Portada » Lengua y literatura » José Hierro y su Poema ‘Fe de Vida’: Un Canto a la Existencia en la Posguerra
José Hierro del Real (1922-2002) fue un destacado poeta de la Generación del 36 o Posguerra. Aunque influido por corrientes literarias de la época, como la poesía desarraigada y social, su obra es única y está marcada por su experiencia en las cárceles franquistas. Su poesía reflexiona sobre la existencia humana, con un enfoque centrado en el individuo.
Su poesía oscila entre la intimidad y el testimonio, buscando siempre la autenticidad.
El título «Fe de Vida» hace referencia al documento que acredita que una persona está viva y su estado civil. En el contexto del poemario Alegría, «Fe de Vida» representa la «conciencia de la temporalidad», la lucha agónica, la incapacidad de comunicación eficaz y la victoria efímera sobre el tiempo. Este poema, que cierra el libro, se caracteriza por una sencillez absoluta y una profunda carga emocional.
En «Fe de Vida», encontramos versos colmados de dolor, pero con retazos de alegría. Para Hierro, ambos sentimientos van acompañados en la vida, pues a través del dolor somos más conscientes de nuestra propia existencia, y ese conocimiento es el que debemos buscar para hallar una vida plena. El poema también refleja el peso inevitable del destino y la cercanía de la muerte. Sin embargo, en medio de la desolación, el poeta llama a la alegría en un maravilloso terceto que representa el triunfo de la vida.
El poema se divide en dos partes:
La poesía desarraigada surge como el primer movimiento estético tras la Guerra Civil. Poetas como Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre, de la Generación del 27, ven el mundo como un caos y una angustia. Sus temas giran en torno a una religiosidad crítica, expresando la sensación de que Dios ha abandonado al ser humano, dejando un mundo dominado por la soledad y el miedo existencial. Utilizan tanto el verso libre como formas métricas tradicionales como el soneto. Aunque aparentemente sencilla, esta poesía está muy elaborada en su contenido.
La poesía arraigada, representada por un grupo de autores afines al régimen franquista, ofrece una visión idealizada y entusiasta del mundo. No refleja la verdadera situación de España tras la guerra, sino que busca la evasión refugiándose en temas como el amor, la belleza de Dios y la creación. Defienden los valores del bando franquista y prefieren formas estróficas clásicas como sonetos y tercetos.