las dos funciones son necesarias para dar lugar al conocimiento.
El conocimiento intelectual se lleva a cabo por medio de conceptos (alinear diversas representaciones sensibles bajo una representación común). El pensamiento se reduce al juicio “pensar es juzgar”, y así el entendimiento es “el poder de juzgar”.
Es necesario distinguir entre materia y forma del conocimiento. La materia es aquello de lo cual se juzga, la forma es la manera de juzgar. Kant clasifica los juicios según sus diversos tipos lógicos, atendiendo a cuatro clases: según la cantidad, cualidad, relación y modalidad, y a su vez, cada clase se encuentra tres formas. Son doce las leyes del juicio con independencia de su contenido o materia.
Las categorías son las reglas según las cuales el espíritu humano unifica los fenómenos dados por la intuición sensible para comprenderlos. Son conceptos innatos, gracias a los cuales es posible pensar los objetos que nos ofrece la experiencia.
La física se basa en la causalidad, y el concepto de causa es uno de los conceptos puros en Kant, la universalidad está garantizada.
Estudia la naturaleza y el funcionamiento de la razón, y la posibilidad de la metafísica como ciencia. La función de la razón es remontarse de condición en condición hasta su primer principio absoluto. A los principios supremos, pero incondicionados en sí mismos (ideas incondicionadas).
Hay tres ideas de la razón: la primera es la unidad absoluta del sujeto pensante (idea de alma), la segunda es la unidad absoluta de la serie de fenómenos (idea del mundo) y la tercera es la unidad absoluta de todos los objetos de pensamiento (idea de Dios).
Para Kant, el alma, mundo y Dios son solo objetos en idea, construidos por el espíritu para su satisfacción, pero cuya existencia no puede demostrar y ni siquiera conocer.
La metafísica es un conjunto de proposiciones acerca de realidades que están más allá de la experiencia, es imposible como ciencia porque las categorías solo pueden aplicarse legítimamente a los fenómenos, a lo dado en la experiencia, y la aplicación de las categorías más allá de la experiencia es lógicamente ilegítima.
Dios, alma y mundo expresan el ideal de la razón pero no proporcionan conocimiento objetivo alguno por no ser fenómenos.
Entiende Kant por postulados unas proporciones teóricas que no son demostrables de por sí, pero que actúan como leyes prácticas incondicionales y a priori. Así, las ideas de libertad, inmortalidad del alma y existencia de Dios son restablecidas como postulados de la razón:
– La existencia de la ley moral solo puede obligar porque existe la libertad.
– La inmortalidad del alma: hay que postular la inmortalidad del alma para que la razón práctica pueda alcanzar su objetivo, el sumo bien.
– La existencia de Dios: solo la existencia de un ser necesario es la garantía necesaria y suficiente que nos asegura el Sumo Bien.